(Estilo entrevista)

Apuntes para una interpretación del fenómeno Lina Ron en la Revolución Bolivariana

¿Cual es para ti el mejor aporte de Lina Ron, La soldada del pueblo a La Revolución Bolivariana?

Intento de entrevista  con  Saúl Rivas -Rivas, Coordinador del Proyecto Intercultural Guaicaipuro   en torno a  la  soldada del pueblo, Lina Ron y su mejor aporte a  la  Revolución Bolivariana.

POR:  JUAN PEDRO, EL ROJO (Amigo  de César ¿Todavía no me reconocen? Y por supuesto, amigo de Lina)

  º  ELLA  CABÍA  EN  EL  CHAVISMO,  PERO NO  EN LA  IZQUIERDA CONVENCIONAL, QUE ERA TODAVÍA UN ABANICO MUY  CERRADO. A  PESAR DE QUE ELLA, TAMBIÉN  ERA DE IZQUIERDA. Además, no  dejó de  pagar prisión, como la paga hoy Sabino el yucpa. Los muertos y los presos, siguen siendo de nuestra gente de la revolución, -como lo  afirmaras tu alguna vez. Y todavía, la oposición dice sentirse  viviendo en una dictadura.

NOTA  DE PRESENTACIÓN:  Profe. Saúl:   No  se  si  usted se  recuerda de mí. Estuve  con  usted y Anita en algunas jornadas del  Diplomado  sobre Indosocialismo, Interculturalidad y Socialismo del Siglo XXI allá en el Pedro Gual.  Además  he asistido a  varios  de  sus  talleres y conversatorios sobre  interculturalidad con los educadores, como  también hemos escuchado con mucha atención al  profesor  Esteban Emilio  Mosonyi.  Permítame hacerle algunas  preguntas en  torno a  la luchadora Lina Ron y su mejor legado  a  la revolución bolivariana.  Agradezco  me  responda  las  preguntas  y  luego  me las envía por  Aporrea.org o por ENSARTAOS.COM.VE, que es donde tu  más  escribes.

De paso: ¿Puedes pedirle  que  respondan desde su computadora  estas  mismas  preguntas  estas personas?: Fernando Soto Rojas, Noelí Pocaterra, Esteban Emilio Mosonyi, Carlos Lanz, Chucho García, Chucho Ñañez, Nelson Guzmán, Dalia Yanes, José Sant Roz, Ana Elisa Osorio, Roy Chaderton, José Luis Gonzalez, Argelio Pérez, Raúl Tempo, Héctor Agüero, Armando Rojas, Jesús Camargo, Yoama Paredes, Gustavo Pereira, Gustavo Márquez, Pedro Sassone, Akaida Libertad Orozco, Eloy Reverón, Efraín Valenzuela, Marcial  Ramos Guedez, Benito Iradys, Pedro Urbina, Jorge Solé, Somar Toro, Jorge Pocaterra, Alí Fernández, Humberto Orsini, Juan Plaza, Pedro Riera, Beatriz Bermúdez, Omar Gonzalez Ñañez, Manuel Larreal, Yanitza Albarrán. Gilda Girardi, Karen Silva, Carlos Tovar, Alexis Valdez, Zulay Rojas, Mirna Sojo, Miguel Márquez, Héctor López. Ana Marcano, Gerónimo Sánchez, Roberto Urbano, Marie Claude Muller, César Quintero, Naghely Godoy, Adrián Arúkano, Juan Pereira,  Nirva Camacho, Erólida Rey, Ildemaro Cobos, Nelson Rodríguez, Aníbal Carrasco, Alberto Rodríguez Carucci, Eric Nuñez, Orlando Camacaro, Antonio Trujillo, Natacha Paredes, Modesto Ruiz, Gabriel Saldivia, Orlando Soto, Mauri Márquez, María Elisa Villalobos, Casimira Monasterios, Liliana Márquez, César Silva, Eudora Quintana. Marlene Sueke, Delsy Mora. Y así, a todo aquel y aquella que quiera participar en este  conversatorio. ¿Y por qué no llevamos esto a los conversatorios que ustedes hacen?

Si así  lo hicieren, podría salir un material hermoso para un  librito en homenaje a la Camarada que voló ayer  en las alas  del Cóndor por los cielos más empinados de Los Andes de Sudamérica.  ¿Salió al  Encuentro del ALBA?  Alas y ALBA,  es poesía gemela.

PREGUNTAS:

1.-EN  UN TALLER TU   NOS  PLANTEASTES   QUE  LINA  RON HABÍA  TENIDO  EL  ACIERTO DE CONSTRUIR UN  ESPACIO  POLÍTICO  PERMANENTE  QUE  NO  CABÍA  EN  LA  IZQUIERDA CLÁSICA, SIENDO ELLA MISMA DE IZQUIERDA,   PERO QUE SI TENÍA   MEJOR  ASIDERO EN EL CHAVISMO Y EL  PROYECTO BOLIVARIANO COMO UN CAMPO MUCHO MÁS AMPLIO Y  ABIERTO A LO  POPULAR. Y PARTICULARMENTE A ESTE SECTOR QUE  LA DERECHA  CON  DESPRECIO LLAMA EL LUMPEN, LOS DESDENTADOS, LA CHUSMA o al final: ¡ESE INDIERO, ESE NEGRERO! ¿CONTINÚAS MANTENIENDO LA MISMA   ÓPTICA? MÁS EN LA HORA DE  DESPEDIDA DE ESTA CARISMÁTICA FIGURA. 

RESPUESTA 1:

    -Yo conocí  muy poco a  Lina Ron. Pero si pude observarla detenidamente a  lo largo de su actuación  política. Las pocas veces que la traté, encontré en ella una persona muy afectiva, muy al margen de la falsa imagen que de ella vendían los grandes medios privados.  No sé, Pedro Juan, si estarás usando un pseudónimo. Pero si recuerdo haber opinado más de una vez en talleres sobre  la  Camarada  Lina Ron  y en términos parecidos en los que me planteas la  pregunta.  Por eso creo en la seriedad de tu pregunta….  Te respondo además  porque  minutos antes de la siembra de aquella espiga, reflexionaba en un café cercano con  el  antropólogo y filósofo  Nelson Guzmán,  nuestro compañero de estudios, persona que siempre estuvo muy cerca de Lina y  de la fundación de su movimiento, el UPV. Por mi parte, soy del PSUV, aunque creo con Rigoberto Lanz, Mosonyi y otros críticos, en que los partidos hoy  sufren, junto con la sociedad en su conjunto, una crisis estructural de fondo, aguda, profunda, de gran envergadura –a escala global-  a lo cual no  escaparía del todo el PSUV, los PC y otros partidos y movimientos de la alianza patriótica. Desde ciertos arrebatos que todavía impulsan modelos de organización comunitaria y poblacional, que no parten de las experiencias históricamente existentes, esta crisis se hace crónica en los pueblos y comunidades indígenas, más que en cualquiera otros, pero también en algún sentido en comunidades afrodescendientes, campesinas y urbanas, según el caso.  Porque no habrán comunas sin comunidades realmente existentes y sin pueblos realmente existentes. Aparte de que los modelos comunales y étnicos de los pueblos indígenas son diferentes entre sí y con mucha mayor fuerza con la sociedad nacional. Lo cual no indica que sean por ello incomunicables  con las regiones y con todo el país y sus realidades binacionales. Las comunas tampoco deberían ser el único modelo. Habrá partes donde no funcionaría esta experiencia euroasiática, como la llama Esteban Emilio Mosonyi. ¿Qué significaría por ejemplo, meter en Comunas a los yanomami? ¿A los piaroa o a los panare?   Eso sería un absurdo  con modelos al margen de sus realidades históricas y culturales específicas.

       Efectivamente, ni  la primera independencia  fue popular, ni  tampoco  las izquierdas del siglo pasado se encarnaron en el pueblo/pueblo. Pero tampoco fue popular la socialdemocracia encarnada en AD, que más bien tuvo un carácter populista con aquel  Juan Bimba y el bollo de pan en el bolsillo y con aquella concepción errada de Rómulo Betancourt, que desconoció la matriz colectiva indígena del pueblo venezolano y particularmente del conuco, como forma de producción familiar, como base de la producción comunitaria y a la cual  le atribuía una conducta “individualista” contrastada con el ayllu incaico. Se le olvidó que la organización del ayllu es también familiar, con otros aditamentos que le agrega posteriormente el incanato. Betancourt se equivocaba de cabo a rabo. Esto para no hablar de Copei, cuyo comunitarismo pregonado desde el socialcristianismo, nada tenía que ver con nuestras matrices societarias indígenas, ni con la reconstrucción de las matrices societarias de las cimarroneras o de la misma resistencia originaria. O de la resistencia hispánica frente a lo angloamericano, al estilo de Picón Salas, Briceño Iragorri, Uslar Pietri  o  de Ildefonso Leal.

      Debemos dejar claro también que nuestra interculturalidad hoy, no es la de la UNESCO, ni la  llamada multiculturalidad norteamericana, la europea o el ecologismo  fragmentario de algunas ONG financiadas por los mismos centros de poder mundial. Financiamiento externo  que abarca hoy a nuestro sindicalismo  burocratizado y  que recibe palmaditas en el hombro  de Fedecámaras (paz laboral con la empresa privada, guerra  a las empresas  sociales o públicas,  es el mensaje sutil, detrás de la palmadita).

  Como dice Galeano, lo más extraño a nuestro ser histórico y cultural  es el capitalismo. No el socialismo. Y todo lo que me separe de mi historia y cultura propia, es opio del pueblo, independientemente del rótulo que asuma. El desmontaje real de la resistencia cultural y política, comienza y termina por las comunidades históricamente asentadas. No por las estructuras expansivas de conquistas y Estados imperiales, sea cual sea su signo filosófico, ideológico y  político.

      Hemos planteado que el fenómeno Lina Ron  es una  respuesta de un sector de la  sociedad más marginada, que no cabía en los proyectos políticos existentes, ni siquiera en los de la izquierda convencional, pero sí cabía en el  chavismo como un fenómeno popular emergente, mucho más amplio que los cenáculos dogmáticos y académicos que nos orientaron en el último siglo. Lo cual no niega que el chavismo y  el liderazgo particular de Chávez pueda tener otro tipo de limitaciones. Todo  liderazgo en  su  esplendor y en su proceso de transición, como  dice Enrique Dussel, tiene  sus  fortalezas y limitaciones, pero lo importante a destacar y a  facilitar es el cumplimiento de  su  Misión Histórica. Y la observación y evaluación permanente de su origen y desarrollo, ligado a lo cívico-militar. Claro, el liderazgo de Chávez incorpora casi simultáneamente a  los sujetos históricos que habían sido invisibilizados por el  Pacto de Punto Fijo y por toda la  sociedad colonial. Sujetos y actores que ya habían emergido en el  teatro, el muralismo y la pintura de César Rengifo. Y  Chávez  también los pone a todos sobre el tablero: pueblos originarios, afrodescendientes, indodescendientes, campesinos, mujeres, discapacitados, el soldado anónimo, la tercera edad, las teologías de la liberación, los sub-urbanos, etc. Pero siempre con las limitaciones de un modelo económico estrativista, que vive de la extracción de recursos naturales y que impone una barrera  que limita  la comprensión de fondo de los pueblos originarios, del ejercicio de sus derechos originarios,  del ambiente total y de su papel histórico en el momento actual.  Donde  la alianza cívico-militar y  la formación del  polo patriótico,  el acceso a las políticas del Buen Vivir  o  las ecopolíticas públicas, se ven todavía limitadas por  las sobrevivencias de ciertas  viejas concepciones militaristas de la geoestrategia al  margen  de  la vida y que deben demandar darle al anti-imperialismo un piso anticolonial más sólido, incluyendo  la superación del  colonialismo interno y de cierto desarrollismo (o lo que César Rengifo llamó en su tiempo, la anticonquista, lo cual  presuponía  la  existencia  de formas de vida y de culturas, en su pasado y en su presente muy anterior a la llegada de la invasión europea). Y este modelo estrativista  afecta considerablemente a los países del ALBA, lo que impone la urgencia de buscar con los pueblos, unas alternativas más cónsonas con el restablecimiento del equilibrio del planeta. Pero ello también guarda relación con el  proceso de construcción de la nueva correlación de fuerzas mundiales. Afortunadamente hay muchos sectores de la revolución abiertos a esta discusión, aunque otros permanecen cerrados o indiferentes.

Después de estas aclaratorias imprescindibles, paso  de nuevo  a hablarte de Lina:

      Lina fue una mujer extraordinaria, valiente, impulsiva, profundamente operativa, lo cual no significa que compartamos totalmente sus métodos de lucha. Revoloteaba como una mariposa sobre el néctar de la flor. Pero tenía  la virtud de ir al grano, de resolver problemas inmediatos de la gente, sin  olvidar las urgencias inmediatas de la revolución frente a  las amenazas de la contrarrevolución. Resolver los problemas inmediatos de la gente, cabe en la mente de Chávez o de Lina, pero todavía no cabe en el amor abstracto, intelectualizado y supuestamente universal de mucha gente de izquierda o de muchos pseudo-cristianos, como excusa para no asumir en lo inmediato la solidaridad y menos cabe  aún  en el aparato burocrático del viejo Estado, que está vivito y coleando. Cuando Diosdado Cabello puso a Lina al frente de la atención social de la gente en Miranda, la gente de los barrios me decía, Lina resuelve, se mueve. Ella es nuestra voz.

      Lina incorpora a lo más excluido del mundo  sub-urbano que rodea a Caracas y facilita las condiciones  para un diálogo dentro del proceso con esa gente, lo cual es parte hoy  del diálogo de civilizaciones en el seno  del  pueblo/pueblo. Pero todavía permanecemos sordos a este tipo de diálogo y al diálogo con los refugios, con los motorizados y con la misma esquina caliente.  Entre esa gente que Lina incorpora están los descendientes del indio y del negro más cercanos, como dice Mosonyi, la Caracas todavía “sin historia” y la que no celebró en  la cuarta república el llamado Cuatricentenario, ni el Quinto Centenario de la conquista de América en 1992.. La misma que salió en el caracazo de 1989 o el 13 de abril con muchas Linas entre sus calles. Es esa misma gente del desarraigo amargo que Rengifo interpretó   desde “Las Torres y el Viento”. Que buena parte de ella hoy son  los refugiados climáticos.  Entonces Lina fue una vocera de esa gente. Y como no cabía  tampoco en el MVR,  fundó su propio aparato, aunque contribuyera también al nacimiento del PSUV. Y  nunca  se desligó, que yo sepa, de las políticas de alianza del proceso. De allí que muchos actos  calificados como de indisciplina, fueron compensados con creces por su  lealtad a la lucha, al  proyecto y –como decía ella-   a su Comandante.  Su lealtad al proceso siempre estuvo por encima de sus notables diferencias, insatisfacciones y privaciones. Y esto para mí es lo esencial. Que da clases en vivo, de formación humana, ideológica y política  a muchos ex -camaradas,  que porque no me dan lo que pido o no me han llamado o por alguna otra diferencia secundaria, se pasan al enemigo con maleta y todo. No se pasan al enemigo por principio. Y por principio, podrá haber separación transitoria, pero no conchupancia y concierto globovisionario con el enemigo.  Así sea verdad aquello de que “todos somos humanos” y “todos somos venezolanos” y que “todos vivimos bajo un mismo cielo”. Pero hay intereses antagónicos encontrados, tanto con los pueblos, como con la  Madre Naturaleza por parte de este capitalismo irracional. Hay modelos de vida en pugna. Pero más allá de los modelos en pugna también somos un país multiétnico y pluri-cultural y al mismo tiempo un país andino, guayano-amazónico, caribeño, llanero. Un país bio-diverso.

2.-PLANTEAN SIEMPRE USTEDES  EN  SUS FOROS Y TALLERES  QUE ES IMPENSABLE  CONOCER  EL PAÍS Y   SU GENTE  AL  MARGEN  DE LA   DIVERSIDAD CULTURAL Y  DE  LA  CONSTRUCCIÓN PARTICIPATIVA DE  LA  INTERCULTURALIDAD. Y QUE ESE PROCESO DE CONSTRUCCIÓN TAMBIÉN ES ENDÓGENO, LO CUAL SIGNIFICA, QUE COMIENZA POR REIVINDICAR  A LOS MÁS JODIDOS: ¿ERA EL FENÓMENO  LINA  ALGO DESCONOCIDO DE FONDO PARA EL  MISMO PROCESO AL  PRINCIPIO?

Respuesta 2:

-En el fondo sí, aunque los pueblos  y sus sectores más marginados siempre buscan comunicación entre sí, contraviniendo el mandato de la vieja  sociedad de castas de la colonia, que llevaba siempre a una competencia ciega entre las castas y a pisar el que está en el escalón de abajo, sea para “mejorar la raza” o para “dejar de ser” indio o afroamericano.,  en fin, dejar atrás para siempre su pasado. Hoy  la  revolución bolivariana en diferentes frentes y escalas tiene una  reflexión sobre el pasado, desde el  presente, con grandes interrogantes sobre el futuro, desde el más inmediato, al más trascendente.  Pero todavía no se entienden   los  aportes  que  pudiera dar una sociedad  diversa   y de construcción intercultural.  Algunos siguen viendo en la diversidad un obstáculo para afrontar el futuro. Todavía la competencia y la tendencia hegemónica de cada  uno  de los sectores populares, no  está del todo desterrada. Nos manejamos todavía con  algunas competencias de identidades étnicas, religiosas, culturales, lingüísticas, políticas,  de género  o se asume unilateralmente la condición de clase, la conciencia de clase, al margen de la conciencia etnohistórica, o de nuestra conciencia de que somos parte  indiscutible de la naturaleza y de todo lo viviente, como lo dicen las filosofías indias de América. Estas conciencias irreductibles pueden enriquecer  y fortalecer la conciencia de clase,  la conciencia anti-imperialista y  la superación progresiva del racismo, del patriarcalismo y  del  colonialismo interno.

    Hoy por ejemplo mucha gente se asombra de alianzas afectivas  entre  pueblos indígenas, afrovenezolanos, mujeres, que se encuentran  no solo en los centros de trabajo sino también en sus luchas específicas y  comunes. Y esas luchas comunes son también  las del pueblo palestino, las del pueblo haitiano,  de  los  indios norteamericanos en el apartheid de las reservaciones, pasando por el movimiento mundial que  busca  en tiempos de cambio  el pachacuti,  el equilibrio de la vida y  del planeta. O como  lo llamaría  César Rengifo en su tiempo, el regreso de la tierra verde.

De allí  la necesidad de comenzar por conocernos a nosotros mismos, desde nuestras propias especificidades,  desde nuestra diversidad  cultural, étnica y lingüística, desde nuestra  propia  biodiversidad  amazónica, andina, guayanesa, llanera o caribeña.

3.-EN SÍNTESIS, CÓMO PLANTEARÍAS TU  EL MAYOR APORTE DE  LINA, DESDE SU GENTE, CON  SU GENTE EN EL  AQUÍ Y   AHORA  DE LA  POLÍTICA?

Respuesta 3:

-Tanto Lina como testimonio vivo -se fue su cuerpo, pero quedó su espíritu de lucha-, así como el de  muchos líderes populares hoy, los refugios climáticos, las esquinas calientes, las cárceles, las misiones, los desplazados,  son magníficas oportunidades para la construcción  de  un diálogo de saberes, para una formación intercultural permanente y en profundidad. Unos  espacios vitales  para  la educación intercultural donde nos formemos formando, donde educándonos con los otros, también eduquemos, buscando la semejanza en la diferencia y la diferencia en la semejanza, como dice  Choquehanca, el Canciller de Bolivia. Entender que  la universidad viva es la comunidad.  Por eso tampoco podemos olvidar   el papel irremplazable de los pueblos indígenas, aquí y en todos los continentes,  sus comunidades, sus luchas, sus filosofías milenarias, sus indosocialismos, comunales y cósmicos.  Esta es la base para el nuevo diálogo entre los pueblos, las culturas populares y las academias. Pero ya no es sólo un diálogo entre los seres humanos sino también con la naturaleza, con la vida y con todo lo viviente, con el cosmos y el equilibrio planetario. Las “Manos a la Siembra” que ha promovido Carlos Lanz con mucho empeño, debe hundir sus raíces en  las múltiples y proteicas  ecobases agroalimentarias de los distintos pueblos indígenas, según las regiones y  localidades. Lo cual  lejos de vendernos  la  idea de los viejos historiadores de una  “alimentación mestiza”, nos  lleve a una  agroalimentación intercultural, que incorpore los  aportes de todos los continentes para la soberanía y seguridad agroalimentaria en una época de crisis y en la que debemos cuidar a la Madre Tierra. Y esto tiene que ver mucho con el conocernos a nosotros mismos (la identidad) y con  el buen vivir (la filosofía de vida).

  Los  pueblos  se sentirán seguros de su papel histórico en una revolución bolivariana en la medida  en que la sientan suya  en  pensamiento, en sentimiento, en su palabra, en su obra común y específica. Y tan suya será que la asumirán, como la asumió Lina, sin que le pesara en cuerpo, alma y corazón. Por eso la revolución siempre la llevó prendida en el pecho.

Caracas 8-3-11 
 
 guaicaipurosrr07@hotmail.com


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Saul Rivas Rivas


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