En un artículo que apareció en esta página el día Miércoles, 09/02/05, Martín Guédez hacia referencia a la necesidad de llevar adelante una revolución cultural. Martín presentaba sus argumentos en el contexto de la educación formal que se ofrece en las escuelas. Más recientemente hemos observado en aporrea una discusión entorno al programa La Hojilla, lo cual me ha llevado a revalorizar el llamado de Martín en el contexto de los medios de comunicación audiovisuales. En ese contexto me formulo las siguientes preguntas:
¿Es La Hojilla el modelo de programa de opinión de la Revolución Bolivariana?
¿Basta poner un busto de Chávez en un programa de TV para que éste sea intocable?
¿Es ser revolucionario sinónimo de adulante de Chávez?
¿Es suficiente criticar las superficialidades de Leopoldo Castillo sin tocar nunca asuntos de fondo para considerarse defensor de la revolución?
¿Cumple La Hojilla con las disposiciones de la Ley Resorte?
¿Es la ética y la estética de La Hojilla la ética y la estética de la Revolución Bolivariana?
¿Es participativo un programa donde los usuarios nunca hablan directamente sino que son representados por lo moderadores?
¿Cómo al niño le gusta jugar con barro hay que darle más barro?
No se trata de atacar a La Hojilla, no se trata de que cierren La Hojilla, no se trata de desprestigiar a los conductores de La Hojilla, se trata de que ahora hay una Ley Resorte que le da poder a los usuarios y usuarias para opinar sobre el contenido y la forma de los programas que ofrece la televisión. El canal del Estado, el canal de todos los venezolanos, no es excepción y La Hojilla no está por encima de la Ley Resorte. A ver si me explico, estamos luchando por una democracia participativa y protagónica para todos, no por una democracia de un solo protagonista y de un solo participante. Sería entonces un contrasentido defender una televisión representativa en un democracia participativa. Sería un contrasentido un programa de opinión política donde sólo unos pocos son oídos, donde unos pocos se sienten dueños de la verdad, donde unos pocos tiene privilegios mediáticos.
Otro asunto que me llama la atención en la discusión en torno a algunas afirmaciones hechas en La Hojilla y la reacción de sus conductores ante las críticas, es la descalificación de los profesionales. La Hojilla sale al aire gracias a cientos de horas de investigación y desarrollo de técnicos y científicos. Esta página web existe gracias a expertos en computación. Barrio Adentro es posible gracias a que existen unos médicos y unas enfermeras especializados, bien formados, portadores de saberes científicos y técnicos. Usted se embarca con confianza en un avión, en un ascensor, usted toma medicinas, se divierte en una montaña rusa y bebe buena cerveza o cocuy porque sabe que fueron hechos por expertos, por gente que sabe. Se le hace un flaco favor a la Revolución Bolivariana atacando a las personas que saben de algo, que son expertas en algo, estudiar no es un pecado, estudiar y dominar un conocimiento es una de las virtudes revolucionarias. Un buen ejemplo es Marx. Precisamente el espíritu que mueve a las misiones es que queremos un país de sabios y no un país de ignorantes.