Durante muchos años he criticado y he escuchado a muchos hacer lo mismo, en relación a la manera en que las organizaciones políticas seleccionan, asignan y eligen sus candidatos a los cargos de elección popular, en la cual la opinión del pueblo, que al fin y al cabo es quien deposita sus votos en favor de ellos, no es considerada. Ahora en Venezuela, pareciera que se ha puesto de moda aquello que ha sido la aspiración de muchos por años, LA ELECCIÓN Y SELECCIÓN DE LOS CANDIDATOS CONSIDERANDO LA OPINIÓN DE LAS BASES… hasta aquí todo marcha muy bien, pero hay algunos inconvenientes.

Algunos directivos de las maquinarias políticas solo conocen las viejas estrategias políticas y pretenderán seguir ejerciendo el poder del control político de las estructuras y tratarán de imponer a sus candidatos. Por otra parte, durante años, los comerciantes de la política han manipulado los procesos de elección y de selección de candidaturas, mientras que el grueso del pueblo ha sido manipulado y termina por respaldar a aquellos candidatos que han salido de la línea del partido… la cual por lo general la bajan los directivos de la organización. Preocupante es esta condición, porque a pesar de hablarse mucho de la maduración de las bases en cuanto al quehacer político, eso es en el papel, porque es muy frecuente que al final las bases hacen lo que se les indica como línea del partido.

He escuchado a diferentes voceros de organizaciones políticas hablar de la elección por las bases de sus candidatos, pero es de esperarse que aquellos que ocupan altas posiciones en la dirección de la organización sean los seleccionados, lo cual es muy natural porque son las personas que el ciudadano común identifica con la organización, ya que ellos son los aparecen dando declaraciones, aunque nunca vayan a las comunidades, excepción que hacen en los momentos electorales cuando buscan el apoyo del pueblo… agreguemos a esto que muchos trabajadores sociales realizan trabajos comunales en su comunidad pero en el resto de la circunscripción electoral no son conocidos, lo cual los pone en desventaja con os directivos que son conocidos en un ámbito mayor.

En estos días dictaba un seminario para aspirantes a cargos de concejal o de integrantes de junta parroquial, referente a las condiciones reglamentarias para la participación en esos cargos o candidaturas y me sorprendí del desconocimiento de los aspirantes de a que se enfrentan y a que se deben someter al decidir medirse en una contienda electoral interna para ser candidato o candidata de la organización. Recuerdo entre otras cosas que se preocupan más por quien debe postularlos que por quien le brindará su respaldo para la postulación… para algunos es más importante si la agrupación tal o cual me respalda que si tal cantidad de electores me respaldan, que al final son quienes votan. Hubo necesidad de repetirles varias veces la diferencia entre ser postulado por unas organizaciones sociales o ser postulado por una cantidad de electores que respalden su candidatura con su firma… y no se aún si lo comprendieron, pero sentí la duda. Algunos piensan que alcanzar una cifra de firmas para su postulación es cuesta arriba, pero no se detienen a pensar que es más fácil conseguir la firma la cual se hace abiertamente y personalizada frente al candidato, mientras que el voto se hace detrás de bastidores, pudiendo indicar que votó de una manera y hacerlo de otra…

Hace falta mucha preparación política en el pueblo común y corriente, quienes por lo general son más sinceros y están llenos de ganas de hacer bien las cosas, mientras que muchos politiqueros sólo ven en estas elecciones un medio de mejorar la condición económica, sólo que no la de todos sino de mejorar económicamente ellos y sus amigos.

Por ello es preocupante la falta de preparación de las bases para que realmente estén preparados para cerrarle el paso a quienes sólo aspiran sacar provecho personal de los cargos para abrirle paso a quienes desean trabajar por la comunidad.

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