Efectivamente, desde el pasado año se venía difundiendo el rumor de la cercanía de una nueva devaluación. Incluso, al ministro de Finanzas, Tobías Nóbrega, le costó el cargo anunciar inconsultamente la medida antipopular. Lo cierto es que el gobierno, el Banco Central de Venezuela y la Asamblea Nacional, acordaron una devaluación de un 12% del Bolívar.
Cuando los funcionarios gubernamentales dicen que determinada medida o política no se concretará, es porque ya hace rato que están discutiendo cómo instrumentarla.
¿Qué significa devaluar la moneda?
Más allá del significado antinacional que para muchos puede tener una medida como esta, en rigor, la devaluación se traduce para los trabajadores, para el pueblo, para las personas que viven de un salario o no tienen un ingreso fijo y regular, en un aumento del costo de los productos que deben adquirir. En un país como el nuestro, importador neto de la mayor parte de lo que consume (60% de lo que se consume se importa), que no se autoabastece de alimentos, sólo en algunos rubros, esta es una medida que tendrá un impacto negativo en el aumento del costo de la vida, que se sumará a la inflación acumulada en los últimos años.
Ya los principales representantes del empresariado venezolano se apresuraron a anunciar aumentos de precios. Javier Macedo, presidente de la Asociación de Supermercados, dijo: “los productos con materia prima importada y los importados subirán”. Es bueno advertir que el 28% de los insumos que utiliza la industria manufacturera son importados. Por otra parte, Lope Mendoza, presidente de Conindustria afirmó que la devaluación tendrá un impacto directote 3,4% en la inflación.
¿Quiénes se benefician con la devaluación?
Por supuesto, no será el pueblo el beneficiado. Los que sí obtendrán grandes ganancias serán los exportadores, ya que la devaluación desestimula la importación de productos, ya que ahora tendrán un costo mayor al que tenían antes, mientras estimula a los grandes exportadores, que por cierto, en Venezuela, es un reducido grupo de empresas.
Un producto o insumo que en el mercado internacional tenga un costo de 100 dólares, lo cual equivalía con el cambio anterior (Bs. 1950) a Bs. 195.000, ahora costará con el nuevo cambio (Bs. 2150): Bs. 215.000, es decir un 12% más. Esta será la ganancia que obtendrán los exportadores colocando sus productos en el exterior.
Los otros beneficiados serán los banqueros, las transnacionales, las grandes empresas y los millonarios responsables de la deuda externa, los cuales tienen sus recursos en dólares en bancos del exterior. Por ejemplo, un millón de dólares, que hasta antes de la devaluación equivalían a Bs. 1.950.000.000, ahora serán Bs. 2.150.000.000, es decir, de un plumazo, sin mover un dedo, y sin sudarlos, los banqueros y las grandes empresas, los que “fugaron” dólares al exterior, responsables de la cuantiosa deuda externa que los trabajadores venezolanos seguimos pagando con nuestro trabajo, obtendrán una ganancia de !!!200 millones de bolívares!!!
Pero allí no queda la cosa. La gente del pueblo, los trabajadores que viven de lo que cobran cada semana o quincenalmente, se preguntarán: ¿y a mí en que me afecta la devaluación si yo no tengo dólares? Efectivamente, a los que le “afecta”, por cierto, muy lucrativamente, es a los que tienen dinero, a los que tienen dólares. ¿Y quiénes tienen dólares en este país? Precisamente los que nombramos anteriormente, los banqueros, grandes empresarios, transnacionales, los cuales tendrán jugosas ganancias vendiendo dólares en el mercado negro. Anunciada la medida, el dólar que se cotizaba en el mercado negro a Bs. 2600 dio un salto a más de Bs. 2800, y probablemente, seguirá aumentando.
¿Para beneficio de quién, entonces, crece la economía?
Al finalizar el año 2004, el gobierno anunció con bombos y platillos un crecimiento de la economía que ascendía a 17,3%. Así como el nivel más alto de reservas internacionales de la historia (entre 21 mil y 25 mil millones de dólares), favorecido por los altos precios petroleros, que cerraron a un promedio anual de 40 dólares el barril, muy por encima del precio estimado en el presupuesto; y con cuantiosos ingresos por impuestos (IVA, ISRL y débito bancario).
En estas condiciones tan ventajosas para la economía, no se justifica una nueva devaluación que sólo repercutirá negativamente en los bolsillos de los trabajadores. ¿De qué sirve entonces que los índices macroeconómicos mejoren si esto no se traduce en bienestar para el pueblo?
*Profesor de la UCV. Miembro de Opción de Izquierda Revolucionaria (OIR). miguelaha2003@yahoo.com
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