Si le falta todo esto, le sobran muchas camisas y guayaberas rojas y vicios que no ayudan en nada. No suman, pero restan bastante.
Pudiera también imponérsele la tarea (como castigo) de leerse un tratado de cómo debería ser y actuar un alcalde revolucionarios, pero ante un analfabetismo funcional terminarían agotados y el tratado quedaría varado en algún escritorio.
De acuerdo con la información que una vez visualicé en la página Web del PSUV; la revolución tiene más o menos 265 alcaldes “revolucionarios” y esta cantidad es un verdadero ejército, si los alcaldes actuaran de acuerdo a una elemental comprensión de los temas incluido en el libro rojo. Si además de una mínima comprensión del libro rojo, fueran capaces de entender el sentido de una palabrita que posee doce letras y puede deletrearse así: ar-ti-cu-la-ción, tendríamos mejor suerte. Si nuestros alcaldes “revolucionarios” entendieran el significado de estas cincos sílabas y doce letras corridas, sería altamente provechoso para el proceso porque en ves restar, estarían en condiciones de adicionar.
Ante una dificultad para entender el sentido de esa palabrita con doce letras que suena articulación, sería un error didáctico pedirle profundidad en el entendimiento y someterlo a cursos ideológicos y de formación técnica. Necesitaríamos de un propedéutico y ahí nos agarraría el 2012 con los problemas que toda operación de resta tiene. En vista de este tremendo escoyo que confrontamos con nuestros alcaldes “revolucionarios”, pienso que hay una ligera y difícil salida que seguramente no van a compartir, pero que luce inevitable aplicarla.
La sugerencia o propuesta no trata de crear o inventar algo para salir de esta falta de sentido común de nuestros Alcaldes y Alcaldesas. Hay un conjunto de normativas muy importante que seguramente los alcaldes y alcaldesas no han tenido tiempo de leer, pero no vamos a castigarlo, colocándole como tareas las lecturas de estas leyes creadas y aprobadas por la revolución. Nada de eso, vamos a descomponerles las cosas y ofrezcámosles una pequeña formula que no van a querer ingerir, porque puede estar en conocimiento que se trata un purgarte para sacarle las lombrices que tienen en la cabeza.
Para hacerles las cosas sencillas y no obligarlos a leer la Ley del Orgánica del Poder Popular, Ley Orgánica de Planificación Pública y Popular, Ley Orgánica de Contraloría Social, Ley Orgánica de los Consejos Comunales, Ley Orgánica de las Comunas y el Reglamento de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno, debe obligársele a leer cientos de veces un articulito de la Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública (CLPP) y culminado esta tarea, hagamos una jornadas de exorcismo para sacarle los demonios y valores que tienen por dentro para que no vayan después a producir una aplicación de este articulito con las mañas de la IV República .
Para simplificar más las cosas, porque el reto es no cansarlo muchos, tomemos de ese articulito 13 de la Ley del Consejo Local de Planificación Pública (CLPP) el ordinal 1, 2, 3, 6, 7, 8, 9, 10, 13 y 17. Entender y aplicar esto sin las mañas de la IV es suficiente para transformar a las caperucitas y caperucitos del proceso en Alcaldes y Alcaldesa revolucionarios y revolucionarias. Por favor, si no tienen mucho tiempo, que seguro no lo tienen, no pierdan energía leyendo a Marx, Gramsci, Bolívar, Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Reflexiones de Fidel y otros batidos filosóficos. Por favor léanse este único articulito y guíen su gestión en función de lo que pueden entender. Si hacen esto, es un salto suficiente para hacer algo en correspondencia con el proyecto.
NOTA: Si conocen de un Alcalde o Alcaldesa, que por pura casualidad aplique este articulito 13 de la Ley del Consejo Local de Planificación Pública, atrápenlo para cogerle cría o hacerle varios clones.