Los escuálidos de otros tiempos, ya con su condición asumida de majunche, dejan que sea el punto a tratar un día como hoy cuando se dilucida si un periodista es un comunicador social, o un comerciante que vendiendo su alma al diablo; se presentan en las pantallas del televisor, como un producto de consumo, en una clase que se reconoce decadente y sin propuesta para seguir apuntalando la exigencia de un mundo que los dejo en un pasado sin futuro.
Las llamadas anclas, de los medios, son los líderes de la clase que se imponen como
representantes, en una sociedad descompuesta que no tiene opciones de
seguir; se creen sus falsas montadas bajo efectos de alucinaciones
egocéntricas y la extienden por todos sus oyentes que han enfermado
previamente para que se entretengan con sus estupideces.
Las anclas no están preparados para ayudar a
educar un pueblo que se está formando socialista; unos porque son
mentiras y otros porque no saben decir verdades y olvidan lo necesario
que es la preparación cuando se está frente a un público que puede
cuestionarlos por decadentes y otros que pueden aceptarlos por
alienación y falta de sindéresis.
Es necesario que los órganos rectores tomen
medidas para ir corrigiendo como corresponde en revolución, de nada
sirve que los esquemas IV republicanos sigan vigente en un proceso que
lleva 12 años y las estructuras comunicacionales siguen haciendo lo
mismo que en la república anterior; tienen que tomarse medidas
correctivas que refuercen el contenido de las bases, una revolución no
puede tener la contradicción de seguir usando un esquema
que va en contra de lo que estamos planteando; la preparación del ser
pensante se hace demasiado lento y los espacios son ocupados por
aprovechadores que están usufructuando los beneficios que la revolución
tiene preparado para sus participantes.
Vienen días de necesidades comunicacionales y la
guerra que se plantea es de información de mediáticos contra pueblo en
construcción y de no tener los correctivos, estamos en desventajas
frente a un enemigo que tiene previsto el odio como ayudante de la
deformación de sus adeptos y penetración de lo mismo en la nuestra.
Prendamos las camataguas, en esta guerra no hay
medias tintas, o estabilizamos la revolución, o corremos el riesgo de
perderla y empezar dentro de cien años más, porque no fuimos fuertes
para plantear en este momento PATRIA SOCIALISTA O MUERTE, VENCEREMOS Y
HASTA LA
VICTORIA SIEMRE.
HAZTE CONCIENCIA.
machucamelo@cantv.net