El “Cura” José Palmar y la Iglesia

No estoy inventando nada o generando una idea novedosa, si llego afirmar que la iglesia apostólica y romana viene de una crisis antiquísima. Desde que dejaron de ser realmente parte del centro del poder político, entraron en su hueco negro y han logrado sobrevivir a través de una mercantilización de la idea de Dios y sobre ese proceso de negociar con esta idea, han logrado sobreponerse a los tiempos. Ni en su tiempo de “esplendor político”, ni hoy, la iglesia debe ser entendida como una institución sustentada en el pensamiento de Cristo, porque Cristo (supongo yo) no puede ser visualizado a través de ese oscuro momento de la inquisición. Ni en esa gran “oscurana” (como dicen en mi pueblo), ni después de ese episodio; el pensamiento de Cristo ha de darle sustento.

La “oscurana” de ayer, se ha hecho visible a través de los silencios cómplices que sostuvieron ante sistemas políticos torturadores y asesinos. No pudieron meter en la hoguera nadie, pero se aprovecharon y pasaron a compartir responsabilidades en procesos de desapariciones y torturas. Se oponen al aborto, pero son los mismos que traficaron con niños y niñas arrancándoselas a madres torturadas.

¿Qué mal hizo la teología de la liberación? ¿Qué mal hizo el poeta Ernesto Cardenal? La maldad de los teólogos de la liberación fue colocarse al lado del débil y humilde, sin embargo fueron perseguidos, hostigados, regañados unos y expulsados otros. Los teólogos corrieron esta suerte, mientras a los pederastas y pedófilos los protegieron y sus “pecaditos” fueron guardados y perdonados.

Uno supone erróneamente, que el concepto de Dios y el pensamiento de Cristo es una especie de idea superior que rige la actuación de la iglesia y de los que viven de ella. El “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”, es la síntesis clásica de los diez mandamientos y el principio sobre el cual debería estructurarse el discurso y la acción de la supuesta iglesia y de los supuestos curas cristianos que la conforman.

Pero esto es una ilusión, que vive en el corazón de los miles de ciudadanos y ciudadanas de paz que acuden a los recintos a rezar por el amor al prójimo. Este sentimiento cabe en esos corazones. El abrazo de amistad que se nos piden en un momento de la eucaristía es real sólo en la gente que va a la iglesia, mas en los curas; el deseo anda en otro sentido.

Este 06/07/2011 el supuesto padre José Palmar nos colocó ante la iglesia real y de siempre. Decidió presentarla con un juguete del siglo XXI. Se embarcó en una jornada de “twittear” y a través de ese recurso tecnológico nos hizo visible la iglesia católica y apostólica de siempre. La intolerante, la cargada de odio con el pensamiento del otro, la racista y esa que se reúne en torno de un cristo que se nos vende casi siempre como ser blanco y de ojos azules.

El “Que viva el cáncer de Hugo Chávez”, no es por supuesto un sentimiento extraño a esa iglesia, es su idea y valor real. Es una síntesis de su ser, auque en ella estén curas y personas que militan en la idea de un Dios pleno de amor y humanidad.

Si Chávez hubiese echado un chiste colorado en una cadena, seguramente la conferencia episcopal venezolana habría preparado inmediatamente una plenaria con una rueda de prensa para cuestionar el chiste colorado de Chávez. El silencio ruidoso y estrepitoso que ha guardado la jerarquía de la iglesia sobre este twitter: “Que viva el cáncer de Chávez”, simplemente nos comunica toda la porquería de institución que fueron y vienen siendo.

Es una cosa que aparentemente no cabe en el sentir de un cura, pero no es el cura, es la iglesia y lo que ella representa con su mensaje y su acción de siempre.

evaristomacano@cantv.net



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Evaristo Marcano Marín


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