Las recientes revelaciones sobre las “asquerosas” incursiones (el calificativo es del ex Primer Ministro laborista británico, Gordon Brown), del semanario dominical “News of the Word, propiedad del magnate mediático Rupert Murdoch, patentizan el grado de crispación que en las élites de ese país ha significado el conocimiento público de las viejas y generalizadas operaciones de escuchas ilegales llevadas a cabo de agentes al servicio de ese antiguo medio de comunicación, en contra de la privacidad de miembros de la Corona Británica, políticos, empresarios, deportistas, artistas y hasta simples ciudadanos afectados por una tragedia o por la fama.
Lo que resulta contradictorio es fue precisamente, esa misma élite, que hoy se muestra iracunda contra Murdoch por la profanación de su intimidad y la violación de los principios de la “Libertad de Expresión”, se haya confabulado con el gobierno imperialista de los Estados Unidos y sus peones del gobierno del Reino de Suecia, para lanzar una cacería judicial y policial contra el ciber-periodista Julian Assange, bajo el pretexto de un supuesto delitos sexual, pero cuya inocultable motivación no ha sido otra que castigarlo por haber utilizado el espacio del portal Wikileaks, para difundir en Internet las perversiones y mentiras de la diplomacia espía y desestabilizadora usamericana y el carácter inmoral e ilegal de las guerras imperialistas en Irak, Afganistán y Pakistán.
La prueba más evidente de la falsa moral de las élites británicas frente a estos dos personajes de la comunicación – Murdoch, del Capitalismo mediático y Assange, de los medios alternativos – es que mientras Rupert Murdoch se pasea sonriente y libre pos su originaria Australia y viaje a su nuevo hogar británico sin haber sido objeto de ninguna molestia policial ni mucho menos judicial, negociando con otros magnates la salvación de algunos de sus negocios mediáticos, su coterráneo Julian Assange debe vivir en la casa de un abogado amigo, sometido a un aparato electrónico de localización, obligado a presentarse diariamente en una comisaría y hoy, presentar alegaciones ante la Corte de Londres que estudia su apelación a la decisión de un tribunal de primera instancia que acordó autorizar su deportación al Reino de Suecia en donde, muy seguramente, lo enviaran a los Estados Unidos para que, en unión del soldado Patrick Manning, responda por gravísimos delitos y se le apliquen largas condenas por espionaje en favor del enemigo, conspiración para dañar la seguridad nacional del los Estados Unidos de América, etc.
‘Las chuzadas” británicas del imperio Murdoch, al mejor estilo de Alvaro Uribe Vélez y el DAS colombiano, no solo confirman la ausencia de escrúpulos de los dueños de las empresas globales de la comunicación y el comportamiento criminal de sus subalternos, sino que confirma que tales corporaciones ejercen pleno control sobre los principales órganos de toma de decisión política de los gobiernos imperialistas, sus aparatos policiales y sus órganos judiciales, por cuanto es impensable que un país policialmente controlado como es el Reino Unido, estas empresas puedan realizar estas operaciones de intercepción telefónica y acceso a archivo personales, políticos y militares secretos, sin que sus servicios de inteligencia no se enteren.
Lo importante de este nueva “chapuza” de uno de los imperios mediáticos más importantes del planeta ( cuyos socios en el negocio informativo manejan como si se tratara de una travesura o pillería del pícaro Murdoch), es que confirma el doble rasero de la Justicia Imperial, que persigue y condena a Julianj Asange, por exponer ante el mundo los crímenes de guerra y violaciones graves a los derechos humanos de un Estado forajido, como lo es Estados Unidos de América, sin recibir ningún pago por ello y, quien como Rupert Murdoch, con cinismo y desprecio a sus cómplices del Reino Británico Estado, reconoce su delito, clausurando el semanario News of the World y continuando libremente la compra de una cadena televisiva para seguir espiando, mintiendo y desinformando, en nombre de la Libertad de Expresión y la Libre Empresa.
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