(El Tareísmo del Poder Popular)

¿Cómo debería ser [y cómo es] el Poder Popular? (II)

En la primera parte de este análisis (Parte I) se afirmaba que era muy buena señal saber que en el país existían 41.600 consejos comunales que han participado en la construcción de 7 mil viviendas[i]. A este dato hay que agregarle, la muy buena experiencia acumulada en las mesas técnicas a través de las cuales, las comunidades organizadas resuelven sus problemas más  domésticos: servicios de agua, luz, aguas servidas, mantenimiento a las escuelas.  

Este dato que es muy positivo y alentador,  puede terminar siendo un factor de torcimiento del rumbo que debería tener el fortalecimiento del Poder Popular por los riesgos que contiene. Entre estos riesgos, se pasan a especificar dos:

1) Ver al el Poder Popular como una institución receptora de fondos  para ejecutar algunas obras. Esto puede implicar una visión y práctica en la cual, la democracia protagónica revolucionaria se quede en un "tareísmo" o como una empresa constructora.

2) Enfocar la atención de las comunidades organizadas en este “tareísmo”, es una manera de alentar una atomización de proyectos (parcelamientos de los territorios) y se pierde así,  la oportunidad de ver los problemas integralmente y con proyectos estructurantes.

En esta primera parte, se argumentaba que una manera práctica de visualizar el acercamiento entre esta política y la realidad (deber ser y es), pasa por  considerar el sentido  de la propuesta y para ello se había tomado las referencias contenidas en el PNSB y en las cinco leyes calificadas como del Poder Popular. Se planteaba que estas referencias debían operacionalizarse y se optó por utilizar una idea de  Damiani y Núñez (2011) contenida en un artículo publicado en la revista comuna y la idea o concepto de participación de Marta Harnecker, contenido en su trabajo, cuyo título es: De los Consejos Comunales a las Comunas.

Si logra aceptarse que las “variables”: comunidad organizada y toma de decisiones son conceptos o elementos que permiten realizar las aproximaciones ente el deber ser y el es del Poder Popular, se tiene entonces una referencia para procesar ese acercamiento y visualizar si estos 41.600 consejos comunales son social y POLITICAMENTE un poder. El término o concepto de organización nos comunica una situación muy clara: Compromiso, una visión, una misión, permanente debate para direccionar la vida de la comunidad y una clara idea de visualizar el país que queremos a través de esa dinámica comunal. En estas disgregaciones de los aspectos claves de esta política, comienza a notarse los peros.

Una cosa es tener Consejos Comunales en carpetas y registrados en una base de datos de una taquilla única en un ministerio y otra muy distinta, es percatarse que hay muchos consejos comunales de carpetas y secuestrados por algunos voceros y voceras, que se aprovechan de algunas ventajas. Consejos así no pasan de ser un grupito de camaradas que no tienen interés en aprovechar esta circunstancias para impulsar un proceso de aprendizaje y lucha comunitaria El asunto es evitar repetir el “bum” de las cooperativas, que resulto ser un fracaso, no por la muerte del cooperativismo como filosofía de compartir y ser solidario, sino por nuestra viveza.

No tengo mucha referencia para argumentar el sentido de organización, pertenencia y de colectividad que existe en los consejos comunales, pero uso una referencia a la cual tengo acceso porque estoy participando indirectamente en un trabajo que se ejecuta en una parroquia del estado Anzoátegui. En esa parroquia hay once consejos comunales; siete están “debidamente conformados” en la taquilla única y en las carpetas de los algunos voceros pero no están activados. Los distintos comités no funcionan ni se reúnen y no hay encuentros entre las diferentes vocerías y entres estas vocerías y las comunidades. ¿Cuántos de estos 41.600 consejos están en estas condiciones? Cuántos existe en registros y en carpetas pero no tiene alma ni pasión y movilización de estas comunidades.

¿Siete mil viviendas construidas por 41.600 consejos es un buen dato? Claro que lo es. ¿Qué tan bueno es ese dato? No parece ser un buen dato porque nos comunica que se han construido 0,2 viviendas por consejos comunales y con el sentido de este dato, se estaría en condiciones de afirmar,  que si la organización fuera efectiva, esperaríamos (por lo menos) una casa por Consejo Comunal.

El FCI ha otorgado en el oriente del país un total de 438 financiamientos, es un buen dato que habla bien del Consejo Federal de Gobierno y del FCI, pero nos comunica otra cosa, respecto a la capacidad de organización de los consejos comunales, porque en el oriente del país hay aproximadamente 4.000 consejos “organizados” y si relacionamos los datos, observaremos que el 10,95% de los consejos han formulados proyectos para acceder a este financiamiento. La organización no es muy efectiva, porque una comunidad ORGANIZADA debe estar en  condiciones de afrontar los retos y de aprovechar las oportunidades. Aquí debería existir otra manera de ser vivo: Organizados se está en condiciones de buscar apoyo y asesoría para aprovechar esos fuentes de financiamiento.

Pero esta no es la arista más importante del problema, porque como ya se mencionó, este lado del asunto se enfoca en el “tareímo” y hacer el “mandado”. Más importante que la opción de ofrecer financiamiento para ejecutar obras en las comunidades, está el aspecto más medular y estratégico del deber ser del Poder Popular. Este aspecto es el POLÍTICIO, y sobre él trataremos en la próxima (y última) parte de estas notas reflexivas. Este lado del asunto facilitará una mejor comprensión de cómo debe ser [y cómo es] nuestro Poder Popular.

evaristomarcano@cantv.net


[i] Esta primera parte está disponible en : http://www.aporrea.org/poderpopular/a127855.html


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Evaristo Marcano Marín


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