http://www.youtube.com/watch?v=yN1XYDNyZYY&feature=youtu.
Otra. Anexo, sin mayores comentarios, cuadro comparativo del reparto de Libia por parte de los neo bucaneros una vez la OTAN termine de imponer a sus supuestos alzados; o sea, los mercenarios disfrazados de árabes.
“Destino del petróleo Libio”
México. The New York Times, da cuenta cómo grupos de tarea del Pentágono, de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de otras dependencias del área de seguridad estadunidense -junto con mercenarios subcontratados bajo el disfraz de contratistas privados-, operan directamente en territorio nacional al margen de la Constitución Política Mexicana, convirtiendo a ese país en la república bananera más grande de la Subregión.
http://red-latina-sin-fronteras.lacoctelera.net/post/2011/08/23/mexico-intervencion-va
Honduras. Los auto nombrados revolucionarios en la patria de Morazán, desde las oficinas del humanista gobierno continuador del golpe de Estado, atacan a Juan Barahona o a Manuel Zelaya y los tildan de traidores, burócratas, oportunistas, corruptos que se aferran al sistema electoral burgués olvidando los intereses del pueblo. Se ataca a esos personajes y creen defender el pueblo o hablan en su nombre, cuando la verdad hacen referencia a una concepción muy particular de defender La Revolución, sin siquiera tener respaldo alguno más que un teclado y buena letra. En Centroamérica como en Libia, se cuecen las habas.
Las petroleras tiemblan. “La Casa Blanca sufrió una sacudida el martes, no solo a causa del terremoto de magnitud 5,8, sino también por las crecientes protestas frente a la sede presidencial. Más de 2.100 personas dicen que se arriesgarán a ser arrestadas en las próximas dos semanas. Se oponen al proyecto del oleoducto Keystone XL, diseñado para transportar crudo pesado de las arenas de alquitrán de Alberta, Canadá, a refinerías de la Costa del Golfo de México en Estados Unidos”. Democracy Now.org; por: Amy Goodman y Juan González.
(*) Politólogo e Internacionalista venezolano
Magíster en Seguridad y Defensa