No tengo ningún dilema en reconocer que cada uno de nuestros muertos que han desempeñado un papel destaco en las luchas sociales y políticas, merecen nuestro respeto, cariño, recuerdos y consideración. Willian Lara es merecedor de este afecto por su trayectoria. Estuvo en el PSUV y viene del Partido Comunista de Venezuela, que le ha dado a Venezuela importantes figuras políticas con un pensamiento muy claro.
Willian Lara entonces, merece todo nuestro afecto y lo que se haga para mantener vivo su sueño, esperanza y lucha, es loable y reclama nuestra más contundente participación. Así que cuando visualicé en una de las ediciones del Correo del Orinoco una publicidad a media página anunciando una jornada entre 8 y 12 de septiembre, con el lema: “Willian Lara Por Siempre”, me alegré y dije para mis adentros: ¡Qué Bueno! Sin embargo, al terminar de leer el programa que aparecía en la publicidad, una cierta incomodidad fue ocupándome y no lograba entender su sentido y las razones de esta incomodidad. En otro día, logre ver nuevamente el aviso y la razón de la incomodidad afloró seguidamente en mi memoria. Recordé a Luis Tascón e inmediatamente también, se hizo presente la figura de Alberto Müller Rojas.
A veces un silencio dicen mucho o más de lo que uno supone. Este recordar a Willian Lara y dejar en el olvido a estos dos camaradas son un documento no escrito, que nos advierten de importantes señales. No vaya a mal interpretarse esta reflexión, Willian Lara fue un gran camarada y murió accidentalmente trabajando por el proyecto revolucionario y aunque su muerte se hubiese producido en otras circunstancias, merece que cada día y cada año se le recuerde y lamentemos esta gran pérdida, recordarnos su lucha y esperanza. No recordamos institucionalmente a Luis Tascón, que si la memoria no me falla, murió por estos días de agosto y estuvo en la candela en los momentos más dramáticos del proyecto Bolivariano. Aunque no era miembro del PSUV porque fue (¿injustamente?) expulsado de las filas; creo que no hemos sido muy éticos institucionalmente al tratar de no fijarnos en esta figura, que lamentablemente también nos dejara.
En un momento de su lucha, Luis Tascón fue incómodo. No sé si sus denuncias fueron ciertas, pero sin lugar a dudas, estas denuncias promovieron su expulsión. Habiéndose equivocado (no fue su única equivocación, tal vez) merece nuestro recuerdo y consideración; pero lamentablemente fue crítico y nos advirtió de una posible falta de ética de algunos nuestros revolucionarios.
Alberto Müller Rojas, también creo que nos dejó físicamente por estos días y este lamentable suceso no está muy distante en el tiempo para justificar que los años han facilitado el olvido institucional. No deseo, ni tengo el ánimo de realizar comparaciones porque en este caso son muy absurdas e injustificadas, pero no hay que perder de vista, que Alberto Müller Rojas desempeñó un papel importante en el proyecto revolucionario y fue una persona con un papel muy destacado en el foro político venezolano. Desafortunadamente, no parece ser muy bueno tenerlo en nuestra memoria y conservarlo institucionalmente como una de nuestras figuras emblemáticas. No se ha dicho que no lo recordemos, pero el silencio es extremadamente ruidoso para no entender el mensaje que está institucionalmente detrás de ese inmenso ruido.
Al Igual que Luis Tascón; Alberto Müller Rojas fue incomodo en los últimos momentos de su vida. Nos advirtió de un riego y de la mortal ponzoña de los alacranes. ¿Será por eso que Müller Rojas y Luis Tascón no merecen un “Por Siempre” institucional?. Muy en el fondo, hubiese sido un gesto de mucha solidaridad e igualdad, un POR SIEMPRE PARA WILLIAN LARA, LUIS TASCÓN Y ALBERTO MÜLLER ROJAS
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