Por un aumento general de salarios

Sr. Presidente: Amor con amor se paga



Ya los efectos de la devaluación comienzan a sentirse y a oírse en boca de los empresarios. Voces agoreras hablan de inflación, de la necesidad de aumentar los precios de algunos productos, incluso, de liberar los precios de rúbros básicos regulados por el gobierno. Como si fuera poco, el presidente de Mercal habló de la posibilidad de aumentar los precios de esta red popular de distribución de alimentos, sin embargo, nada más se ha dicho sobre esto. Javier Macedo, presidente de la Asociación de Supermercados, anunció el aumento de los precios de los productos elaborados con materia prima importada. Otro tanto hicieron representantes de Conindustria, Consecomercio y Fedecámaras. Más recientemente, los ganaderos anunciaron el probable aumento del precio de la carne. En el estado Vargas, ya comienza a anunciarse el aumento en 100 bolívares del precio del pasaje público, y estarían previstos otros dos aumentos por la misma cantidad antes de finalizar el año.

Si a la inflación acumulada entre el 2002 y el 2003, que alcanzó un 67%, le sumamos la inflación del pasado año, así como el impacto que tendrá en los precios el 12% de devaluación de nuestro signo monetario, la situación de los trabajadores y el conjunto del pueblo se torna realmente insostenible.

Ya en un artículo publicado en el número anterior de nuestro periódico advertíamos sobre las consecuencias negativas que la devaluación tiene sobre los bolsillos del pueblo trabajador, así como sobre quiénes son los beneficiados con una medida como esta.

El crecimiento económico debe traducirse en bienestar para el pueblo
¿Qué clase de revolución es esta donde los empresarios que hasta ayer querían derrocar al gobierno democráticamente elegido se vanaglorian de sus ganancias? La edición del viernes 8 de abril del diario Ultimas Noticias, titula: "Fedecámaras: Nos va fino". No es para menos, la organización patronal anunció que la economía creció 9% durante el primer trimestre, mucho más de lo que esperaban. Ya el pasado año, nuestra economía tuvo el crecimiento más alto de todo el continente (17,3%). En este momento el país cuenta con 25 mil millones de dólares de reservas internacionales, el nivel más alto de la historia; esta cantidad es superior al total de reservas internacionales de todos los demás países del Grupo Andino juntos (Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia). Por otra parte, el precio del barril de petróleo venezolano ascendió a 46 dólares en el mes de marzo. Sin lugar a dudas, devaluar la moneda, con las consecuencias inflacionarias que esto acarreará, no se justifica en las condiciones económicas tan ventajosas que hoy tiene el país.

El pueblo y los trabajadores venezolanos derrotaron con su movilización el golpe de abril de 2002; enfrentaron durante dos aciagos meses el sabotaje petrolero y el lock out patronal, y en agosto del pasado año, derrotaron en el terreno electoral las intenciones del imperialismo y de sus agentes nacionales, de liquidar el proceso revolucionario. El pueblo venezolano ha venido luchando para profundizar la revolución, así como para lograr un mejor nivel de vida, pero devaluando la moneda y propiciando más inflación no se profundiza el proceso, ni se hace la “revolución en la revolución”.

El crecimiento económico: resultado de la lucha del pueblo
Si hoy contamos con cifras macroeconómicas positivas, no se debe exclusivamente a la habilidad técnica de los funcionarios gubernamentales, también debe tomarse en cuenta el papel del pueblo y los trabajadores, que supieron enfrentar el golpe y recuperaron las libertades democráticas brevemente cercenadas por el imperialismo y el golpismo nacional. Se lo debemos a los trabajadores petroleros que durante dos meses, con el apoyo de las comunidades organizadas, se echaron en el hombro la gestión y recuperación de PDVSA. La situación económica con la que hoy contamos, no hubiera sido posible sin la abnegación de los patrulleros, de las Ube´s, y de los miles de activistas que en todo el país decidieron el triunfo del NO en el referéndum del 15 de agosto pasado. De allí que el crecimiento económico logrado gracias a la lucha del pueblo, debe traducirse en más bienestar y en un mejor nivel de vida. Sin embargo, mientras se devalúa la moneda y la espada de Damocles de la inflación pende sobre la cabeza del pueblo, el gobierno continúa pagando la deuda externa que ascendió en los últimos diez años de 23 mil millones de dólares (1995) a la bicoca actual de 27 mil millones de dólares.

Plan de lucha antiinflacionario y por aumento de salarios
Ante la devaluación y el eventual aumento de los precios de los productos de primera necesidad, la UNT y sus organizaciones regionales deben ponerse a la cabeza de una movilización nacional por un aumento general de sueldos y salarios, de por lo menos un 80%, que en alguna medida compense el deterioro del salario experimentado en los últimos tres años. Ya no basta con el aumento del salario mínimo. Esta medida debe acompañarse con la implementación de la escala móvil de salarios para evitar que nuevos aumentos de precios impacten negativamente los incrementos de sueldos logrados. Igualmente, debemos exigir al gobierno que se mantenga la regulación de los precios de los productos de la cesta básica, y que se castigue con cárcel a los empresarios que inconsultamente aumenten los precios de los productos de primera necesidad.


Miguel Angel Hernández Arvelo. Profesor de la UCV y dirigente de Opción de Izquierda Revolucionaria (OIR) miguelaha2003@yahoo.com


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Miguel Angel Hernández Arvelo (OIR)

Profesor de Historia en la UCV y miembro del comité impulsor del Partido Revolución y Socialismo. Como marxista, Hernández aboga por el definitivo rompimiento con el capitalismo en Venezuela y por la construcción del socialismo.


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