El Consejo Federal de Gobierno y Su Papel (y II)

Existe en la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno la figura del Distrito Motor de Desarrollo (Art. 6 y 14) y en el Reglamento, esta figura toma su perfil e intencionalidad y su sentido, va mucho con el quiebre de ese modelo impuesto y sustentado sobre el fundamento de la dependencia económica. El Distrito Motor de Desarrollo (DMD) es una importante figura y herramienta de la ley, que tuvo su respectiva explosión, pero se percibe ahora en estado de agonía y sin posibilidades de recuperación. Los DMD vivieron su momento de euforia con la creación desde arriba de muchos Distritos, pero la situación se ve estancada. Así pues, una de las primeras piezas o temáticas de trabajo del CFG languidece.

Esto puedo observarlo reconociendo el importante trabajo del CFG, pero no dejando de poner la atención, en el punto donde ahora concentra su trabajo. El DMD no es únicamente una pieza importante en este proceso, sino un punto de apoyo para avanzar en la llamada nueva geometría del poder. Desafortunadamente, creo que Chávez y las personas que ofrecieron los argumentos para producir la ley y el reglamento, han entendido cabalmente esta idea que ahora luce en estado de agónico y sin un espacio adecuado para colocarlo en terapia intensiva con el objetivo de devolverlo a la vida.

Desde lo que puedo observar, el Consejo Federal de Gobierno privilegia en su accionar al Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) que es un medio para conducir una política y no un fin. Se medio entiende, que el CFG durante el 2011 haya dejado un lado la exigencia de los planes y de la articulación de estos instrumentos en sus diferentes niveles de gobierno (comunal, municipal, estadal, nacional), pero ya en los postrimerías de este año (2011); el CFG caen en la dinámica de los gobiernos locales y estadales: “Como vaya viniendo vamos viendo”, con el desarrollo de un programa informático que plantea un aparente articulación más o menos hacia arriba, pero que puede ser una manera de preservar una “cultura” que tanto daño está haciendo y nos desubica en relación con los importantes retos que tiene el país y el proyecto bolivariano.

Después de los Distritos Motores de Desarrollos creados desde arriba y que están en estado agónico, no se conoce de muchas experiencias surgidas desde las alcaldías y debidamente organizada y planificada como auténticos Distritos Motores de Desarrollo. Como figura o herramienta, parece que tiene la misma suerte de la planificación. Su futuro parece inminente: Criatura abandonada.

No sé si el baremo, que es otra importante pieza para imponerle direccionalidad a las iniciativas que se produzcan desde abajo, corre la misma suerte que ahora tiene la planificación y la figura del DMD. Sobre este punto, no tengo constancia de su uso, pero puedo afirmar, que el baremo es otra pieza para el CFG y que le puede facilitar el cumplir con su papel y con los lineamientos contenidos en el Reglamento de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno.

Se puede objetar esta idea o percepción con el criterio de que ella carece de soporte. Es razonable ese punto de vista. Estoy lejos del ojo del huracán y no tengo los suficientes elementos referenciales para darle consistencia a la opinión que voy colocando, pero presiento (y no es buen juicio) que ya terminado el año 2011, la planificación como instrumento de gestión y como proceso sobre el cual el CFG tiene una gran responsabilidad continúa en el limbo.

La única referencia “valida” que tengo y que me permite afincarme en esta idea, es lo que pude captar en una reunión en la estuve por un momento y en la cual, técnicos del CFG presentaron un programa para incorporar información sobre los proyectos que formulan y cuyos financiamiento van por el Fondo de Compensación Interterritorial (FCI). En ese programa las alcaldías y las gobernaciones deben ir incorporando todos los detalles y características del proyecto y es la manera del CFG y el FCI de enterar cómo estos proyectos articulan con las líneas del Plan Nacional Simón Bolívar. Es una importante herramienta de control y seguimiento, pero pueden conducir al que el CFG abandone a su criatura y caiga totalmente en la dinámica de cómo vaya viniendo vamos viendo.

Pienso que es muy fácil articular hacia arriba o encontrarle a un determinado proyecto ubicación en una de las líneas del PNSB. Más complicado, pero más fructífero es articular (paralelamente) los planes comunales, municipales con el plan estadal y pienso que ahí está teóricamente hablando la apuesta que formulo el legislador al estructurar la razón de ser del CFG. Veamos un ejemplo un poco extremo, pero un ejemplo que puede servir para entender lo fácil (y superficial) que puede resultar articular hacia arriba. Imaginémonos que dentro de un Plan de vivienda, se establezca una mancomunidad con el objeto de formular un inmenso proyecto para construir miles de viviendas en la zona norte del Anzoátegui con financiamiento del FCI. Imagínese también que ese proyecto se sustente o soporte bajo la propuesta de una ampliación de la Complejo Industrial José y la | refinería de Puerto la Cruz. Este inmenso proyecto por supuesto puede encajar y articularse con la VI línea: Potencia Energética Mundial. Indicar esta articulación puede ser suficiente para que los técnicos del CFG le den el visto bueno al proyecto, pero en lo que respecta al estado Anzoátegui; la articulación es profundamente ineficiente y absurda porque contribuye a ensanchar los desequilibrio territoriales y propone continuar con la vieja política de dejar la zona petroleras muy marginadas (Pariaguan, Mapire, Soledad) que son los puntos fuerte de la faja.

Este ejemplo que suena extremo y traído muy bruscamente es posible verlo reflejado con otros casos. Veamos otro caso extremo. Un proyecto de nueva autopista que comunique la zona norte del estado Anzoátegui con la zona sur, de existir como proyecto de este, tal vez se le encuentre articulación hacia arriba y esté entre unos de lineamientos del PNSB, pero estando y viviendo la zona norte, estoy seguro que los proyectista lo formularían y tratarían de encontrar recursos en el FCI con la idea de poner a la zona sur más cerca de la zona norte; nunca desconcentrar o promover una mejor ocupación y uso de territorio del estado Anzoátegui.

El papel que el CFG debe desempeñar entonces en la promoción y práctica de la planificación en Venezuela no va mucho con esta idea de articulación hacia arriba, que no es más que forzar la conexión para que un proyecto pueda “encontrarse” con una línea del PNSB. La idea y el papel del CFG van mejor con el sentido (por ejemplo) del artículo 50 del reglamento que establece la compatibilización de los proyectos con los planes de desarrollo estadales, municipales y comunales. Este artículo y otros del Reglamento van mucho con la razón de ser del CFG y su palanca. Una auténtica articulación es imposible hacer sin planes a estos niveles.

evaristomarcano@cantv.net



[i] La primera parte de este trabajo está disponible en: http://www.aporrea.org/actualidad/a133119.html



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Evaristo Marcano Marín


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