Desde hace más de tres años venimos alertando contra los “Bolivareros”, que se disfrazan de Bolivarianos y que pretenden adueñarse del proceso revolucionario, para enterrarlo junto con su líder Hugo Rafael Chávez Frías y sus seguidores. Para de esa manera regresar a la ”Democracia” de la Cuarta República, que en 40 años desapareció y asesinó a más de 10 mil venezolanas y venezolanos, en su mayoría jóvenes estudiantes, obreros y campesinos que se rebelaron contra la entrega de la patria y su soberanía a la potencia imperial del norte y sus socios de Europa, que hoy bañan de sangre al mundo.
Esos peones del Pentágono, que durante el 11 y 12 de abril de 2002, secuestraron e intentaron asesinar al Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías y que el 13 de abril, el pueblo en la calle sacó a patadas de Miraflores, donde dejaron como recuerdo los rastros de eses y orines y los residuos de wisky y estupefacientes, tras la carrera que pegaron, fueron después por PDVSA, con el criminal golpe petrolero, que costó al país mas de 20 mil millones de dólares y cientos de vidas inocentes. Pero, pese al fracaso y la lección que les dio el pueblo no han renunciado a sus sueños y ahora merodean al sector eléctrico como el más sensible.
Para esta tarea cuentan con los Carlos Ortega y los Carlos Fernández, vestidos de rojo rojito, con el discurso de apoyo al proceso de “Mi Comandante Chávez”. Pero detrás de ese “Mi Comandante” está la daga envuelta en el trapo, presta a dar la puñalada de gracia, no solo al Comandante Chávez, sino al proyecto de país que con esfuerzo y participación de todos venimos construyendo, quienes estamos bien identificados con el proceso revolucionario, que reivindica el sueño de quienes cayeron en las alamedas, valles y montañas, durante los gobiernos fascistas de AD y COPEI, que a lo largo de 40 años gobernaron o sometieron al país con puño de hierro, a punta de fuego y bayoneta, con la bendición de la OEA, ONU. CIDH, CPI y demás reductos de hipócritas lacayos del imperio, que califican, enjuician o repudian, de acuerdo a las instrucciones del complejo, militar, industrial y comunicacional, que sojuzga al pueblo norteamericano y pretende arrasar con la dignidad de la humanidad.
El “Carmonazo” contra el Sector Eléctrico, se mantiene en pleno desarrollo. Los Carlos Ortega del sector están utilizando a los trabajadores confundiéndolos con la punta de lanza de las reivindicaciones contractuales. El HCM y otras cláusulas que por alguna razón de fuerza mayor no han sido cumplidas, están siendo usadas como armas para calentar la calle y la oreja del trabajador a ver si logran comenzar los paros en las empresas del sector y repetir lo de PDVSA.
Frente a esta trampa que junto a la del sindicato único, forman parte de una conspiración contra el proceso revolucionario y la libertad sindical., los trabajadores tenemos que mantenernos alertas. Nuestras reivindicaciones son sagradas y tenemos pleno derecho a reclamarlas, pero reclamarlas dentro de los cánones del diálogo civilizado y responsable y no atentando contra el país, propiciando paros que solo van a beneficiar a los golpistas que están en guardia con el apoyo externo, para crear el clima de ingobernabilidad y propiciar la aplicación en Venezuela de la receta de Libia.
Los trabajadores del sector eléctrico tenemos que decir presente, pero en defensa del proceso revolucionario, de la soberanía nacional, de la libertad sindical y contra las mafias cetevistas vestidas de rojo, que pretenden mantener secuestrado al movimiento laboral y utilizarnos para calentar la calle y repetir la perversa aventura de abril de 2.002. No seamos tontos útiles de los sindicaleros corruptos, herederos de la IV República.
No dejemos que con argucias crematísticas nos desvíen del camino, del compromiso que como revolucionarios y como clase social tenemos con la historia, como es ser la vanguardia de la revolución y vigilantes permanentes, para que los corruptos no consoliden la toma por asalto del proceso bolivariano, que vienen logrando en algunos espacios con sus tretas traicioneras, con el discurso, las gorras y las camisas rojas, con las cuales tapan sus delitos. En eso el PSUV, como partido de la revolución tiene una tarea primordial y debe ejercer la inteligencia social, para echar de sus filas a los infiltrados, que llenan la jeta de la A a la Z, hablando del proceso, pero en el fondo están cumpliendo con el mandato del amo..desestabilizar, para lo cual necesario es ganarse la confianza, hasta del propio Comandante Chávez, para cumplir con aquella conseja: “Si el enemigo es mas fuerte, únete a él y combátelo desde adentro”. Esa es la misión de los Carlos Ortega, dentro del movimiento obrero. Necesario, imperativo, es que los servicios de inteligencia se activen y desmontemos el Carmonazo, contra el sector eléctrico.
(*)Periodista
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