Siempre me he sentido bien representado por los integrantes de Serenata Guayanesa, por lo que hacen con nuestra música tradicional y por su comportamiento como ciudadanos. Estos cuatro venezolanos están en la categoría de vergatarios. Igual sentimiento me prodiga Los Tucusitos, cuyo canto tiene ese característico toque navideño y ese aire de ternura que genera el trinar infantil. Entre los dos suman 92 años de labor patria en defensa y difusión de la canta venezolana; casi un siglo ¡Na guará!
Al rompe contento me sentí cuando vi a Los Tucusitos cantando en el Tereza Carreño. Pero súbito me atacó la tristeza cuando supe que era la primera vez que actuaba en el máximo templo cultural del país. ¡Claro! Ese palacio artístico lo construyó la IV República con los reales del pueblo para la Godarria Caraqueña, y si no es porque estamos en tiempo de Revolución “jamásynunca” Los Tucusitos actúa en tan prestigioso teatro.
Lo mismo que Serenata Guayanesa y su declaración como Patrimonio Cultural de la Nación. Un pelo tarde pero también fue el Presidente Chávez y la Revolución que permitieron esa resolución, resolución que nunca Caldera quiso firmar.
Ahora de acuerdo con el decreto 8.608, suscrito por Chávez, la obra y trayectoria del grupo será objeto de preservación para las generaciones futuras y el Estado garantiza su más amplia difusión, conocimiento, reconocimiento y disfrute nacional e internacionalmente (UN, Pág. 58, 22 nov. 2011).
Un tanto similar tendría que hacer el Presidente Chávez con Los Tucusitos. Sí haber vamos los chamos aguinalderos tienen 12 años más que Serenata Guayanesa lavando mejor su ropa (52). Y su labor también ha sido vergataria, dentro y fuera del país. Ojo. Es sólo una reflexión.
Viendo el trato dispensado por la Revolución Venezolanas a Serenata Guayanesa y a Los Tucusitos viene a mi memoria aquel extraordinario quinteto Contrapunto, cuyos excelentes trabajos más nunca quisieron los medios audiovisuales, en manos de La Canalla, darle difusión. También resultaría interesante que la Revolución, a través de sus respectivos y competentes entes culturales, desarrollase un trabajo con los discos de este quinteto. Sería un éxito total. Todo el mundo querría tener esas joyas en su casa.
Ahora ustedes saben ¿por qué la IV República nunca le paró bolas a estos tres grupos? “Porque eran, son y siempre serán tres grupos excelentes. Y porque pararle bolas era contribuir a elevar el sentimiento nacional, el estado de pertenencia, la identidad con las raíces de la arquitectura cultural tradicional, típica y folklórica venezolana. Ser indiferentes y ratapelúas con Serenata Guayanesa, Los Tucusitos y Contrapunto era una línea del Sistema. Estos tres modelos de agrupaciones musicales para los regímenes adecocopeyanos eran mucho camisón pa Petra. Por eso nunca le dieron la importancia que siempre han merecido.
Cerrando. Nunca Ivan Pérez Rossi, por viejo y por feo, (mi respeto poeta) en la IV República hubiese grabado la cuña de Café Venezuela. Y tan de pinga que quedó esa cuña ¡Qué bolas no!
americoarcadio@yahoo.com