Submarinos nucleares cerca de Venezuela y la fórmula de Bengazi

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

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El pasado 10 del corriente, el presidente Hugo Chávez llamó a la presentadora del programa denominado Contragolpe, Vanessa Davies, en medio de la programación para informarle la novedad que un submarino nuclear norteamericano había sido avistado en aguas territoriales de Venezuela.

De acuerdo con el relato de Chávez transmitido en directo, un submarino no “identificado” y de “gran tamaño” apareció en los radares de submarinos venezolanos que se hallaban realizando ejercicios de rutina, pero que al tratarse de una nave muy veloz, con facilidad logró escapar de los navíos venezolanos que habían iniciado su seguimiento. Chávez hizo énfasis en que la armada venezolana respondió a la provocación con mesura y no abrió fuego durante el incidente.

A decir verdad, esta no es la primera vez que se detecta un submarino norteamericano invadiendo aguas territoriales de Venezuela. En el mes de abril del 2002 en vísperas del intento de golpe de estado contra Chávez, operativos de la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Estados Unidos estaban pautados para que sostuvieran una reunión de coordinación con los golpistas a bordo de un submarino norteamericano. En el mes de septiembre del 2005, el submarino de ataque norteamericano USS Virginia zarpó de la Base Naval de Submarinos de Groton en Connecticut para una gira de reconocimiento de 70 días en el Mar Caribe. Se sabe que el Virginia y otros submarinos norteamericanos hicieron un número de visitas como convidados de piedra a las aguas territoriales de Venezuela en esa época.

Evidentemente, los objetivos que persiguen tales misiones de la marina norteamericana son las de explorar la región para una posible campaña militar y afinar los planes para reprimir la resistencia de las fuerzas armadas venezolanas, llevando a cabo desembarcos, desplegando grupos de sabotaje y suministrando armamento a los insurgentes anti-chavistas. También es posible que la marina norteamericana esté haciendo esfuerzos in situ para refinar una táctica para desbaratar el suministro de petróleo a Cuba y otros países. Expertos venezolanos en seguridad sospechan que las operaciones submarinas norteamericanas incluyen pinchar la línea de fibra óptica Venezuela-Cuba que entró en servicio el mes de febrero pasado. El hecho que Cuba se esté conectando a la red global de comunicaciones, enfurece a Estados Unidos que además no permitió la construcción de un enlace de fibra óptica entre Cuba y La Florida sobre la base que constituía un incumplimiento del embargo anti-castrista.

Las giras de hecho exhibicionistas en aguas territoriales de Venezuela por parte de submarinos “no identificados” reflejan una estrategia mayor de Estados Unidos que apunta a socavar el gobierno de Chávez. Tomando en cuenta el amplio despliegue de bases navales y aéreas norteamericanas a través de la región, el plan tiene una dimensión militar clave. Con el pretexto del problema del narcotráfico Washington prácticamente asumió el control total de las fuerzas armadas de sus aliados –Colombia, Guatemala y Honduras—e instaló en las islas caribeñas de Curaçao, Aruba y Bonaire bases aéreas que claramente plantean una amenaza contra Venezuela. Estas bases también se emplean para monitorear permanentemente el tránsito de carga vía puertos venezolanos y el Río Orinoco.

Las esperanzas de Washington de desplazar a Chávez a través de medios pacíficos puede que todavía estén vivas, pero son nada más que sueños.

En este momento, las encuestas le dan al líder venezolano un 62 por ciento para las elecciones presidenciales del 7 de octubre de 2012 sin competidores cercanos a la vista. El ex enviado norteamericano a la Organización de Estados Americanos, OEA y firme opositor del gobierno venezolano, Roger Noriega, tiene en consecuencia que seguir sosteniendo que los actuales problemas de salud de Chávez le dan como máximo seis meses más de vida. Noriega urge a Estados Unidos que se prepare seriamente para el “período de turbulencia” que de acuerdo con sus proyecciones se avecinan en el futuro cercano en el país que cubre el 10 por ciento de la demanda petrolera de Estados Unidos. Noriega publicó un artículo en el Inter-American Security Watch urgiendo al Departamento de Estado que forme un grupo de representantes de países del hemisferio occidental con el objeto de impedir la confrontación entre los seguidores de Chávez y sus enemigos y se genere el caos en Venezuela. Desde la perspectiva de Noriega y su medio, la intervención norteamericana en Venezuela sería un acto bienvenido a favor de la democracia e impidiendo que los chapistas retengan el poder en el país.

Un sector de observadores venezolanos advierte que Washington, envalentonado por la ausencia de límites en la política internacional durante los años de la “guerra contra el terrorismo” podría ya a comienzos del 2012 tomar medidas radicales para desestabilizar a Venezuela de acuerdo con la “fórmula de Bengazi.”

Como en Bengazi, Libia, Maracaibo es la ciudad más importante del estado Zulia en Venezuela y pareciera ser la candidata más probable para jugar el papel de epicentro de agitaciones masivas. Durante toda la época populista, el Zulia siguió siendo el baluarte político de la oposición radical, con la embajada norteamericana en Caracas coordinando y apoyando materialmente y en silencio, las actividades de los dirigentes locales.

El ex gobernador del Zulia, Manuel Rosales compitió contra Chávez en la carrera presidencial del 2006 para luego huir de Venezuela en medio de acusaciones de corrupción.

El actual gobernador del Zulia, Pablo Pérez, es un líder de oposición aspirante y como tal intenta rivalizar con Chávez en la elección del 2012 pero, claramente carece del carisma y de la reputación que podría hacerlo figurar en la carrera. Existe en YouTube amplia evidencia del consumo de substancias de parte de Pérez. La única razón para que él emergiera como el favorito de la comunidad de inteligencia norteamericana es que se trata de un personaje que bajo ninguna circunstancia desafiaría el control de sus patrones. Sin duda alguna que Pérez hará lo mejor que pueda para distribuir en la televisión globalmente, imágenes de las presuntas atrocidades de las fuerzas chavistas o permitir que una mezcla de estratos urbanos atrasados, fuerzas policiales corruptas y miembros de grupos paramilitares colombianos participen en la escena. Entonces, de manera predecible, “los insurgentes” se darían una organización, diseñarían un gobierno de transición, le plantearían a Chávez un ultimátum y además rogarían a Estados Unidos que los ayude.

La tolerancia mundial a las agresiones norteamericanas contra Libia creó una situación en la que cualquier país que tenga abundantes recursos energéticos –Siria, Irán o Venezuela—se convierte en un potencial blanco del imperio.

Las señales de preparativos norteamericanos para una agresión contra Venezuela están aumentando. El Comando Sur de Estados Unidos está reclutando masivamente estudiantes en programas de enseñanza del idioma castellano, específicamente poniendo énfasis en el castellano hablado en Venezuela.

Posiblemente, graduados de estos programas, ataviados con uniformes del ejército venezolano montarían provocaciones cuando el gobierno de Chávez esté siendo atacado. Anteriormente se ha informado de incidentes de este tipo. En el año 2004 un grupo colombiano compuesto por unas cien personas se hallaban en la Quinta Daktari cerca de Caracas. El plan consistía en atacar el Palacio de Miraflores, la residencia presidencial oficial, aparentando ser un grupo rebelde de militares venezolanos.

Un documento de análisis sobre las provocaciones de submarinos nucleares norteamericanos, emitido por el Frente Internacionalista Bolivariano, incluye una lista de hipotéticas medidas de Washington para el futuro inmediato. Estas incluyen una campaña propagandística antichavista reconcentrada en los derechos humanos, el tema de las libertades, más acusaciones de parte de los medios de un inminente conflicto regional, del cual culparían a Venezuela, con la mítica amenaza empleada como pretexto para una intervención militar norteamericana. Luego de todo esto, instructores de las fuerzas especiales norteamericanas serían infiltrados en Venezuela con el objeto de fortalecer las formaciones paramilitares de la oposición y asegurar los contactos con una coalición similar a la de Libia. La quinta columna se ocuparía de exterminar a los leales a Chávez en el mando del ejército y en anticipación a ataques aéreos norteamericanos, sabotearían las infraestructuras de la defensa antiaérea venezolana.

La dirección política venezolana está haciendo los mayores esfuerzos para impedir la agresión. Actualmente la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR se ha dotado de su propio consejo de defensa. Sin duda alguna que los planificadores militares brasileños se preocupan de la creciente actividad de la Cuarta Flota norteamericana y las maniobras que realizan submarinos nucleares norteamericanos en el océano Atlántico. No es difícil imaginar que el Pentágono además de mantener en la mira a los regímenes populistas, está vivamente interesado en los recursos energéticos costa afuera y en los yacimientos en la plataforma marina cerca de Rio de Janeiro y Espíritu Santo, los cuales de acuerdo con Petrobrás contendrían unos 35 mil millones de barriles de crudo.

Por lo tanto, Venezuela puede contar con el respaldo de sus aliados a través del continente. Hace poco el ministro de la defensa de Venezuela, Carlos Mata Figueroa asistió a la conferencia regular del Consejo Suramericano de Defensa para establecer la zona de paz a través del continente como estaba pautado en agenda.

Recientemente, la Asamblea Nacional de Venezuela ordenó a los institutos de la defensa nacional abrir una investigación en torno a la violación de las aguas territoriales por parte del submarino. El Almirante Diego Molero anunció al mismo tiempo que la marina venezolana realizará una serie de ejercicios tendientes a asegurar una mejor protección de las aguas jurisdiccionales de Venezuela y uno de sus objetivos sería el mejoramiento de la coordinación entre la flota submarina venezolana y aviones no tripulados en la persecución de posibles intrusos.



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Nil Nikandrov

Periodista y analista político escribiendo frecuentemente en la revista rusa internet Strategic Culture Foundation.

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