Volver sobre la “lista Tascón”, después que el “afectado” por las firmas la manda a enterrar, pareciera necio. Pero no lo es. En artículo anterior sobre las rúbricas argumenté que los equipos gerenciales deben conformarse con gente “de confianza”. Y eso vale para una empresa pública o privada. En la administración pública llaman a eso “cargos 99” o cargos de “libre nombramiento y remoción”. Y creo que cada líder de equipo debe trabajar con gente de confianza. Pero hasta ahí. De ahí en adelante, de ahí hacia abajo, despedir a un profesional, sin posibilidades de incidir en las políticas desarrolladas por cualquier empresa o institución, pública o privada, es un acto de control inútil, despreciable y facho. Pero vale decir, vale insistir, vale explicar, vale mencionar que un gerente de Polar chavista en el año 2002, no iba a ordenar atravesar las gandolotas en la Francisco Fajardo. Y un gerente de Hidrocapital “escuálido” no podía oír los planes de seguridad de esa empresa a la hora de otro golpe de Estado. ¿Sí? Pienso que el color gris existe.
Ahora en el caso de la administración pública quien no sea “99” es casi un ser intocable. Para despedir a un mal funcionari@, que se han visto miles de casos, por incumplimiento en el trabajo, hay que ser muy tesonero. Así que no me vengan con el cuento de que los botados son los 300 ó 400 mil compatriotas de oposición que trabajan en la administración pública. La mayoría de los “botaos” debe ser personal de confianza, o sea los “99”.
Pero… lo que me mueve a escribir otra vez sobre el tema no es lo que dijo el Presidente, pues ya lo había dicho en noviembre de 2004. Lo que me mueve a escribir es…Otra vez los medios y su postura antiética. Otra vez la polarización que siempre me asombra. Otra vez los reportajes que recogen una sola versión de los hechos. Las denuncias de quienes que fueron obligados a firmar contra Chávez en la mayoría de las empresas privadas, no existen. Las firmas fueron utilizadas sólo por los chavistas, para botar gente de oposición. Otra vez los testimonios recogidos son sólo para “demostrar” que los chavistas son unos “Hitlercitos resucitados" Y la gente de oposición, "reencarnaciones masivas de la madre Teresa".
Y es que los jefes de información de diarios, radios y televisoras tienen una capacidad para convertir cualquier acto de justicia, en un acto de proselitismo que seguro envidiaría el secretario de propaganda del Partido Comunista Chino.
A ver. Si son (mos) tan democráticos, yo podría ser sin problemas la jefa de información, por ejemplo, de El Nacional. Y de la otra parte Roberto Giusti podría ser gerente de comunicaciones de la CVG. En un país “despolarizado” Miguel Henrique Otero tal vez me contrataría. Tal vez... Y Giusti tendría chance de conquistar el sur. Pero eso no es posible. Y no es posible, entre otras cosas, porque vemos textos como éste: “Si usted firmó en 2003 para solicitar la convocatoria de un referéndum consultivo sobre la permanencia del presidente Hugo Chávez en su cargo, y en 2004 volvió a firmar para pedir la revocatoria de su mandato, puede ser una de las personas que no ha podido conseguir trabajo en la administración pública, debido a que su rúbrica aparece en registros que se han hecho públicos de alguna manera. El Nacional le brinda la oportunidad de que relate su caso”. (el-nacional.com)
Para relatar los desmanes de la empresa privada está Vea, diría el hijo de Otero Silva. ¡Un poquito de sindéresis, por Dios!
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