En el marco de un encuentro con empresarios venezolanos que colocarán
productos en Cuba, el Presidente Hugo Chávez giró instrucciones a la
Presidenta de CADIVI, Mary Espinosa de Robles, para que restrinja las
importaciones en el área textil, de línea blanca y calzado. Imaginamos
que la intención del Presidente es proteger la industria nacional en
esos renglones ante la competencia ventajista de dichas importaciones,
lo cual es plausible. En nuestra opinión, ése es el camino a seguir
para proteger nuestros productos nacionales contra los importados:
simplemente no concederle dólares preferenciales a los importadores
que pretendan importar productos que ya se elaboran en el país.
En otro orden de ideas, en su programa En Confianza el periodista
Ernesto Villegas entrevistó el día 20/04/2005 al ex ministro de
Finanzas Tobías Nóbrega. Ante la inquietud de un televidente que
preguntaba hasta cuándo se iba a seguir devaluando el bolívar y cuándo
por fin se comenzaría a revaluar nuestra moneda, el ex ministro
respondió que podría pensarse en estabilizar el valor de la misma sólo
cuando la inflación cayera muy por debajo del 12%. También dijo que la
revaluación sólo podría plantearse cuando se tuviera la seguridad de
que no aumentaría el desempleo y las importaciones. Estas
afirmaciones de Nóbrega encierran tres falacias que trataremos de
señalar. La primera es que la inflación se combate por medio de la
devaluación de la moneda. Es precisamente todo lo contrario, pues la
inflación que actualmente padece Venezuela es producto directo de las
últimas devaluaciones. Es decir, las devaluaciones inducen inflación.
En efecto, en el año 2004, se devaluó en un 20%. La inflación cerró
ese año en 19.3%. En lo que va del año, ya se ha devaluado en un 12%.
Todo indica que la inflación este año estará en el mismo orden.
Conclusión: Es imposible combatir la inflación por medio de la
devaluación de la moneda, pues la segunda es causa principal de la
primera. Esto es así, simplemente porque Venezuela importa buena parte
de los insumos de los productos que consumen los venezolanos o de los
servicios que éstos utilizan. De manera que tratar de reducir la
inflación recurriendo a la devaluación es como pretender apagar un
incendio con gasolina. Simplemente es absurdo.
La segunda falacia es la afirmación de que la revaluación de la moneda
inevitablemente acarrea aumento del desempleo e incremento de las
importaciones de productos que se fabrican en el país. No es cierto y
trataremos de demostrarlo a través de un ejemplo sencillo: La
industria avícola nacional. Como se sabe, esta industria requiere
importar más del 60% de los insumos que requiere para producir los
pollos que van a consumir los venezolanos. Si se revaluara la moneda,
es lógico pensar que el costo en bolívares de dichos insumos tendría
que bajar obligatoriamente. Al mismo tiempo aumentaría el poder
adquisitivo de los consumidores de pollo, a la vez que se reducirían
las demandas salariales de los trabajadores que laboran en las
empresas avícolas del país. El resultado de revaluar sería entonces el
aumento de la demanda de pollos, lo cual incrementaría la producción
de pollos para cubrir esa demanda, y este incremento de la producción
a su vez implicaría el aumento de puestos de trabajo. Por lo tanto, es
falso que la revaluación automáticamente genere desempleo en un país
como Venezuela. Es precisamente todo lo contrario. Es decir la
revaluación aumenta el empleo. La revaluación por lo tanto favorece el
desarrollo endógeno en un país como Venezuela. La devaluación, por el
contrario, perjudica el desarrollo endógeno, pues encarece el costo de
los productos producidos en el país y aumenta las demandas salariales
de los trabajadores que buscan compensar la inflación causada
inevitablemente por la devaluación.
Otra falacia es la afirmación de que la revaluación obligatoriamente
conduce a un aumento de las importaciones y que por lo tanto perjudica
la industria nacional. Eso no es cierto, entre otras cosas porque
afortunadamente en el país existe Control de Cambio. Como ya lo ha
señalado el Presidente Chávez, una manera efectiva de proteger la
industria nacional simplemente consiste en restringir las divisas para
la importación de productos que ya se fabrican en el país. En el caso
de la industria avícola, por ejemplo, CADIVI simplemente negaría las
divisas para importar pollos. E inclusive el gobierno podría prohibir
la importación de productos que ya se elaboran en el país. Por
consiguiente, es falso que una eventual apreciación del bolívar traiga
como consecuencia inevitable el aumento de las importaciones de
productos que ya se elaboran en el país. Por tanto la devaluación, no
es el camino para apuntalar el desarrollo endógeno. La revaluación
acompañada del Control de Cambio sí lo sería.
Por otro lado, retornando al título de este artículo, vamos a tratar
de demostrar que las dos últimas devaluaciones del bolívar son
inconstitucionales y acentúan la desigualdad social. Decimos que esas
devaluaciones son inconstitucionales porque el Estado, al decretar las
mismas, infringió los artículos 2, 3, 19, 21, 91, 318 y 320 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
En efecto, los artículos 2, 19 y 21 de la CRBV establecen entre otros
derechos la igualdad de los ciudadanos y prohíben por lo tanto la
discriminación fundada en la condición social. Es claro que cuando se
devalúa de manera injustificada sólo se beneficia un número ínfimo de
ciudadanos (los tenedores de dólares), en detrimento de la inmensa
mayoría de los venezolanos que carece de divisas extranjeras. Esos
tenedores de divisas que mantienen más de 150 millardos de dólares en
bancos del extranjero son los que se benefician instantáneamente cada
vez que se devalúa el bolívar y, como si fuera poco, el pago del
impuesto sobre la renta les sale prácticamente gratis, como
demostramos en el artículo "Cómo pagar el impuesto sobre la renta en
Venezuela y que le salga gratis (Si usted tiene dólares)", publicado
en Aporrea el 21/03/05. La devaluación, por tanto, aumenta la
desigualdad social al hacer más pobres a los pobres y al enriquecer a
una minoría, la de los grandes tenedores de dólares.
El artículo 3 de la CRBV estipula que el Estado tiene entre otros
fines esenciales "..., la promoción de la prosperidad y bienestar del
pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios derechos y
deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución." Resulta
evidente que cuando el Estado devalúa de manera injustificada está
infringiendo este artículo porque la devaluación de la moneda reduce
el poder adquisitivo del pueblo, lo cual va en detrimento de su
prosperidad y bienestar.
El artículo 91 de la CRBV establece que "Todo trabajador o trabajadora
tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con
dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas
materiales, sociales e intelectuales". Es claro que la devaluación
hace insuficiente el salario del trabajador para cubrir sus
necesidades.
El artículo 318 de la CRBV sentencia que "El objetivo fundamental del
Banco Central de Venezuela es lograr la estabilidad de precios y
preservar el valor interno y externo de la unidad monetaria."
Es obvio que el BCV incurrió en desacato de este artículo al acordar
conjuntamente con el Ministerio de Finanzas la reciente devaluación de
la moneda, la cual amén de no estar justificada provoca inestabilidad
de precios, como lo hemos demostrado en otros artículos por los
Defensores del bolívar.
El artículo 320 de la CRBV ordena: "El Estado debe promover y defender
la estabilidad económica, evitar la vulnerabilidad de la economía y
velar por la estabilidad monetaria y de precios, para asegurar el
bienestar social…". Resulta evidente que el Ministerio de Finanzas,
como órgano del Estado infringió este artículo pues incluyó sin
justificación alguna en la Ley de Presupuesto 2005 la devaluación del
bolívar en un 12 por ciento, adicionalmente, el Ministerio elaboró una
Ley de Presupuesto poco transparente al subestimar los ingresos e
inflar los gastos, con lo cual creó artificialmente un déficit en el
Presupuesto montante a 14,77 billones de bolívares, el cual pretende
cubrir en base a un mayor endeudamiento de la República.
Finalmente, el artículo 25 dictamina que "Todo acto dictado en
ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos
garantizados por esta Constitución y la ley es nulo,..." Basándonos en
ese artículo, los Defensores del bolívar nos aprestamos a introducir
ante el Tribunal Supremo de Justicia la demanda de nulidad del
Convenio Cambiario N° 2 firmado conjuntamente entre el Presidente del
Banco Central de Venezuela y el Ministro de Finanzas y que sirvió de
base para la reciente devaluación del bolívar. Igualmente aspiramos
los Defensores del bolívar a que en un futuro cercano aprueben una
nueva Ley que regule el Régimen Fiscal y Monetario que entre otras
disposiciones establezca:
Que el Banco Central de Venezuela cumpla cabalmente con el artículo
318 de la CRBV procediendo a fijar las tasas de interés y que se
prohíba a los bancos privados competencia en esa materia.
Que se declare inconstitucional la elaboración de presupuestos con
subestimación de los Ingresos y Sobreestimación de los Egresos. Que se
penalice a los funcionarios que incurran en tal práctica.
Que se declare inconstitucional el anuncio del nuevo tipo de cambio
con meses de anticipación.
Los devaluacionistas no descansarán hasta ver a Venezuela postrada a
los pies del imperialismo, endeudada y quebrada. Ellos volverán
pronto por sus fueros y tratarán de devaluar nuevamente. Hasta ahora
ellos han ganado la batalla, pues al parecer han logrado convencer al
Presidente Chávez de que la devaluación de la moneda es una decisión
revolucionaria, mientras que Cuba, una isla que carece de los recursos
de Venezuela y sometida por más de 40 años al criminal bloqueo
gringo, nos señala claramente que el camino verdaderamente
revolucionario es revaluar la moneda, porque es el que beneficia al
pueblo.
Por nuestra parte nosotros, los Defensores del bolívar, tampoco
descansaremos hasta lograr el rescate del bolívar y la recuperación de
la soberanía monetaria de nuestro país para beneficio de las grandes
mayorías.
eudesvera@cantv.net