La CIA: experimentos cancerígenos con presidentes de América Latina

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
Strategic Culture Foundation
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Durante una serie de intervenciones públicas el presidente Hugo Chávez se refirió a una “epidemia” de cáncer entre presidentes latinoamericanos como un extraño y alarmante fenómeno. Esta enfermedad de difícil curación fue identificada en el caso de él mismo, de Fernando Lugo, presidente del Paraguay, de Dilma Rousseff y Lula da Silva del Brasil y Cristina Fernández del Argentina.

Todos ellos son conocidos políticos situados a la izquierda del centro y que luchan por adelantar un proceso de integración en América Latina y por deshacerse de la dominación norteamericana en el Hemisferio Occidental. Chávez sostuvo que los imperios no escatimarán los medios para alcanzar sus metas.

La respuesta de Washington no se hizo esperar. Victoria Nuland, vocera oficial del Departamento de Estado, dijo que las palabras de Chávez eran “horrorosas y reprensibles” es decir, fueron percibidas por el gobierno de Obama como una imputación de estar empleando tecnologías biológicas especiales para causar cáncer entre líderes latinoamericanos inamistosos con Estados Unidos.

Por supuesto que Chávez no fue tan rudo. Él sabía que Washington exigiría alguna evidencia. El presidente explicó su posición diciendo que él no culpó a nadie sino más bien empleó la libertad de pensamiento al referirse a una extraña cadena de eventos difíciles de explicar. La ansiedad se comprende bien, para superar la enfermedad él tuvo que soportar extenuantes sesiones de quimioterapia en Cuba.

Y la ansiedad ha venido para quedarse. ¿Cómo apareció la enfermedad? ¿Qué hizo que un tumor maligno afectara a un hombre sano, militar retirado, ex jugador de base-ball, gimnasta regular y maratonista? ¿Por qué solo los políticos populistas tienen problemas que nunca tienen los presidentes de derecha que son favorecidos por el imperio?

El doctor Salomón Yakubowicz es un popular dietista venezolano, asiduo visitante de la embajada norteamericana, que se apresuró a zanjar el caso. Explicó de manera competente, sin notas preparadas por la CIA, que eran los mismos presidentes los culpables de sus problemas de salud. Veamos, Lula da Silva fuma demasiado, Cristina Fernández abusó de las operaciones estéticas de cuello y cara. El presidente paraguayo Lugo no utilizaba ninguna protección en sus numerosos encuentros sexuales y el linfoma es cosa común en tales casos, a Dios gracias no contrajo SIDA. Chávez mismo tuvo la culpa por no vivir en armonía con el biorritmo, trabajando de noche, comiendo mal, lo cual demuestra la naturaleza poco saludable de su rutina.

Los círculos de oposición y los medios pronorteamericanos agarraron la onda: Chávez y sus amigos populistas son presa del stress, temen el futuro y sufren de manía persecutoria viendo “conspiraciones imperialistas” en todas partes.

En todo caso, la explicación de Chávez sobre la epidemia ha sido tomada en serio. Expertos en política no dudan que los servicios especiales de Estados Unidos han estado llevando a cabo una amplia operación con el objeto de neutralizar a los “principales rebeldes latinoamericanos.” Los especialistas han estudiado la historia de cómo el Pentágono y la CIA han empleado substancias radioactivas, armamento biológico y químico en el continente y recordaron hechos monstruosos como el uso de seres humanos como conejillos de indias, hechos sobre los cuales los medios de comunicación de masas occidentales guardan silencio.

Existe una pequeña posibilidad que la verdadera historia del programa norteamericano de armamento biológico salga alguna vez a la luz. La mayor parte de los archivos está clasificada y las partes más censurables son paulatinamente liquidadas y los estudiosos que trataron de publicar la verdad acerca de experimentos criminales, murieron en circunstancias no reveladas.

Fue en el año 1947 cuando la CIA fue cogida in fraganti realizando tales experimentos, es decir, inmediatamente luego de su fundación. Operativos de la CIA y del FBI “protegieron” a los doctores norteamericanos en Ciudad de Guatemala que estudiaron la sífilis y la gonorrea infectando a dos mil guatemaltecos. Nunca se solicitó el consentimiento para el experimento.

El presidente de Guatemala Álvaro Colom calificó los experimentos como un crimen contra la humanidad. Barack Obama tuvo que pedir disculpas durante una conversación telefónica con su par de Guatemala. Obama señaló que los experimentos fueron hechos en contradicción con los valores norteamericanos. ¡Qué contradicción! Los experimentos y los valores van juntos.

A propósito, fue durante el mismo año 1947 que la CIA lanzó el programa de pruebas de “material humano” con LSD (sigla en inglés) ácido lisérgico de dietilamida. Más tarde, la inteligencia militar norteamericana retomó el programa y empleó sus resultados “en el campo” en el Lejano Oriente y Europa Occidental.

En el año 1953 la CIA lanzó el programa MK ULTRA, el cual investigó las maneras de influir en el comportamiento humano y la manera de pensar con la ayuda de drogas y micro organismos. Los “estudios” de la CIA y laboratorios militares incluyeron la dispersión de bacterias patógenas en el metro de Nueva York. Como podemos ver, los experimentadores no respetaron ni siquiera a sus compatriotas. De esa manera se hizo un contagio deliberado en 240 ciudades provinciales y barrios populares de Washington, San Francisco y Minesota. Hubo experimentos que se realizaron en los trópicos, en Ciudad de Panamá, por ejemplo. En el año 1970 la CIA y el Pentágono lanzaron un programa super secreto de prueba de armamento étnico (genoma) que ha estado siendo implementado desde entonces. A los científicos asignados se les dio como misión estratégica la reducción masiva de la población redundante en los países potencialmente hostiles.

Países como China, Irán, la India y Pakistán están en la mira de los genetistas norteamericanos quienes hace tiempo superaron los “éxitos” del doctor nazi Mengele.

En el Hemisferio Occidental, Cuba fue el país que más sufrió el arma biológica hecha en Estado Unidos. No menos de 300 mil cubanos sufrieron la fiebre del Dengue Hemorrágico. Se informó de la muerte de 150 personas y 50 niños entre ellas. Los mosquitos criados en laboratorios de Georgia y Florida fueron llevados a la isla por diferentes vías. El personal soviético estacionado en la isla también fue blanco del dengue y ataques con otras enfermedades.

El escritor guatemalteco, Persi Francisco Alvarado, quién trabajó durante veinte años en la inteligencia cubana en Estados Unidos, publicó un artículo en el portal de Rebelión acerca de la implantación de cáncer utilizado como arma por la CIA. Adujo como evidencia concreta la existencia en territorio norteamericano de docenas de laboratorios para la guerra bacteriológica. El Departamento de Virología de Fort Detrick es un lugar de gloria especialmente siniestra.

Los analistas políticos venezolanos a menudo comentan sobre el uso potencial de sistemas de armas experimentales portátiles de radiación electromagnética direccional por parte de los servicios especiales norteamericanos. Es posible que este armamento ya esté operativo para ataques selectivos contra “políticos desfavorecidos.” La víctima no muere de inmediato sino después de algún tiempo –característica muy positiva que permite la huida sin dejar rastros.

Se plantea la interrogante, ¿qué hace que los más altos gobernantes norteamericanos sancionen las actividades de la CIA que apuntan hacia la “neutralización” (uso exactamente el mismo término) de presidentes populistas?

Se podría suponer, con gran certeza, que la aplastante derrota de la IV Cumbre de las Américas en noviembre del 2005 cuando la delegación norteamericana trató de imponer los acuerdos de libre comercio (ALCA) en el Hemisferio Occidental, contribuyó a este tipo de decisión.

Durante la ceremonia de apertura, el anfitrión, el entonces presidente Néstor Kirchner de Argentina, dijo que la integración podría hacerse realidad solo en caso que medidas apropiadas se pusieran en vigencia para acabar con las desproporciones en el desarrollo. De otra manera: el “mercado libre” debilitaría aun más a América Latina y haría crecer su deuda externa. Dirigiéndose a Bush señaló que la política impuesta por Estados Unidos agravaba la pobreza en el continente y también conducía hacia la inestabilidad y la caída de los gobiernos elegidos democráticamente.

Kirchner convocó a los participantes a buscar una nueva estrategia para el desarrollo regional que satisficiera los intereses de los latinoamericanos.

Pronto, un nuevo modelo de integración emergió, la Unión de Naciones Sudamericanas, UNASUR. Durante los años de su existencia, por ejemplo, la Unión no ha permitido la realización de los golpes de estado fraguados por la CIA en Bolivia y Ecuador. Ha estimulado el diálogo entre vecinos en conflicto y ha facilitado la restauración de la democracia en Honduras.

Gracias a Chávez y a los hermanos Castro, la alianza para la integración, ALBA (Alternativa Bolivariana para América Latina) creada el año 2004 alcanzó un fuerte ímpetu. Esta fue establecida como un contrapeso al ALCA sobre la base de principios anti-imperialistas garantizando la seguridad energética de los participantes. Petrocaribe, fundada en junio del 2005 se convirtió en un exitoso esfuerzo por parte de Chávez. La alianza brinda productos del petróleo a precios preferenciales a países del Caribe y Centro América. Esto puso fin al abuso acostumbrado por las compañías petroleras transnacionales.

Un momento memorable más, hubo un foro en Caracas a comienzos de diciembre del 2011 y en él se anunció la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, CELAC. La nueva alianza comprende 33 países del Hemisferio Occidental pero no incluye a Estados Unidos ni a Canadá.

Chávez y sus amigos ven este nuevo bloque como un contrapeso a la dictadura norteamericana en la OEA. En la próxima década la CELAC será la fuerza más influyente en el Hemisferio Occidental. La OEA tendrá que renunciar a su permanente sumisión a Estados Unidos si desear conservar su posición en la región.

Por supuesto que Washington no se conformará con que América Latina se haga más independiente e ignore los gritos perentorios del dictador y sus amenazas de emplear la fuerza. El primer intento de deshacerse de un “presidente hostil” falló. Rafael Correa se mantuvo firme en los duros tiempos del intento de golpe de estado en Ecuador.

Las balas de los franco tiradores entrenados por la CIA no dieron en el blanco. Hugo Chávez derrotó al cáncer y confiadamente gana puntos antes de la elección de octubre de este año. Cristina Fernández consultó médicos a tiempo y se impidió el desarrollo crítico de su enfermedad.

Aunque el peligro sigue presente, Estados Unidos se hunde en la más profunda crisis de su historia. El enfrentamiento de las elites se hace más agudo.

Ellas no tienen consideración por sus compatriotas que protestan y mucho menos por los “estraños.”

P.S. Recientemente se informó que el ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe tiene keratosis, que es una etapa inicial de cáncer a la piel. Pareciera que todos aquellos que piensan que es sospechoso que el cáncer solo golpee a los políticos de izquierda, deberían tener sus bocas cerradas. Uribe es tan derechista que es difícil de imaginar a alguien más a la derecha que él.

¿Será que se convirtió en blanco de la CIA también? Probablemente.

Se trata de una “operación encubierta” común en la que esta vez Uribe –quien depende totalmente de Washington—es un actor. Podría haber otra interpretación. El ex presidente sabe demasiado acerca de las actividades de la CIA y el Pentágono, los abusos financieros mientras se implementaba el Plan Colombia. He ahí porqué se decidió liquidarlo. ¿Valdrá la pena compadecer al mafioso número 82 en la lista del Departamento de Estado?

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Nil Nikandrov

Periodista y analista político escribiendo frecuentemente en la revista rusa internet Strategic Culture Foundation.

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