Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será y un es cansado.
Don Francisco de Quevedo,1580/1645
El dios de la política debe estar mirándolo con cierta indiferencia, a lo mejor, lo sorprende con algún chiste o inesperada sanción. Poco queda por decirle a quién ni de su derrota aprende, ni del éxito produce recato. Quizás esa deidad piensa ayudarlo en su insensatez a que contemple su triste animo, como acto de contrición.
Por ahora, Leopoldo López, es una ecuación de substracciones, con un minuendo desbocado.
Su corta, pero muy apoyada carrera, se inicia en política con una carga en negativo. Por que, esa faena de crear un partido con un regalo envenenado de su mamá, con dinero que no le pertenecía a su familia, sino que era mera distracción de fondos públicos, es un rabo de paja presto a incendiarse.
Después se le mira formando parte de la comparsa de un partido que lo lleva a la Alcaldía de Chacao, y allí anima el golpe de Estado con su socio Capriles. Creyendo que su caparazón le queda pequeña, sin ton ni son por acto, que ni el derecho canónico reconoce, se inventa la guarimba de una Voluntad Popular.
Su Voluntad es entendida como signo de esterilidad. Lo Popular, que por ajeno a su esencia, es sequedad, que luego como fue visto termina en la esterilidad de acto de renuncia y entrega.
Crea, en acto de gracia familiar, su partido. Propio, suyo y de nadie mas. Inventa organigrama que habita con duendes. Fantasea de la nada con cuerpos de dirección política; que por cierto, nadie conoce.
Con estos aparecidos como asistentes se lanza a quitarle lo votos a Capríles y a Ocaríz, tarea en la que tiene relativo éxito. Figura con limitado espacio en las encuestas. Tanto, que se autodenomina precandidato. Se exhibe, y exalta, frente a un demacrado y delicuescente numero de electores.
Paga encuestas en las que puede aparece vagamente ubicado; quizás, asustando a aquello con los cuales había construido el partido de su perdición PJ.
Es notable su pugnacidad. Tanta que solo un superyó democristiano lo retiene e induce a que resuelva por los caminos de la hipocresía y la política de canales de TV y restaurantes, su trato con seguidores. Estrategia banal.
Debido a la presión de la dupla –adecopeyana- se tiene que someter a la coyunda de aceptar su participación en las llamadas Primarias. Esta trampa jaula es encerrona en la que los veteranos de la movida se mueven con una agilidad y trucos que los jóvenes petimetres desconocen.
Inicia la necia aventura de los Debates de los Seis en TV. Circo que obviamente a nadie conmueve. Allí poco aportan y menos clarifican lo que cada uno, realmente quiere. El fastidio se motoriza pues todos dicen lo mismo. Salvo la novedad de la estrafalaria propuesta de quien nada tiene para perder; nada que arriesgar, todo apuesta y mucho aspira: el dúo Arria y Medina, que piden la Constituyente como solución, cometido que por absurda nadie quiere defender.
El tiempo, solito, descubre que la sequedad y el desabrimiento son la insignia de su imagen. Su voluntad huele mas a retorica que a real política. ¿No se si me explico?.
Epílogo: “y no hay calamidad que no me ronde”. F. Quevedo.
En muy poco tiempo a sido llevado, constreñido y forzado hasta la repugnancia de la verdad de las encuestas. Bozaleado y maniatado, por el orden de los voraces adecos y sus crueles ex - amigos y ex - partidarios, desde el palco mira la faz de la derrota. Desplazado se le trata con indolencia y se le muestra el rigor de quien impúdicamente ejerce los menesteres del poder. En política típicamente cuartorepublicana vende a su partido, traiciona a sus electores y se vende al mejor postor.
A la deriva anda navegando en el navío que se llama Fiasco.
Hoy se le mira en gesto de triste teatro. Alardeando con cinismo de su hazaña y queriéndola vender como éxito. Lo miramos y recordamos sus andanzas de cuando quería mostrarse como candidato. Entiendo su abatimiento al verse en el azaroso lance y trance de avistarse pidiendo auxilio y negociando su precario capital político. Hoy invertido en apostar a “la promesa” de que al declinar ante Capríles, será coronado como Vicepresidente Ejecutivo de un ficticio gobierno transitorio. Humo y sueños
Ojala sepa que la penitencia es arma para la salud según San Pablo. Aunque presiento en él, lagrimas de tristeza y pocas de arrepentimiento. Me gustaría saber si estos aprendices de políticos son mas tontos dormidos que despiertos. Si es así me, anima saber que se les reconoce razonamiento.
A los caballitos de palo no se les puede ni siquiera pedir que jalen una carreta de frutas. Hoy es indiciado y objeto de secreta sonrisa de todos quienes lo ven: “cuesta abajo en su rodada”
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