Carlos Escarrá: ¡Nobleza obliga!

Me encanta la verticalidad granítica del discurso y de la postura de Carlos Escarrá a la hora del defender a Chávez y a su Gobierno; de atacar cualquier posición “leguleyérica” y de defender sus conocimientos jurídicos. Nunca se fue por las ramas para decir verdades o pulverizar mentiras. Su verbo era frontal, fuerte e incisivo. Nunca pidió ni dio cacao. Lo suyo era llamar las cosas por su real nombre. Es decir, al pan pan y al vino vino. Lo más arrecho es que su discurso siempre lo acompaña con sonrisas que reflejaban la seguridad de sus palabras. Firme y conciso; pero elegante y respetuoso, como debe ser todo buen revolucionario. O quien se precie de serlo.

Su identidad y solidaridad automática y sintomática con Chávez es y siempre será firme. Nunca se anduvo por las ramas a hora de fijar posición. Nadie podrá negar que Carlos Escarrá es inteligente y preciso, estudioso y conocedor del Derecho. Y un revolucionario cien por ciento.

¡Coño Carlos! Me enredo con el verbo en el manejo de tu muerte. Pero es que no termino por aceptar que estás muerto y que pronto te convertirás en polvo. Tu presencia constante en la defensa y proyección del proceso revolucionario venezolano te hace inmortal. No va a ser fácil aceptar que físicamente ya no estás entre nosotros. Y vas a hacer mucha falta para que le digas cuatro vainas con elegancia y sapiencia a los que les encanta echarle vainas a Chávez, a la Constitución y al pueblo. Cómo bien solías hacerlo.

Muerto es el que pasa por la tierra y no deja una obra, no deja rastro, ni deja estela. Muerto es el que no retribuye al Creador su licencia por esta tierra con obras en pro del colectivo. La muerte es un paso más en la vida de los hacedores de patria. No muere quien está sembrado en el corazón y en alma del pueblo. Carlos Escarrá vive y vivirá siempre en las fibras y en el sentimiento del pueblo.

Duele de verdad haber perdido un verbo tan rico y tan fluido como el de Carlos Escarrá. Vale recomendar al Gobierno ordene la edición del quehacer discursivo de Carlos, incluyendo el discurso Post Morten del Presidente Chávez y las conmovidas palabras de su hermano Herman Escarrá.
Paz a sus restos y resignación a su pradera familiar y espiritual.

TINTERO

Cierro con parte del corto y conmovido discurso del Constituyentista Herman Escarrá pronunciado en el velatorio de la Asamblea Nacional, ante el féretro de su hermano Carlos:

“Comprender a Carlos no era tarea fácil y mucho menos a partir de nuestras perspectivas, donde todo el mundo sabe tuvimos diferencias políticas fuertes y tercas sin que eso doblara el sentimiento de hermandad propio de quienes venimos de hogares humildes. Nos tocó la tarea de asumir responsabilidades de amor a la patria”, expresó Escarra. Y añadió dolido que “había “malaventurados” que aún en estos momentos tan dolorosos trataban de fomentar el odio y no la paz”. Asimismo, dio cuenta que su hermano en vida, profesaba un sentimiento extraordinario hacia el actual presidente de la República, Hugo Chávez. “Carlos era un luchador de la Revolución a la que creía y en la que seguirá creyendo”, dijo.

americoarcadio@yahoo.com


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Américo Hernández


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