No hay duda
de que la experiencia y conocimientos del equipo médico internacional
que lo atiende en La Habana, serán puestos a prueba una vez más, y
que su ciencia junto con la fortaleza y ganas de vivir del paciente,
ayudarán a superar este nuevo escollo. El primer compromiso que debe
adoptar el Presidente a su regreso y en función de una campaña electoral
que apenas comienza, es extremar los cuidados a su propia salud, evitando
caer en provocaciones que lo inciten a cometer excesos físicos. La
pobreza ideológica del contrario y la bajeza moral tanto de su
entorno local como de su patrocinante imperial, permiten suponer que
la oposición podría cambiar de táctica, para sembrar incertidumbre
y generar confrontaciones, suponiendo frágil al contendor y debilitado
su respaldo popular.
Pero a estas
alturas, el presidente Chávez no necesita dar discursos maratónicos.
Ni siquiera “Aló Presidente” extensos, porque cuenta con una obra
grande y diversa que está a la vista de todos, y que a pesar de los
errores está transformando positivamente el país y la región. La
gran mayoría del pueblo, beneficiaria de una u otra forma del éxito
de sus políticas, debe estar muy consciente de ello para valorar el
riesgo que encierran las elecciones del 0710. En consecuencia, la máxima
divulgación posible de los logros y la focalización de los esfuerzos
en la superación de problemas no resueltos, como el de la delincuencia,
deben ser componentes esenciales de la campaña. A diferencia del candidato
de la derecha, quien parece un funámbulo que se tambalea entre la defensa
de sus intereses de clase y un mimetismo forzado para “parecerse al
pueblo”, el Presidente puede continuar siendo auténtico, pero con
las precauciones que demanda su completa recuperación física.
Por eso es
muy sensata su decisión de reducir el ritmo en las próximas semanas,
y de dejar una agenda de trabajo para su equipo, que incluye entre otros
aspectos, la actualización del Proyecto Nacional Simón Bolívar, el
avance de las misiones sociales y la organización del Polo Patriótico.
Como siempre, pero ahora más que nunca, el mayor apoyo que pueden ofrecerle
ministros, gobernadores, alcaldes y responsables de otras instituciones
públicas, es aumentar la eficacia en su desempeño, cumpliendo metas
en los lapsos previstos, y combatiendo la corrupción independientemente
de su procedencia.