En junio del año 2009 se realizó en Venezuela un seminario convocado por un grupo de intelectuales venezolanos y al que asistieron intelectuales de otros países. El encuentro tuvo como tema de convocatoria: “Intelectuales, democracia y socialismo. Callejones sin salida y caminos de esperanza” y el desarrollo de las intervenciones produjo reacciones polémicas por parte de importantes voceros del PSUV porque el evento colocó muchos aspectos básicos del proceso en condición de nudos críticos, que ahora requieren de una exhaustiva revisión.
No intento decir con esto, que el pueblo o la gente de a pie no tiene también su forma y práctica de hacer sus juicios, que son necesarios e importantes para el avance del proyecto; ni que nuestros intelectuales se hayan desprendido de su obligación y responsabilidad. Hay tribunas abiertas y voces como la de Vladimir Acosta que permanentemente observan los acontecimientos propios del proceso, pero son voces individuales cuyos ecos resuenan muy débilmente. A veces, la labor se centra en dar aportes a la confrontación con el adversario, pero se descuida las amenazas que se generan desde lo interno del proceso que son o vienen siendo mucho más peligrosas que las que nos coloca la oposición. La idea es hacer y mantener una sola voz que remueve obstáculos y estremezca a la sociedad revolucionaria.
Pienso que hay situaciones y políticas que requieren de una buena revisión y evaluación. No incluyo en ellas, situaciones o posibles deficiencias ideológicas; voy más a propuestas o puntos de políticas muy prácticas que el gobierno viene asumiendo como una vía que supuestamente nos lleva al Socialismo del Siglo XXI pero que efectivamente está afincando la cultura de un cierto “estatismo”, viable por los inmensos recursos que genera el petróleo, que no dejan lugar a dudas sobre la orientación social de esta revolución, pero que no son suficientes para aproximarnos al modelo de sociedad que hemos seleccionado.Es necesario detenerse en las políticas de estatización de empresas. No es una reflexión para ver si esto es socialismo o no, sino para verlas por dentro y examinar si su funcionamiento, financiamiento o generación de excedentes están respondiendo a las expectativas que se tienen. Es más importante aún, revisar las políticas de soberanía alimentaria y cerciorase que los inmensos recursos aportados por el Estado para financiar los proyectos de producción y procesamientos están en una franja azul o si por ahora, el precio del barril de petróleo tapa cualquiera falta de eficacia y eficiencia. Conviene igualmente detenerse en esos que tenemos como bandera y que hemos denominado Poder Popular con la finalidad de determinar los avances logrado bajo el desarrollo de cinco leyes que tienen la pretensión de fortalecer este Poder Popular y la democracia protagónica.
En concreto no reclamo una intervención de los intelectuales y un nuevo seminario para discutir aspectos filosóficos del proyecto bolivariano que son muy importantes discutirlos. Reclamo un nuevo seminario para discutir el día a día de la revolución, ahora que el gobierno está trabajando una nueva versión del Proyecto Nacional “Simón Bolívar” 2013/19 y estamos cerca de una importante confrontación electoral.
En una próxima entrega, colocaremos algunos de los aspectos positivos y nudos críticos que se asomaron en el Seminario: “Intelectuales, democracia y socialismo. Callejones sin salida y caminos de esperanza” con el objeto de ahondar en la reflexión y necesidad de un nuevo encuentro de intelectuales. Este camino de esperanza, reclama de la voz de los intelectuales puesta como colectivo sobre situaciones y políticas concretas, que no siendo muy filosóficas, son esenciales para abrir las brechas que no conduzcan por nuevas alamedas.
[i] Véase Notas Disponibles en: http://www.aporrea.org/actualidad/a79525.html http://www.aporrea.org/venezuelaexterior/a79322.html