EL SECRETO DE LA EMPATÍA CHÁVEZ-PUEBLO Y PUEBLO-CHÁVEZ:
¡LA SUPERACIÓN DE LAS 9 VERGUENZAS COLONIALES!
Este 13 de abril, es hijo e hija del asombro en el vientre de la Madre Tierra. Hijo e hija del pueblo/pueblo. Día del encuentro pueblo/Fuerzas Armadas en una revolución pacífica, pero no desarmada. Ahora “Día nacional de la milicia bolivariana”…. Señal de señales de lo inédito en la historia. De lo uno y único en lo recóndito de sus diversidades, cuando la revolución asume rostro de mujer y de juventud, la inocencia del niño, hasta convertir lo más adverso en viento favorable y puerto seguro. Cuando lo extraordinario se vuelve cotidiano en la Venezuela y la América Profunda, ancestral y contemporánea al mismo tiempo.
Hemos sido invitados al programa especial “Asamblea Viva” de ANTV en el Palacio Federal Legislativo. El programa al despertar el día, abrió los ojos, como era justo y necesario, con el temple y las vivencias de la diputada Ana Elisa Osorio, hoy Vice Presidenta del Parlamento Latinoamericano, GPV; convertida en nuestra voz de alerta hace 10 años desde Miraflores sobre el Golpe de Carmona “El Breve”, cuando este tejía un camino de sangre, con sus paramilitares apostados en los edificios de la avenida Baralt para atentar contra los bolivarianos de Puente Llaguno y también –oído al tambor- contra su propia gente en una estrategia de siembra de tempestades, de caos, horror y muerte. Era el mar de confusiones mediáticas para la justificación y el asalto final contra la Constitución y los poderes públicos. Habían salido en una marcha anestesiados, con tapaojos mediáticos hacia Miraflores, simplemente con el propósito de buscar muertos y como carne de cañón de sus propios zamuros, quienes se habían disfrazado de “ leales compañeros”. Y si Chávez tenía un gobierno que ya no fabricaba muertos, había entonces que buscárselos, montarlos en el momento y achacárselos ante las cámaras invertidas de la opinión pública mundial. De lo demás, de cómo hacer el ensamble, se encargarían los técnicos de los medios privados, globovisionarios, hasta con la bendición de la corona española y su neofranquismo, quienes darían sus laureles al primer ensayo de una masacre trampeada. Del fondo de esos días aparecía aquella coletilla de ¡Gracias Globovisión! ¡Gracias Televen! ¡Gracias Venevisión! Los medios habían hecho el trabajo.
Pregunta ahora Ernesto Villegas por qué ese empeño de buscar a Diosdado Cabello hasta debajo de las alfombras de las embajadas y especialmente de la embajada de Cuba. Claro, allí estaba la clave de la continuidad del hilo constitucional en ese momento: era el Vicepresidente de la República y además, ni él, ni Willian Lara, Presidente de la AN, eran sobornables y además estaban resteados. Eran dos fichas de confianza del Presidente, como lo era José Vicente Rangel, Ministro de la Defensa, y así, Aristóbulo, Ana Elisa y su tren ministerial. Como la gente de su Guardia de Honor. O la lealtad de los pueblos indígenas, cuyas madres wayuu de la red de mujeres indígenas, alentadas desde Caracas por la diputada Noelí Pocaterra, Segunda Vice Presidenta de la AN, cruzaron las fronteras para denunciar el golpe de Estado desde Colombia.
-¿Por qué este 13 de abril es un hijo o una hija del asombro?
-Lo primero a destacar es que el 11 de abril de 2002 fue un día mal escogido por los golpistas. La memoria histórica del 11 de abril de 1817 es memoria histórica de independencia, recuerdo vivo de Chirica, Piar y la indiada en San Felix, lluvia de flechas y cantos de fusiles libertarios , cantos de gallo al amanecer: no de entrega y subordinación a los poderes imperiales e imperialistas, como lo pretendía el golpe empresarial y del alto clero reaccionario, avalado por el Departamento de Estado Norteamericano, el sionismo internacional, la falange y el Opus Dei de la España franquista.
Dos días después, el 13 de abril, si bien era lo más esperado por todo un pueblo, no estaba previsto. Era lo imprevisto, lo insólito, lo extraordinario. Un hecho único en la historia nuestra, pero también en la historia del Golpe de Estado en el mundo. Era la incógnita a despejar.
-¿Era previsible por las llamadas ciencias sociales lo que ocurrió el 11 de abril de 2002 y particularmente lo del 13 de abril de 2002?
-Hay también una crisis de la cientificidad, todo ha entrado en crisis, lo venimos escuchando desde la década del 80 del siglo pasado. De esta crisis no saldremos sino por la vía de la interculturalidad, restableciendo el diálogo de saberes entre saberes de los pueblos y saberes de las academias. Entre la cultura y la Madre Naturaleza. Se ha olvidado que la Madre Naturaleza, los pueblos y las comunidades son la primera fuente de la cultura y la primera fuente de las academias. Pensamos que este es un buen momento para un acercamiento del Presidente Hugo Chávez con los principios y fundamentos de la interculturalidad –y del Buen Vivir- desde sus propias formas de relación y de convivencia con nuestros pueblos. De allí parte siempre el primer aprendizaje. Pero la interculturalidad es por ahora un proyecto participativo, incipiente, que si bien pertenece al futuro, ya ha comenzado a caminar.
POR LA TELARAÑA DE LO SIMBÓLICO
El 12 de abril recordaba el Vicepresidente Elías Jaua, la necesidad de penetrar los fosos de lo simbólico de esta revolución bolivariana. Señalaba por ejemplo que el Presidente Chávez enfrentó antes del golpe al alto clero reaccionario, rompiendo la costra más dura del Pacto de Punto Fijo. Enfrentó a Fedecámaras, con la Ley de Hidrocarburos, la Ley de Tierras, la Ley de Pesca, entre otras de las habilitantes. Enfrentó la cúpula del Alto Mando Militar y de la vieja PDVSA. Enfrentó al Departamento de Estado, al FMI, al BM. Difícilmente un poder revolucionario, desafía tantas fuerzas de la contrarrevolución al mismo tiempo. De allí que tenga un alto interés poner en claro y estudiar de fondo cuáles son los códigos simbólicos de nuestros pueblos, culturas y clases dominadas que Chávez manejó y sigue manejando desde el ejercicio del poder.
-Es verdad que enfrenta al alto clero reaccionario, pero lo hace desde los códigos de las teologías de la liberación, tanto católicas como protestantes. Enfrenta el culto a los conquistadores desde los códigos de la resistencia indígena. La esclavitud desde los códigos de las cimarroneras afroamericanas. El patriarcalismo desde los movimientos de equilibrio de género. Todo con el propósito de darle piso propio y sentido de pertinencia a su bolivarianismo, las ideas educativas de Simón Rodríguez y el planteamiento zamorano de la Guerra Federal. Hasta entroncar con el marxismo crítico, pasando por las múltiples modalidades de indosocialismos de Nuestra América. Enfrenta a Fedecámaras y la vieja PDVSA, buscando otras vías a la vieja economía rentista petrolera, convirtiendo el petróleo en arma de paz, de complementariedad, de integración y de negociación política, hasta de la reconstrucción de la OPEP; diversificando el negocio petrolero para no depender sólo del imperialismo norteamericano. Frenando las políticas neoliberales de la privatización y liberándonos del FMI y del BM.
En este orden de ideas, los nuevos códigos simbólicos de la revolución bolivariana, renacen en buena medida a la sombra de la América Profunda y de la Venezuela Profunda, de todos sus nuevos movimientos sociales y sus múltiples tendencias a la presencia histórica de la ancestralidad en nuestra contemporaneidad, la creatividad y la innovación frente al pesado fardo del viejo Estado burocrático y de la sociedad nacional colonizada y neocolonizada. Vale decir, como en esa “Espiga sembrada en Carabobo”, en la revolución bolivariana se hacen presentes todos los tiempos de nuestra historia, desde los poblamientos originarios, la conquista, la colonia, la independencia, la república, la nueva independencia, la descolonización y el proceso de construcción del socialismo del siglo XXI. Dicho en otros términos, la revolución bolivariana debe ser una síntesis de todas las grandes líneas rectoras del proceso histórico específicamente venezolano y americano, partiendo de lo más antiguo, constante y específico del país y del continente en todo su devenir histórico.
EL SECRETO CHÁVEZ: LA SUPERACIÓN DE LAS 9 VERGUENZAS COLONIALES
La palabra vergüenza siempre huele a intimidación, bajar la frente, resquebrajar la identidad y finalmente, perder el sentido de la dignidad. Sin identidad no hay dignidad. Y sin ellas, no hay autodeterminación personal y colectiva. Mucho menos sentido de Independencia y de Autodeterminación de los pueblos y naciones.
Amor con amor se paga:
Se puede sostener que la fuerza del amor es la que mueve y estremece las montañas en el decir más espinoso del mensaje evangélico. Puede afirmarse, sin lugar a equivocarnos, que el amor es la fuerza descomunal de un líder como Hugo Chávez para superar estas nueve vergüenzas coloniales, unido a un conjunto de atributos personales, difíciles de sintetizar. Y retribuyéndole el amor al pueblo con la consigna: ¡amor con amor se paga! nos encontramos con una luminosa puerta de entrada al secreto de la existencia. Sin embargo, palabras como amor, identidad, dignidad, libertad, igualdad, fraternidad, tienen un significado preciso en cada cultura, y en la óptica inter-cultural e inter-civilizatoria que construyen los propios pueblos en sus formas de convivencia y de intercambio. Pero también tienen estas palabras una carga histórica, un discurso propio y un significado preciso en las sociedades de clase y donde impera el racismo, el patriarcalismo, la dominación cultural y la discriminación étnica y lingüística.
Estas vergüenzas coloniales, no se superan de un momento a otro. Están siempre bajo la lupa de una observación continua, dentro del proceso social y personal. Hay que evaluarlas de instante en instante. Ante el espejo de los pueblos y del sí mismo.
-¿Cuáles son esas 9 vergüenzas coloniales – colonizadoras o recolonizantes- que siempre están siendo vencidas por Chávez de instante en instante y constituyen parte de la magia o del secreto para su empatía con el pueblo/pueblo?
-Las tres primeras son determinantes. Las demás, son derivaciones de estas tres primeras:
1.- PRIMERA VERGÜENZA COLONIAL: La vergüenza de ser pobre o vergüenza de clase.
Chávez se asumió siempre como “el arañero de Sabaneta”. Un muchacho vendedor de dulces caseros, por las calles de su pueblo natal, como complemento al sustento familiar.
2. SEGUNDA VERGÜENZA COLONIAL: La vergüenza racial, necesidad de superación del endorracismo. Chávez se asumió siempre como “el indio que soy,
el negro o el zambo ¿y qué?”…
3.-TERCERA VERGÜENZA COLONIAL: La vergüenza étnica, el desprecio por su propia cultura, incluso por su propio paisaje y por su gente. Chávez siempre se ha mostrado orgulloso de su llano, de su gente y de su música. Incluso de su gente más marginada y perseguida como los cuiva del río Capanaparo. Me gustaría pasar mis últimos días en aquellos riachuelos y paisajes con su gente más excluida, los cuiva y los yaruro.
Ya en su tiempo José Martí fustigaba a quienes se avergonzaban de tener una Madre India, primera Madre de América o Abya Yala. Los pueblos originarios llaman a la reivindicación de la Madre Tierra desde nuestras culturas primigenias. La vergüenza de la tierra donde se nace es una de las peores deslealtades con uno mismo y con nuestros pueblos.
4.-CUARTA VERGÜENZA COLONIAL: La vergüenza religiosa, de credo o de filosofía. Chávez, siempre va con su cruz a cuestas. Con su crucifijo en manos al descender del destierro al rescatarlo pueblo y fuerzas armadas del fantasma de la muerte. Desde su catolicismo retomado por el ámbito de la teología de la liberación se entiende con el marxismo crítico, los protestantes, las religiones populares de los pueblos originarios y afroamericanos, los agnósticos y los ateos, en los diferentes caminos de lo social y de lo político.
Curiosamente, una sociedad intercultural busca entre otras cosas una relación de convivencia pacífica y de equidad, entre gentes y pueblos de distintas religiones, filosofías o creencias, donde puedan convivir creyentes, agnósticos y ateos.
5.-QUINTA VERGÜENZA COLONIAL: La vergüenza de la derrota.
Ante cada derrota, cada adversidad, Chávez asume un “¡Por ahora!”(4f-1992). Una visible y transitoria derrota militar, por ejemplo, la convierte en un triunfo político, en una victoria diplomática de largo alcance histórico. Es como el Cóndor valiéndose de la tempestad para elevarse sobre los hombros del propio huracán social y político de la coyuntura. Del huracán revolucionario.
Ante los triunfos continuos, como la otra cara de la moneda, no es la ocasión para perseguir, matar o reprimir a sus enemigos en la derrota. Aunque su estilo de discurso, de palabra hiriente, en algunos casos pudiera resultar confusa y encubrir su alma grande de un Gandhi de Abya Yala.
Regresa el 13 de abril (2002) al poder en brazos de pueblo y fuerzas armadas, con el crucifijo en la mano. Con el perdón y el diálogo por delante, para volver pronto a ser desinterpretado, de golpe en golpe, de impunidad en impunidad. Pero el diálogo, más que con la cúpula apátriada, es abajo, con los pueblos y las fuerzas armadas como unidades garantes de la paz con justicia y la estabilidad política para impulsar los cambios estructurales y los progresivos cambios de mentalidad. Sin embargo, la unidad pueblo/fuerzas armadas ha operado como un Gandhi Colectivo, como factor de cohesión nacional y como factor de disuasión en una “revolución pacífica, pero no desarmada”.(º)
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(º) En 12 años en la administración pública, los empleados y obreros fijos en su mayoría determinante, vienen de la 4ta República. Los chavistas cuando no están desempleados, son los contratados, sometidos al vaivén de los cambios ministeriales. Lo más curioso: Los chavistas fijos o vienen de la 4ta o son la excepción de la regla.
Frente a la llamada “lista Tascón”, estamos en condiciones de asegurar que la lista de la persecusión de Fedecámaras, del Episcopado, de los partidos del status ha tenido una gran vigencia hasta hoy. Para poner un ejemplo: Diosdado Cabello como Gobernador de Miranda, prácticamente no botó a nadie. ¿Cuántos ha botado hasta hoy Capriles Radonski ante el silencio cómplice de mucha gente?
6.-SEXTA VERGÜENZA COLONIAL: La vergüenza a asumir la enfermedad y la muerte. No encubre la enfermedad, la presenta ante su pueblo con identidad y la asume con sentido de dignidad. Tengo un cáncer, me han extraído un tumor, pero no hay metástasis como lo han propagado nuestros enemigos. Ante una segunda operación, la asume con oración, decisión y firmeza. Y con el tratamiento adecuado desde la hermana Cuba, acompañado con un canto a la vida. Entendiendo también que el revolucionario tiene el derecho a preservar la vida para cumplir plenamente su misión histórica. ¡Viviremos y venceremos!
Ante la otra cara de la enfermedad, la muerte, el comandante Chávez ha dado suficientes pruebas de haberla desafiado con coraje en muchas oportunidades. Incluso el 11 de abril de 2002, cuando fue secuestrado por los poderes del fascismo que lo mantuvieron al borde de la muerte, sin poder obtener por la fuerza y la seducción, la firma de su renuncia como Presidente.
7.-SÉPTIMA VERGÜENZA COLONIAL: La vergüenza o el miedo a “asumir el sentido del ridículo”.
Chávez ha traspasado las fronteras del miedo a hacer el ridículo. Rompe protocolos aquí y allá. Habla, canta, danza, grita y juega sobre su propio discurso. Se burla de su propia pronunciación del inglés, para poner en claro que tampoco los gringos y los ingleses cuando vienen aquí pronuncian muy bien el castellano. Ni tampoco muchos franceses o alemanes pueden hacer gala de una correcta pronunciación del castellano.
Cuando la burguesía hace un chiste anti-Chávez, el Comandante lo recoge como pelota de beisbol en el guante, lo cuenta él mismo, lo desarma y se los lanza de nuevo, desinflado, como jonrón imprevisto. No sin antes poner de manifiesto su carga racista y clasista, eurocéntrica y cuando no, su carácter patriarcal.
8. OCTAVA VERGÜENZA COLONIAL: La vergüenza de ser venezolano. Antes de Chávez, sentíamos vergüenza de ser venezolanos, no sólo en lo político, incluso en los deportes. Siempre todo lo que venía de afuera era mejor. Este es un problema no resuelto del todo, porque tiene raíces de más de medio milenio. Pero se ha levantado un orgullo de ser venezolano.
Retomar el orgullo de ser venezolano significa ir resolviendo estas nueve modalidades de la vergüenza colonial, comenzando por el orgullo de ser indio, de ser originario o descendiente de indígenas.
9. NOVENA VERGÜENZA COLONIAL: La vergüenza de ser “Sudaca”. Es un sentimiento de vergüenza inducido, que viene de los primeros días de la conquista y de la colonia. Ya Miranda hablaba del pecado mortal de haber nacido en América. Bolívar hablaba de “Esa desnaturalizada madrastra”, para referirse a España como su “hijastro” maltratado y oprimido. Nuestras academias nos imponían el cuento de la “Madre Patria”.
Ante la superación de la vergüenza de ser Sudaca, el Rey de España en una cumbre de Chile le grita a Chávez: ¿por qué no te callas? Frente a esa orden de ¡indio, cállate! la respuesta bolivariana de Chávez es: Nuestro norte es el Sur. El Sur mira hacia el Sur. América y África. Y el Oriente Medio.
LA SUPERACIÓN DE LA VERGÜENZA DEL COLONIZADO, LLAMA A UNA POLÍTICA DESDE LA UNIDAD EN LA DIVERSIDAD
La superación de la vergüenza del colonizado, debe abrir los ojos a sentir y pensar más sobre nuestras diversidades para la inclusividad, desde la unidad y diversidad de nuestros pueblos, equipos de trabajo, de factores políticos y movimientos sociales. Donde está el partido, el PSUV y otros de la alianza, pero no solo el partido, como lo ha admitido Chávez en otras oportunidades. No hay un solo sujeto o actor histórico en el escenario. Hay muchos invisibilizados e invisibilizadas. No es sólo el proletariado. Hay una historia escrita que se nos impone y otra oral, sin escribirse, todavía en el murmullo de los pueblos, aunque ya comienza a oírse y a escribirse con la directa participación de sus propios actores que habían sido invisibilizados y excluidos. Hay pueblos originarios, sectores afrodescendientes, movimientos de mujeres, presencia todavía sutil de un sentimiento como descendientes de indígenas, como tensión dialéctica entre ancestralidad y contemporaneidad, como caras distintas de un mismo proceso y de su presente histórico; necesidad de las teologías de la liberación como desafío a una cruzada pseudo-evangelizadora a escala global propiciada y financiada por los grandes centros del poder mundial; movimientos ambientalistas en emergencia ante el desequilibrio del planeta y el desarrollismo; campesinos indodescendientes, afrodescendientes y en algunos lugares, ciertos núcleos campesinos y urbanos de un origen eurodescendiente más visible, en el marco de la venezolanidad actual y sus múltiples mestizajes. Y finalmente, la necesidad de abrir los ojos para entender que los procesos de integración de nuestra América o Abya Yala, si van en la búsqueda del Buen Vivir, hay que encontrar las claves de desterrar progresivamente las políticas desarrollistas desde el ámbito de la revolución y los cambios sociales, como parte de la superación definitiva de todas las formas de colonialismo interno. En síntesis, la integración de la Patria Grande no podrá nunca descansar sobre el andamiaje del colonialismo interno comenzando por negar los derechos de los pueblos originarios y los poblamientos afrodescendientes, de las grandes mayorías indodescendientes, criollos y mestizos múltiples. La Búsqueda del Buen Vivir y la construcción de la interculturalidad, deben constituir otras dos fuentes, casi vírgenes todavía para la revolución bolivariana y con unas potencialidades insospechadas.
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