El pasado laboral venezolano en lo referido a su legislación dejó enmarcado aspectos que impactaron al trabajador en un extraño beneficio del empleador como excusa “supuestamente para la creación de nuevos puestos de trabajo en los años 90”. Dejo mis observaciones como “todero del día a día”, de aquellos que patean la calle para sobrevivir dignamente en un rebusque que sustente su hogar. Trabajador formal de un pasado y desempleado formal del presente que, de algún modo, ve algunas reivindicaciones tardías pero, justas para un colectivo o población laboral beneficiada en los tiempos de hoy.
Uno de los ejemplos de la doble moral que invade a Venezuela, es el irrespeto al porcentaje de venezolanos frente al extranjero en cuanto a la oportunidad como mano de obra. Insisto en la invasión de comercios chinos que se multiplican en cada rincón de la geografía de Venezuela quizás tanto como en Latinoamérica. Es notoria la presencia de trabajadores asiáticos que, utilizan incluso su idioma nativo frente al criollo muchas veces como burla (cuando se exige el idioma castellano y lengua indígena de Venezuela en la ley). Normalmente en los comercios chinos, los únicos venezolanos que laboran contratados son “la señora de la limpieza” o “el guachimán”, el resto, es personal chino que difícilmente tienen más de 5 años en el país para justificar su presencia laboral por encima del venezolano (Artículo 27. LOTTT: Porcentaje de Personal Venezolano. El noventa por ciento o más de los trabajadores y de las trabajadoras al servicio de un patrono o una patrona, que ocupen un mínimo de diez, deben ser venezolanos o venezolanas. Así mismo, las remuneraciones del personal extranjero, no excederán del veinte por ciento del total de las remuneraciones pagadas al resto de los trabajadores y de las trabajadoras).
La inmoralidad de quienes en el año 1997 negociaron la retroactividad de los trabajadores venezolanos, se desgarran en críticas de la ley reformada en el presente. Teodoro Petkoff, padre de los cambios inconsultos con los trabajadores de aquellos años, escribe hoy día, titulares de prensa con la crítica de las reformas rescatadas de su nefasto proceder cuando fue ministro “socialista” del Gabinete de Caldera, que, en complot tripartito con Fedecámaras y la CTV negociaron la modificación de un congreso entreguista y anti-trabajadores. Es penosa la presencia de una “cúpula sempiterna” de la CTV con Manuel Cova como su secretario general con apenas 10 años en el cargo aún “dizque defendiendo al trabajador venezolano”…¡El odio y resentimiento no puede carcomernos de ningún lado, será justicia social cuando sea 100% laborista la nueva ley en todos sus aspectos y contenidos!. Ese debe ser el rumbo de la Patria Nueva.
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