En la medida en que las contradicciones entre las dos referencia se agudizan, brota con más claridad el elemento de fondo que le imprime fuerza a su proyecto político: Sacarse al pueblo. Sentir realmente que ese pueblo que Chávez representa y conduce, vuelva tranquilamente a los cerros y deje de atesorar una esperanza.
Hubo pobreza en Venezuela, mucha pobreza en las tres últimas décadas del siglo XX y eso no molestó a nadie de los que hoy se erigen como los abanderados de la democracia, porque la pobreza y la exclusión se incrementaban. Vino el caracazo y estos líderes que hoy calificamos como de la IV, no lograron ver gentes de los barrios en el centro de Caracas, reclamando o protestando porque entendieron que el “gran viraje” les garantizaba más hambre. No vieron personas en las protestas, vieron saqueadores y para ellos hubo una gran fosa. Muertos sin nada y sin derechos: Animales. Ni un remordimiento, ni una queja ni una pasadita por CIDH. La razón era muy simple: No eran personas y por supuesto no tenían derecho. No existían.
Después del caracazo vino Chávez. Aparecieron los excluidos buscando un espacio y reconociéndose como sujeto, pero los líderes de la IV y muchos “marxistas” también de la IV y con una tradición de luchas en cubículos, no lo asumieron así. Se produjo este fenómeno de gran alcance político y vino después por parte de este grupo de la IV, la descalificación: Chusma/desdentados/monos. Desde la academia ni una observación ni una queja. No había espacio para entender desde este mundo esta situación, porque la academia esta activamente embarcada en este proyecto.
En la IV, estos sujetos no fueron visibles o eran una carga. La exclusión fue una política y si hay duda de esto, veámosles las caras a estos “jovencitos” nalguitas blancas y su creencia de tener a la universidad como un privilegio: únicamente para ellos. Veámosles las caras cuando hacen referencia a Venezuela. Veámosles las caras cundo les colocamos una bandera de Venezuela al frente y cuando esa bandera en vez de siete estrella tiene ocho. Si les vemos sus caras, notaran que estarán rabiosos. Una estrella más a la bandera, le vuela su idea de país objeto. Un estudiante pobre en una universidad es una invasión a su país objeto.
El artículo de Yon Goicoechea con el título de Maldonado y los idiotas es el mismo asunto. Es la misma razón sobre la cual se organizó el video de “Caracas ciudad despedida” y todas las visiones que salgan de ese mundo. Es otra manera de expresar lo que sienten por Venezuela y los venezolanos y también una manera de nosotros percibir ese sentimiento. En este artículo de Goicoechea , no es la condición de idiotas lo que más se hace notar o más debería hacerse notar. Más que esa descalificación de idiotas, la frase que más tiene sentido y comunica su rabia es esa donde Goicoechea expresa: “no entiendo cómo mi país llegó a esto”.
Si leyeron el artículo habrán notado, que el tal Yon Goicoechea colocó como un subtítulo, el dato de los 66 millones de dólares que utiliza PDVSA para el patrocinio de Maldonado. Molesta a Yongo y también a toda la oposición, que PDVSA haga uso de esta cantidad para este fin. Pero en el fondo no es la molestia por el patrocinio a Maldonado. Molesta a Yongo y a toda la oposición que PDVSA invierta parte de sus ganancias para financiar proyectos sociales. Esa es la razón de esa frase: “no entiendo cómo mi país llegó a esto”.
¿Por qué se molestó Goicoechea y el resto de la oposición por esta opción que ofrece PDVSA? Simple; PDVSA no debe hacer ese gasto. Es un gasto, porque los que participan en estos programas no son gentes. Les molesta que PDVSA invierta en las misiones, pero no se preocuparon por los 20.000 millones de dólares que PDVSA perdió en el paro. Para Yon Goicoechea y para la oposición eso fue una inversión con el objeto de devolverle PDVSA a los que utilizaron sus dividendos para estar bien y tener la opción de “su país” objeto. Le molesta que esta PDVSA le haya modificado “su país”. El país que suena (“mi país”) ese uno con 70% de pobreza y más de un 30% de esa pobreza viviendo en estado de pobreza crítica. Le molesta que PDVSA ahora de una oportunidad a otros venezolanos que para ellos no existieron. Esta PDVSA le cambio “su país” objeto.
El país de Yon Goicoechea es ese que estamos dejando atrás y comenzó a levantarse con el caracazo. No ha podido entender por qué cambio esto y le enfurece sentirse que el país que anhela, se le vuelve cuesta arriba.