Hacia un Modelo Municipio Revolucionario en Venezuela (II)

Antes de puntualizar otras ideas e iniciativas que estimo importante en este documento de Planificación Participativa de Marta Harnecker y Noel López, en el cual hay argumentos para sustentar una propuesta de un modelo de Municipio para Venezuela[i], en correspondencia con las ideas básica de la propuesta del socialismo del siglo XX, me permito expresar lo siguiente:

1) He sido informado que Marta Harnecker y Noel López están todavía trabajo en la versión final de un proyecto de libro sobre planificación Participativa Municipal, cuyo contenido ella hizo circular entre algunas personas interesadas en el tema. Estoy trabajando sobre una versión preliminar y este proyecto de libro, no es un documento que trata un perfil o modelo de municipio. En consecuencia, no existe este documento un juicio sobre realidades concretas, sino un conjunto de ideas e iniciativas que pueden ser de gran utilidad en esta tarea de pensar y repensar el perfil del Municipio/Alcaldía que deberíamos darnos en Venezuela.

2) Las consideraciones, reflexiones e ideas que expone Marta y Noel en este documento tienen como referencia su trabajo de acompañamiento a organizaciones comunitarias venezolanas, pero el proyecto de libro, es también parte del trabajo que realizan en Bolivia y Ecuador.

3) Lo que presenté en la primera parte (Parte I) es una interpretación muy personal de este documento y cualquiera situación que no haya quedado clara, es una responsabilidad mía. Nada tiene que ver con el documento, que como ya sostuve es una buen proyecto de libro y además está organizado para que se produzca un rápido posicionamiento y entendimiento sobre su propuesta de Planificación Participativa Municipal

4) Lo que califique de “déficit institucional”, es una consideración (interpretación particular), cuyo fundamento se resume estos términos: Marta y Noel formulan una propuesta para la Planificación Participativa, como parte de su trabajo en Venezuela, Bolivia y Ecuador. No tratan la situación de las alcaldías venezolanas (funcionamiento) y por supuesto, esto no determina una caracterización de ellas. Este déficit, es una conclusión mía, que responde a una situación de nuestra Alcaldías: Falta de institucionalización del Proceso de Planificación. Digo ahora, que aunque no es un tema que aborda este trabajo, a partir del documento y con la conformación de los equipos técnicos y de planificación que se definen en la propuesta, es posible, desde la alcaldías, formular estudios que permitan elaborar diagnósticos bien fundamentado.

5) Una manera de entender este “déficit institucional” al que me referí en la primera parte, es visible en la  escasa articulación y vinculación que hacen nuestros alcaldes con el Proyecto Nacional Simón Bolívar y de la idea de Presupuesto participativo.

6) Finalmente, debo decir que no trató en detalle los importantes aspectos de este documento, destaco los que tienen mayor sentido en el proceso de darle viabilidad a la planificación participativa como una manera de crear una referencia sobre el Municipio que deberíamos tener en Venezuela.

Asomadas estas situaciones, creo necesario resaltar una idea que Marta viene animando en varios de sus reflexiones. La opción de convertir a las organizaciones comunitarias como un factor de poder, pasa por la posibilidad real de darles a las comunidades organizadas capacidad para tomar decisiones. La descentralización, vista desde la perspectiva de Marta y su equipo, tiene este sentido. Esta idea toma cuerpo en la propuesta de planificación, porque a través de la descentralización así entendida, las comunidades construyen y reconstruyen sus espacios-problemas y son un importante elemento (actores) en la gestión municipal. Es decir, es una alternativa para cambiarle la cara a una institución (Municipio) que se mueve en la V con las muletas de la IV[ii].


Para hacer viable esta propuesta de Planificación Participativa como un aspecto de apalancamiento del Poder Popular, Marta sugiere  la creación de unas “instancias” y una red de actores a las cuales se les asigna sus respectivas funciones para darle finalmente sentido a la planificación participativa. Ambas iniciativas (planificación participativa y Poder Popular) están “amarradas” y aunque son términos que no aparecen en este documento,  se asoman como una conclusión construida desde la lectura, que definitivamente es una tesis que Marta si ha trabajo en otros materiales, dirigida a puntualizar, que el socialismo de este momento, tiene en la participación popular su nuevo signo.


Entre las instancias se reconoce la comunitaria y la de la Alcaldía. Cada una con su perfil y responsabilidades para concretar así, un espacio propicio para la planificación y articulación que ahora pude potenciarse con los lineamientos contenidos en el Reglamento de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno. Entendiendo a la Planificación participativa como un proceso de conexión entre las comunidades y la Alcaldía, Marta, después de fijar los criterios para la conformación de los equipos de trabajos y su funcionamiento, sugiere la opción de una división del territorio con la finalidad de darle mayor nivel de viabilidad a la propuesta de planificación. Esta división no altera la ya existente de la parroquia, sino que trata de crear zonas que permitan un mejor manejo de los problemas. Asumo esta idea, como la creación de circuitos comunales de planificación y a partir de estos equipos territoriales, se genera o debe generarse una dinámica de participación-reflexión que va potenciando el trabajo comunal y agrega mucho valor en ese proceso de fortalecimiento del Poder Popular y el surgimiento de un perfil del nuevo municipio revolucionario.

evaristomarcano@cantv.net



[ii] Pude verse también: http://www.aporrea.org/ideologia/a145533.html



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Evaristo Marcano Marín


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