El Este de Caracas y el Chavismo

 

En estos días, escribí una nota con el título de “Irene Sáez y Capriles[i] con el objeto de afirmar, que a pesar de haber transcurrido más de 23 años del total quiebre del pacto de punto fijo y de los partidos que los sostenían (AD, COPEI, MAS y otros); la derecha había radicalizado su “discurso” más hacia la derecha y su proyecto político, no pasaba más allá de un Chacao. Usé Chacao, porque Irene pretendió cobrar con Chacao; COPEI pretendió usar la belleza para recuperarse de su crisis terminal y porque de alguna, Chacao es parte de un modelo social.

Un lector que revisó la nota me reclamó la insistencia nuestra (incluyendo a Chávez) de dividir al país y sentirnos incómodos porque hay gente en Chacao que luchan por vivir bien. No entendió el sentido de la nota o no supe expresarme e inmediatamente, le envié mi parecer. Le dije que utilicé a Chacao como un recurso para tratar de poner con mayor claridad la idea, pero pude haber utilizado Puerto Ordaz, La zona norte Costera del país, Los Rosales en Caracas o la zona de nueva Barcelona en Anzoátegui.

Hay tantas maneras de captar, cómo la derecha venezolana (AD-COPEI-PJ-MAS-Causa R) promovió la división social del país. La pobreza es una manifestación de esa realidad y por esa razón; Venezuela terminó el siglo XX con un nivel de pobreza que superó el 70%. La manera como se ha venido organizando el país en comunidades tan diferentes, es otra forma muy visible de entender el fenómeno.

Los espacios donde las personas deciden ubicar su residencia, son por supuesto, parte de un punto cardinal, un territorio que pertenece a una parroquia, a un municipio, a un estado y un país. No hay ninguna duda de esa situación, pero la decisión de una o muchas personas tomar ese punto en la geografía de un país, como su sitio de residencia, no es una mera casualidad porque en esa decisión intervienen una variedad de factores. No es casual tampoco, la decisión de un ente público o privado de crear o no crear las condiciones para hacer habitable ese punto de la geografía. Estas decisiones por lo menos en Venezuela, no son casuales, aisladas de la política y de los intereses de grupo.

La manera de organizar un territorio para hacerlo habitable o la indiferencia observable durante los últimos cincuenta años del siglo pasado con respecto al proceso de invasión de tierra que dio origen a los barrios en Venezuela, fue UNA POLÍTICA, intencionada y nada casual. Una política con sello de clase y con el sello de la dependencia política y económica.

La ocupación de la denominada zona centro costera, no fue un invento del chavismo. La zona centro norte costera existía mucho antes de Chávez y no ha variado mucho desde el proceso colonización y neocolonización. La ocupación de ese espacio fue (y es) producto de nuestra dependencia económica y  una manifestación del poder de una elite. Una cosa es que muchos doctores, académicos reconocidos y dirigentes políticos traten de manipularnos diciendo que Chávez dividió al país y otra, es la verdad. Social y territorialmente el país estaba muy dividido mucho antes de llegar Chávez al Poder. La polarización es una consecuencia de ese fenómeno que existía antes y nos comunica simplemente, el despertar de una clase para entender, que en este país cabe la mayoría y el Estado efectivamente puede ser un Estado social y de derecho.

El este de Caracas, Puerto Ordaz, la Nueva Barcelona en Anzoátegui, la Urbanización Coll en Margarita es una intencionalidad. Son entes públicos (municipios, estados y país) ofreciendo tierras y condiciones para hacer habitable estos territorios y vivir bien. Eso no está mal, si hubiese sido una política de crear las condiciones para que el este, el oeste y el sur se desarrollaran en igualdad de condiciones y sin desequilibrios de servicios. Considerando los desniveles en los ingresos, desde los municipios y desde los estados pudo promoverse urbanismos para todos. No fue así y la división entre urbanización, colina, terrazas, barrios, Chacao, petare, Puerto Ordaz, San Félix es producto o consecuencia de una división social y política. Chávez ni el chavismo la promovieron.  

Nada hay contra el este de Caracas ni contra un territorio que creció más o menos ordenadamente desde la iniciativa de un ente público ofreciendo tierra y urbanismo. Hay por supuesto, un reproche y un cuestionamiento a un Estado y a los municipios, que actuaron más o menos garantizando buenas condiciones para ciertos urbanismos y fueron “indiferentes” ante cientos de miles de familias venezolanas que muy anárquicamente y sin ninguna asistencia y apoyo por parte del Estado, decidieron construir sus viviendas en espacios no adecuados. Se lucha para que ese Estado, deje de ser “indiferente”. Esta “indiferencia” es una forma de decir, porque no fue indiferencia, fue UNA POLÍTICA para llevar la división social al plano de lo territorial.

evaristomarcano@cantv.net



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Evaristo Marcano Marín


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