Han expropiado a Bolívar

Luego del carnaval de comentarios y opiniones emitidas por las redes sociales y medios de comunicación, es imposible hacer mutis a un tema sensible para cualquier país como la revisión de su historia. Es un tópico nada sencillo de dilucidar ante tantos mitos creadas alrededor de la figura de Simón Bolívar. En Venezuela, de uno u otro modo, todos han sido “bolivarianos” una vez derrotado el proyecto de la Primera República de Colombia, figuras tan grotescas como Gómez terminaron recreándose en un imaginario de autoproximidad con el prócer que permitiera vislumbrarlo como su reencarnación.

En nuestro país, hasta hace poco, los historiadores oficiales asumían con veneración la figura de Bolívar como mantuano rebelde que se había inspirado en las hazañas más importantes del pensamiento liberal europeo. Lo cierto es que esa iconografía tiene su génesis en el pleno proceso de formación de la pseudo – república que, en la época de los caudillos apostaron por revitalizar al Bolívar traicionado de Santa Marta y elevarlo al podio de los semi – dioses. El Bolívar que retomaron nada tenía de revolucionario, fue presentado parcialmente como simple engranaje del liderazgo de los blancos criollos, que a final de cuenta terminaron bajo control local.

La mayor parte de la iconografía de la independencia sigue el discurso de la novela Venezuela Heróica, un puñado de próceres de orígenes  cuasi – nobles dirigiendo montoneras elevadas a la majestad del anonimato. La herolatría no sólo ocurre en Venezuela, esto explica el rechazo de sectores conservadores al proceso de reconstrucción facial hecho a Bolívar por un conjunto de expertos, utilizando técnicas avanzadas validadas por la multi – disciplina para crear una versión de la historia; podríamos decir no tradicional, una nueva fuente de información que aporta al campo de la investigación histórica y que se ha usado en el caso de momias egipcias, y muy particularmente en el caso forense para la identificación de restos desconocidos.

Contrario a lo dicho por algunos historiadores, Bolívar no fue un hombre común ni semi – dios, su importancia esta develada en centenares de documentos y en la praxis de una guerra de independencia superior a la idea del simple contagio liberal. Desde hace décadas algunos historiadores ya sostenían que la pureza racial del libertador no estaba tan clara, lo que contradice el mandato de los mantuanos que se esforzaron por mantener los nexos directos desde el punto de vista sanguíneo con las casas reales europeas. Los blancos criollos no derrotaron a España con la intención de crear una República mestiza (ese precio lo pagó Bolívar con el descrédito y la traición) su proyecto histórico  era la anexión al imperio dominante.

Se podría concluir que el nuevo rostro de Bolívar aleja la descabellada idea de clase noble, y en algunos casos sajones o nórdicos héroes patrios, hace justicia con los datos sobre su causa real de fallecimiento, y aunque no ha sido aclarada por el momento entrega opciones novedosas que no habían aparecido en la extensa literatura sobre el Libertador.  Esto quiebra el negocio del sensacionalismo que tanto daño ha hecho a la compresión real de la historia del país, que no está prescrita por las vacas sagradas  de la Historia venezolana, nos enfoca realmente a comprender a un Bolívar humano, líder indiscutible de una Venezuela convulsionada socialmente y que su historia complejiza los tiempos del presente en el intento de refundación republicana.  

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José Fortique


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