Chávez se proclamó socialista y convocó a la discusión, a fin de caracterizar el tipo de socialismo apropiado a nuestra realidad histórica. El punto de partida es la insatisfacción de todos los pueblos del mundo con la organización social predominante, impuesta por el capitalismo. Una cuarta parte de la humanidad, ubicada en los países industrializados, dispone de ciertas comodidades, mientras que las tres cuartas partes restantes subsisten precariamente. Esto sin pasar a detallar la situación interna de los países considerados ricos, en los cuales existen grandes diferencias sociales.
No se puede vivir satisfecho en un mundo marcado por la explotación de los trabajadores y la destrucción de la naturaleza. Experimentamos una especie de enfermedad social, que se manifiesta a través de la criminalidad, la prostitución, la drogadicción, etcétera. El capitalismo engendra la degradación de las relaciones entre los seres humanos y la degradación de las relaciones con el ambiente natural y se nutre de ellas.
El liberalismo y el neoliberalismo hacen creer que el capitalismo produce riqueza y amplía la base productiva, para que en el futuro todos los pueblos puedan satisfacer sus necesidades vitales fundamentales. Esto es falso. El capitalismo no ha hecho más que empobrecer a la humanidad y a la naturaleza: la desaparición creciente de especies vegetales y animales, lo que hoy se conoce como pérdida de la biodiversidad, es una prueba de ello.
Carlos Marx y Federico Engels, pensadores revolucionarios alemanes, fueron pioneros en el examen riguroso de las leyes que gobiernan el sistema económico capitalista. En una obra titulada La ideología alemana (Colombia, Arca de Noé, 1.975, 648 p.), lamentablemente poco conocida y difícil de obtener, Marx y Engels destacan dos fenómenos básicos del proceso de alienación social: la división social del trabajo manual e intelectual y la separación entre ciudad y campo.
La división social del trabajo manual e intelectual afecta la integridad del ser humano, que debe desarrollar armónicamente sus facultades físicas y mentales. La separación entre ciudad y campo anula la relación armónica de la población con la naturaleza. El cambio de la organización social debe buscar la recuperación de la unidad, que consiste en el desarrollo integral del ser humano y la conservación del equilibrio ecológico.
Estas cuestiones están planteadas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, especialmente en su Preámbulo y en el artículo 3, que propone la educación y el trabajo, como procesos fundamentales para alcanzar los fines esenciales de la República.