Cuando falta solo trece días para la gran batalla del siete de octubre las cartas están echadas. Las encuestadoras no dejan lugar a dudas con sus pronósticos, que no son producto de estudios del año pasado, sino de este mismo mes. Solamente quienes tienen una carta oculta bajo la manga continúan ofendiendo la inteligencia del pueblo, presentando como ganador por paliza, a un aporreado candidato, que en su desesperación ha mostrado su talante de Furher, hasta con su propia gente y si no que le pregunten al hasta ayer colector del autobús del progreso, que por haberse dejado pillar bajando de la mula a un “empleador”, fue defenestrado y expuesto al desprecio público sin darle chance a decir ni pío.
Eso nos da una idea de la determinación que tiene la canalla de la derecha en Venezuela. La campaña mediática en el exterior y en nuestra propia geografía, es cada vez más atropellante. Las máscaras se han caído y ya sus voceros han dicho lo que se proponen a partir del 7 O cuando se conozcan los catastróficos resultados que borraran de la faz del planeta a esta jauría, como alternativa frente al proyecto bolivariano, que está armado de conciencia, de voluntad, de amor, de solidaridad y de coraje para encarar a los enemigos de la patria que afortunadamente son una minoría.
Ya el coco del comunismo se quedó en el pasado, en estos momentos más del cincuenta por ciento de los hijos de la patria de Bolívar, consideran al socialismo, como la única salida para salvar al planeta de voracidad criminal del imperio y el sionismo internacional, que solo ofrecen odio y sanguinarias guerras para expoliar y esclavizar a los pueblos que con los albores del siglo XXI, han abrazado al socialismo bolivariano.
La Jauría Internacional, tiene los ojos puestos en nuestra patria y lo que está decretado para el 7 de octubre. Ya tienen los titulares montados en la gran prensa imperial y los editoriales en las grandes cadenas radiales y televisivas, para intentar satanizar el resultado de los libérrimos comicios, que con participación de algo más del 80 por ciento de nuestros compatriotas se desarrollaran ese histórico domingo, cuando la propuesta socialista del siglo XXI lanzará la ultima palada de tierra, sobre la urna del último intento fascista por revertir la victoria popular y el empoderamiento del pueblo bolivariano, para ejemplo del mundo.
La revolución pacífica bolivariana, cuya llama ha alcanzado e incendiado la pradera en nuestro continente y el mundo, está soportada sobre el alma y el amor de un pueblo que ha decidido ser libre y que no dará un paso atrás en esta decisiva batalla del siete de octubre ( 7 O), para consolidar de una vez por todas las bases de la patria socialista que se radicalizará a partir del ocho de octubre, cuando el propio pueblo apoyado en sus derechos soberanos profundizará las medidas, para poner freno a los desmanes delictivos de la ultra derecha que pretende hacerse del poder aún a costa de la venta de la dignidad y la soberanía del país. Como lo está haciendo la MUD, con sus pactos en el exterior y con la contratación de asesores para el desarrollo de la seguridad nacional, economía y de la política exterior, como el Alias “ Alvarito”, quien dirige la campaña del candidato de la ultra derecha, desde la frontera con Colombia.
La MUD quiere hacer de nuestro país la Libia de América del Sur y en eso están trabajando duro y si Amuay, no les sirvió para sus planes por el rechazo que tuvo en el pueblo el intento de explotar ese dolor del país y del mundo, electoralmente, ya deben estar trabajando sobre otro escenario. Es necesario que quienes destaparon la olla del paquetazo y el novato que se dejó pillar con las manos en los cobres, deben tener mucho cuidado porque están pisando terreno movedizo y pueden estar montados en otra olla, que pudiera producir un evento para enturbiar el proceso del siete de octubre.
Por eso el llamado a nuestros camaradas es organizarnos, más que nunca a fortalecer la unidad, poniendo de lado las diferencias comunales, locales, regionales o nacionales que podamos tener y constituir un solo bloque infranqueable, que nos permita, una vez ejercido el derecho al voto, volver a nuestros espacios sociales a intercambiar ideas, discutir estrategias y avizorar escenarios y no bajar la guardia. Tenemos que armarnos al máximo de responsabilidad, de conciencia, de sentido de pertenencia, de entendimiento y raciocinio a cerca de lo que nos estamos jugando ese domingo, 7 O. Que no es cualquier cosa, es el destino de un mundo. El mundo que proponemos, un mundo pluripolar , signado por el amor, la solidaridad, por el respeto, la equidad, la libertad y la auto determinación de los pueblos. Entendiendo esto tenemos que pensar que nos basta con depositar el voto e irse a casa tranquilamente a celebrar el triunfo. No. Hay que activarse, mantenerse vigilante, depositar el voto y salir armados, de conciencia y amor revolucionario.
Periodista*
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