Todo llamado contra el triunfalismo es y será beneficioso para la revolución en todo momento y lugar. Y, como principalmente este fenómeno lo padece la vanguardia, es siempre oportuno advertírselo. Sin embargo, debe tenerse cuidado de no activar alarmas innecesariamente.
Hoy leímos un artículo publicado en Aporrea cuyo título es suficiente para despertar, cuanto menos, mucha curiosidad: “Ojo con el triunfalismo: Chávez 52,3% y Capriles 47,6%. Con todo el respeto que nos merecen las opiniones de todos, hurgamos en este escrito porque es, precisamente, el tema que hemos estado estudiando durante los últimos tiempos.
Su autor, mediante “cálculo propio”, concluye en que los resultados finales de la Elección Presidencial del 7 de octubre de 2012 van a ser los siguientes:
Población Electoral: 18.903.143
Abstención (más votos nulos, y para otros candidatos): 39,20%
Chávez: 6.011.119 (31,8% del total de electores y 52,3% de los votos válidos)
Capriles: 5.474.350 (28,96% del total de electores y 47,6% de los votos válidos)
Para llegar a esta conclusión, analiza los resultados de todos los procesos desde 1998, toma como referencia valores correspondientes a las elecciones previas a 2004, y entre sus hipótesis considera que la Revolución ha ido decreciendo y que, por tanto, la brecha favorable a Chávez debe reducirse.
En nuestra humilde opinión, a la hora de hacer un estudio de las tendencias en el marco de la polarización venezolana debe tomarse en cuenta:
1. Que la polarización aguda se inició en el 2002 (golpe de estado y sabotaje petrolero). Antes, podía constatarse en términos electorales, por ejemplo, la existencia de chavistas que votaban a favor de Mendoza en Miranda o de Salas Romer en Carabobo. Después, no. Desaparecieron las medias tintas. Por ello, a nuestro entender, solo debemos considerar los comicios que se han efectuado con posterioridad a aquellos hechos, esto es, a partir del referendo con fines revocatorios de 2004.
2. Que hay que diferenciar entre el Chávez Candidato y el Chávez Portaviones. Cuando se trata de la legitimidad de Chávez el pueblo se activa y lo lleva a los picos más altos de su votación. Por ende, pensar que los sufragios a su favor van a mermar en comparación con el Referendo Aprobatorio de la Enmienda Constitucional de 2009, resulta más que improbable, por decir lo menos. Recuerde Ud. que estos fueron los resultados:
Población Electoral: 16.652.179
Abstención: 4.941.439 (29,67%)
Antichavismo: 5.193.839 (31,19% del total de electores y 45,14% de votos válidos).
Chavismo: 6.310.482 (37,89% del total de electores y 54,85% de los votos válidos).
3. La abstención para el próximo 7-O, sin lugar a dudas, va a ser inferior a la registrada en las presidenciales de 2006 (24,3%). La suma de abstencionistas, votos nulos y los que obtendrán los demás candidatos se proyecta entre el 20 y el 25%. En consecuencia, el ganador de esta contienda requerirá de, al menos, 7.090.000 votos aproximadamente. Por esta otra razón la proyección contenida en el artículo que leemos también la consideramos improbable.
En mayo de este año comenzamos a sacar cuentas tratando de plantearnos los resultados probables de la elección presidencial del 7-O, tomando en consideración el comportamiento de las tendencias electorales a partir del referendo con fines revocatorios de 2004. Hace cuatro meses considerábamos que el resultado más reñido podía ser uno como este (no teníamos el número total de electores habilitados):
Población Electoral aproximada: 19.000.000
Abstención más votos nulos y demás candidatos: 4.742.400 (24,96%).
Participación polarizada: 14.257.600 votantes (75,04%).
Chávez: 7.822.300 (54,86% de votos válidos y 41,17% del total de electores).
Antichavismo: 6.435.300 (45,13% de votos válidos y 33,87% del total de electores)
El resultado era casi idéntico al que generó el Referendo Aprobatorio de la Enmienda Constitucional en 2009, lo que nos indicaba que, en relación a aquel proceso, las tendencias podían mantenerse más o menos iguales. Al fin y al cabo, se trataba de seguir la trayectoria de tres líneas entre las coordenadas xy: la abstención, el chavismo y el antichavismo, estrechamente vinculadas y dependientes, en los comicios que se habían realizado desde 2004, proyectando la nueva población electoral y estimando que la abstención debía reducirse porque, entre otras razones, se anunciaba que, en virtud de adelantos tecnológicos, el acto de votación se abreviaría.
Si el antichavismo logra superar el techo del 33,87% del total de electores (según nuestros humildes cálculos), significaría que el chavismo y/o la abstención han mermado su caudal. Y, en cuanto a nosotros, el 41,17% del total de electores constituye el piso del Chávez Candidato; diferente al Chávez Portaviones cuyo alcance es inferior, aunque se ha ido endureciendo en torno al 30%.
Seguimos pensando igual. Si el 7-O el pueblo se manifiesta de otra manera y la brecha favorable a la Revolución se reduce habrá que hacer los estudios de rigor, pero llegar a esa conclusión con base en los resultados previos y mediante operaciones matemáticas nos parece imposible.
Adicionalmente, Capriles Radonski ha resultado ser el peor candidato para que el antichavismo pudiera crecer más allá de ese techo proyectado. Indudablemente satisface las expectativas de las clases altas de nuestra sociedad y, por ende, cohesiona la base de apoyo que consecuentemente ha expresado su odio al chavismo mediante el voto. Sin embargo, le ha costado convencer a la totalidad de los detractores de Chávez.
Que nadie se deje engañar…
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@luissalvadorfeo