Dirás que exagero, pero camarada esta no es afirmación puramente emocional. Estamos en otros tiempos y circunstancias. Venimos de la caída del muro del Berlín y de un desarrollo casi hegemónico del proyecto neoliberal mundial que hizo naufragar una esperanza de un mundo con una visión humana. Tú presencia y lucha en el foro mundial ha comenzó a resquebrajar ese proyecto y esta derrota es mucho más histórica por el momento. Hermano, en estos días, no he dejado de entonar en el baño y mientras voy a la oficina, la célebre canción que dice: Tío Caimán menea la colita/Tío como una señorita. El caimán no le queda otra (por ahora) que menear la colita.
Camarada, otro asunto que quería comentarte, que se que va a quedar en la intimidad de mi conciencia porque está carta (muy) privada no será leía por ti, pretende decirte, que una de tus mayores fortaleza es ese vínculo comunicacional (amoroso) que has logrado con el pueblo humilde de Venezuela, pero estoy como convenciéndome, que por alguna razón muy distinta a tu manera de pensar y actuar; este vinculo no tiene el respectivo retorno. El pueblo no logra efectivamente comunicarse contigo y eso debe corregirse.
Tú no debes sentirte satisfecho oyendo siempre de una mujer venezolana la frase: ¡Chávez te amo! Debes considerar el sentido de la comunicación y darle la oportunidad y seguridad al pueblo de un retorno (feed back) sin que haya la necesidad de crear nuevos puntos burocráticos. Hay la necesidad urgente de romper ese cerco de seguridad comunicacional que te han montado. Una cosa es la seguridad personal y otra el vínculo comunicacional con el pueblo.
En la entrevistas con José Vicente Rangel unos días antes del 7-O, fuiste enfático en reconocer que al gobierno le hacía falta una (gran) dosis de eficiencia y eficacia. Entendimos que para ello, pensarías en un ministerio. No es por la falta de un ministerio que el comportamiento del aparato administrativo del Estado (gobierno) es lento y perezoso. No se resuelve esto colocando otro punto burocrático más. El Estado tiene instituciones y esas instituciones tienen sus leyes que les permiten ser vigilante antes el desempeño del aparato administrativo pero actúan muy lentamente o están muy comprometidas con esa condición de aparato perezoso.
El Estado Dispone de la Contraloría Nacional y están además las contralorías estadales. Está le Ley Orgánica de Contraloría que precisa de la obligación de todas las instituciones del Estado de disponer de un sistema de indicadores y que las evaluaciones deben responder a este sistema de indicadores. Las contralorías son parte de esa pereza y por eso no responden a esta necesidad. No es un problema de falta de un ente ni de una ley.
Camarada, fíjese que ley se denomina: Ley Orgánica de la Contraloría de la República y del Sistema nacional de Control Fiscal. Ya el nombre de la ley nos da una idea de su objeto y nos confirma que la ineficiencia no es por la ausencia de un ministerio ni de una ley. Es la cultura burocrática que necesitamos sacudirnos.
Comandante en el artículo 35 de esta ley, se lee de la promoción de “la eficiencia económica y la calidad de las operaciones”. Más adelante (Art. 37) se determina que cada entidad del sector público “elaborara indicadores de gestión e índices de rendimiento” ¿Conoce un ente del poder público que disponga de este sistema de indicadores e índices? Camarada, no hay uno. No hay un ministerio ni una entidad federal ni municipal que disponga de esto. Si duda de mi palabra, trate de confirmarlo pero no por la vía regular. Una cosa es que hayan indicadores nacionales y otra muy distinta, que los entes del poder público tengan indicadores e índices para hacerle seguimiento a las inversiones.
Más adelante, artículo 51 de esta ley, se puede leer que los entes públicos “están obligados a rendir cuentas y resultados. En esto camarada, hay un “mal entendido”, cuentas las rinden, pero los resultados generalmente se asocian con el dinero invertido. Uno entonces suele oír (como resultado) invertimos millones de bolívares. Camarada el gasto o la inversión no es un fin en sí mismo. Los resultados no exigen decir y saber cómo rindió ese dinero y que impacto (SOCIAL) tuvo esa inversión.
Aprovecho el tema de los resultados para recordarle, que en el 2005 tú promulgaste una ley Orgánica de la Administración Financiera del Sector Público y en el reglamento 1 de esa ley, se plasmó (Art. 2) la propuesta que los entes sujetos a la ley, “formularan y aplicaran la técnica de elaboración del presupuesto por proyectos y acciones centralizadas”. Este reglamento se publicó en la Gaceta oficial el agosto de 2005 y transcurridos más de siete años de esta disposición, ninguna entidad federal ni ningún municipio del país, formula su ley de presupuesto en base a esta técnica. El Estado Aragua y Bolívar “modificaron” sus leyes para ajustarse a esta técnica, pero continúan trabajando con la técnica de la IV república.
Finalmente camarada, más recientemente se aprobó la Ley Orgánica de Consejo Federal de Gobierno y su Reglamento. Estos dos instrumentos son extraordinarios pero han servido de muy poco. En el Reglamento se precisa de la necesidad de articular los planes estadales y municipales con el plan nacional y déjeme decirle, que los entidades federales ni los municipios disponen de planes. La palabra PLAN no se maneja en estas instancias y el CFG, lamentablemente se ha visto obligado a aprobar proyectos que no están conectados con ningún plan porque sencillamente no existen. Creo que el CFG puede ser un ente para el seguimiento y control porque es el ente responsable de la planificación nacional y a través del FCI asignan importantes recursos a las entidades federales, municipales y al poder popular. En la rueda de prensa que ofreció el 9/10/2012 a corresponsales de medios nacionales e internacionales, hablaste que faltaba articular los planes estadales y municipales con el plan nacional. ¿Cuáles planes camarada? Investiga y asegúrese de cuántas entidades federales del país tienen planes.
Camarada no hay que crear más puntos burocráticos hay que estremecer el aparato administrativo del Estado y definitivamente cancelar la deuda que tenemos con las primeras 3R y con las otras que se plantearon después. Son como 5 R que tenemos pendiente.
Camaradas disculpe lo largo de esta carta. Es un abuso de mi parte porque sé que estas cargado de tareas. Suerte para ti y para mí que esto no lo leerá.