Lo primero que hay que hacer es desconocer la realidad que está permeando la Revolución: la corrupción; la ineficiencia, el sectarismo, entre otras lacras. Eso ya no es un producto patrimonio de adecos o copeyanos, es una pieza a la que muy bien le podríamos colocar la etiquetica esa de “hecho en socialismo”.
Lo segundo, si decidimos admitir los vicios que hemos heredado y muy eficientemente cultivado, pues llamemos en algunos casos, a funcionarios “reciclados” para que asuman tareas donde ya han probado sobradamente su ineficiencia para que asuman tareas en determinados ministerios. Por ejemplo: algunas designaciones como la de Comunicación e Información generaron una gran y muy buena expectativa pero otras solo queda exclamar: “ah, otra vez...”.
De igual forma, vamos a limitarnos a realizar solo anuncios, no vamos a tomar medidas de inmediato, especialmente para atender situaciones que requieren algún tipo de rapidez o urgencia debido a la gravedad que puedan implicar, para ello, es necesario olvidarnos por completo de los afectados por la crecida del lago de Valencia, conformarnos con los jueves de vivienda por VTV, donde se nos hace creer que ya prácticamente no quedan damnificados por las lluvias del 2010 esperando por una solución habitacional, o esperemos que ocurra otro reclamo airado como en Barcelona, para que podamos desplegar un programa de asfaltado y recuperación de vías y en lugar de eso volvamos a reasfaltar la Autopista Regional del Centro que ya tienen como tres años “recuperándola” justo los viernes en la tarde, cuando un montón de gente anda desesperada por salir de Caracas, lo que produce que un viaje entre Caracas y Maracay, en lugar de durar una hora y media, como promedio, dure unas cinco o seis horas.
Lo tercero y para completar el cuadro y hacerlo más desolador, conjugue estos anuncios con la “dedignación” de algunos candidatos que igualmente no han tenido un buen desempeño en tareas que tuvieron anteriormente y además pretenda que en la base los acepten porque fue usted quien los designó y usted no se equivoca.
En relación al punto anterior, no realice ningún trabajo ideológico para fortalecer aquellas candidaturas (o por lo menos hacerlas más digeribles…), donde más que aceptación (o resignación) generan un abierto y gran rechazo, no solo de parte de los partidos y grupúsculos que le apoyan, sino de la base revolucionaria, que son los que realmente van a dar su pellejo por la revolución, por usted y su liderazgo. Al contrario, alimente la soberbia de los dirigentes del partido más grande para que aplasten las críticas, como proverbialmente lo han sabido hacer en estos últimos años.
No dirija su discurso a llamar a los descontentos, mejor, en lugar de eso, resulta más efectivo tildarlos de apátridas, pitiyanquis, ignorantes e incluso sátrapas, mientras más ofensivo resulte el adjetivo, mas repulsión vamos a lograr entre los que pretendemos “enamorar”.
Tampoco dirija el discurso a mostrar los logros de estos 14 años de gobierno, -que los hay y bastantes- mejor llamamos al Olga Tañón para que nos componga una par de canciones para nuestros candidatos que tengan más pinta de fiesteros, a Guillermo Dávila (o alguien de su estilo porque sabemos que este pana no comulga con el gobierno), para que nos escriba otro par más para nuestros candidatos con aires de ochentosos y a Hany Kauam y compañía para que nos arregle otra buena canción pegajosa para aquellos que quieran parecer más atractivos ante los jóvenes, pero esta vez podríamos probar con el reguetón u otro ritmo musical parecido de nuestra “América profunda”. Total, lo que vamos a “vender” es un producto, no ideología.
Busque alianzas –y publicítelas- con viejos enemigos políticos, que además probaron ser unos auténticos ladrones saltatalanqueras y unos ineptos e ineficientes a tiempo completo; procure abrazarlos profusamente en actos públicos y asome la posibilidad de que podrían ser candidatos a otros cargos de elección popular o de gran responsabilidad dentro del aparato estatal.
Felicite hasta la saciedad a aquellos funcionarios que hoy son gobernadores pero que mañana no serán candidatos, y en la medida de lo posible anuncie la posibilidad que existe de “encamburarlos” en otro carguito para premiar el bajón que sus gestiones produjeron al patrimonio electoral de la Revolución en las pasadas elecciones presidenciales.
Vamos a inundar todas nuestras ciudades con suficiente basura electoral para hacer colapsar los deficientes servicios de aseo urbano que tenemos en algunas ciudades de Venezuela; con eso vamos a entrar en contradicción directa con el 5to objetivo histórico de nuestra “Propuesta para la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019”, que textualmente reza “Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana”, pero financiamos a las empresas publicitarias de algunos cuantos boliburgueses que serán los primeros en huir como ratas o pasarse al bando contrario si las cosas se nos ponen “feas”.
Vamos a incentivar a nuestros candidatos a hacer grandes y elocuentes promesas, pero de esas auténticamente mojonéricas, para perder de antemano pues; algunos ya se han adelantado, en este sentido podrían anunciar por ejemplo: “vamos a realizar una autopista entre Mérida y Barinas que atraviese el páramo”, “vamos a construir un millón de viviendas en el estado Zulia en los próximos 2 años” o “yo si voy a terminar el trolebús de Barquisimeto (ese si se perfila como un tremendo elefante blanco, al mejor estilo adeco-copeyano)”, entre otras de este estilo.
También vamos a presionar para que el discurso se gire en torno a que somos una revolución acechada por las fuerzas oscuras del capitalismo internacional -cosa que no es del todo falso-, pero vamos a centrarnos en que los “medios de comunicación nos aprietan y la oligarquía internacional no nos deja dormir…..” y dejemos de dar argumentos sólidos de lo que nos estamos jugando.
Vamos a darle importancia infinita a las balurdeces que hace la oposición, (que si usan una gorra “así o a sao”, que si usan una foto del che vestido con sombrero de Luis Vuitton, que si usan una chapa con la foto de Fidel afeitado, etc); con eso le restamos vocería y protagonismo a nuestra candidatura y permitimos que el contrario cobre un auge innecesario.
Por último, ya en algunos casos y como dicen por allí “el mal está hecho”, si de verdad se quiere que el proceso trascienda, no haga caso de los tips que acabamos de recomendar y que en algunos casos ya está cumpliendo. Ahora, si lo que se quiere es que esto perdure y FUNCIONE, puede comenzar haciendo un tallercito de planificación estratégica como el que se hizo en 2004 en el Fuerte Tiuna y además busque la manera de comprometer a estos candidatos para que se conviertan en unos verdaderos servidores públicos y no en las variantes que hemos conocido en los últimos años, como el “rey del gimnasio”, el “gobernador a distancia”, el “rey o la reina del botox” o el “bricatalanqueras agazapado”; todavía nos estamos jugando bastante en las elecciones que vienen.
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