Hace algo más de cuatro años escribimos un artículo que titulamos: “Urge Misión Juan Carabina”, guardando la distancia entre ese querido personaje que Aquiles Nazoa, inmortalizó con la letra y la música de Simón Díaz, nos referíamos a la locura, que en la población de clase media alta y en la clase media, había insuflado la perversión mediática golpista en aquellos días que precedieron al criminal golpe de estado y paro petrolero y que arreciaron luego del fracaso y la derrota que les proporcionó el soberano,con su estoicismo y capacidad de resistir a los crímenes de quienes organizaron, articularon y ejecutaron casi con éxito ese acto de alta traición a la patria, la Coordinadora Democrática (Léase MUD), porque son los mismos actores.
Hoy ratificamos que urge la “Misión Juan Carabina”, para quienes se preguntan quien fue Juan Carabina, se trató de un personaje popular que creyó que la luna era su novia y lloraba cuando el astro no se hacía visible. El poeta Nazoa, compuso una tonada que comienza así: El loco Juan Carabina,pasa las noches llorando, si la luna no ilumina las calles de San Fernando”. Eso le ocurre a esa clase disociada de la realidad y cuyo odio le lleva a llorar desconsoladamente al ver que con el Comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías, les va peor que al Coyote con el Corre-caminos, todo lo que intentan contra el moreno se les revierte y eso les tiene fuera de todo control, cosa que resulta peligrosa y en eso si Gobierno y Estado deben tomar previsiones y, así como realizan las mega jornadas de Mercal y Pdval, donde ofrecen otra serie de asesorías y servicios, como odontología, medicina preventiva y por supuesto la rama alimentaria, de las cuales se benefician muchos disociados, deben ir pensando en realizar mega jornadas psiquiátricas y psicológicas, para ver si persuaden a tanto loco suelto, de que la vía no es la transmisión y propagación del odio visceral, sino organizarse para que exista una oposición responsable y racional, que hace falta al proceso bolivariano, que requiere de interlocutores válidos y no estar destilando rabia y odio a través de los medios, donde lo único que hacen es desnudar el desprecio que sienten por el pueblo y su líder. Lo más lamentable de todo esto es que los actores que se prestan a estas odiosas payasadas de promover el racismo son infelices, en mala hora nacidos en Venezuela, país, donde el sincretismo étnico, religioso y cultural no da cabida a semejante prédica contra natura, porque somos una mezcla única, donde no hay nada puro, pues todos llevamos en nuestras venas sangre afro, aborigen y europea. Ello permite que en la misma mesa nos podamos sentar todos sin mirar la pigmentación de la piel y al lado de la mezquita pueda existir la iglesia católica, la mezquita musulmana, la evangélica y la anglicana,ortodoxa o de cualesquiera sea la creencia, sin que haya perturbación de ninguna índole.
Traemos este tema, a colación, porque precisamente en estos momentos la comidilla en los diferentes estratos, es la estulticia de un caricaturista, que publicó una creación suya en un diario de provincia, donde denigra al pueblo venezolano, como pordiosero, títere, pedigüeño y sin conciencia y al presidente Hugo Chávez Frías, como el titiritero, que lo distrae con mendrugos, condicionándolo a la obediencia. Valga decir que ese genio de la anti patria y del lacayismo extremo, presuntamente es docente universitario.
Claro en esa caricatura, este engendro de Malinche, no hace más que cobrarle al pueblo venezolano, su conciencia revolucionaria, cuando el 7 O, no se dejó engatusar con el bombardeo mediático a través del cual le hacían creer que el candidato de la derecha iba a mejorar todos los avances que en 14 años de revolución ha alcanzado el pueblo invisibilizado por más de 500 años por esa burguesía que desde la Colonia se había apoderado de los destinos de la patria a la cual manejaba como su feudo particular y al pueblo como al esclavo feliz, porque su amo le daba la oportunidad de dejarse explotar.
Ese mismo pueblo que por tantos años la burguesía engañó, hizo honor a la sentencia del pensador y educador trujillano, Mario Briceño Iragorry, cuando escribió: “Aunque parezca dormido o engañado el pueblo ha aprendido su lección, él dura más que aquellos que lo oprimen y explotan”. Es así como el pueblo venezolano con la experiencia de abril de 2002, se hizo periodista, filósofo, estratega y pensante, con un grado de madurez y conciencia que ha hecho de las consultas electorales, el mejor manual para sus fortalezas, cuando en el proceso del 7 de octubre para la elección presidencial, en un país donde la revolución hizo del voto un ejercicio voluntario y no obligatorio, el 80 por ciento de la población registrada para votar acudió a las urnas y de esa sumatoria, la revolución recibió el apoyo de mas del cincuenta por ciento de los electores, donde el Comandante Chávez, obtuvo más de ocho millones de votos, con lo cual se cayó el plan B de la Coordinadora Democrática – MUD, que era gritar fraude y salir a la calle a montar guarimbas en busca de la tan ansiada por ellos guerra civil, para a través de ella lograr la invasión y ocupación de Venezuela, por parte de sus amos del norte. Esa conciencia y esa madurez del pueblo venezolano, no la soportan los cipayos, que como Abilio, con su carga de sangre, afro, aborigen y europea, destilan su odio contra esa nueva sociedad insurgente irreverente y leal, que no se amilana, ni se deja engañar, por la acción criminal de la putrefacta burguesía, que ha logrado infectar a sectores de la población que aspiran llegar a clase alta, aunque sea llevando patadas y salivazos de quienes no permiten la invasión de sus predios por los pata en el suelo por muy universitarios que sean.
Causa pena ajena ver a estos señores sirviendo de micrófonos y pantallas para extrapolar el odio de una clase irremediablemente enloquecida. Menos mal que el pueblo ya no es pendejo, venció a los medios y sabe leer como “el odio y el racismo desenmascara a la burguesía.
Periodista (*)
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