Un conjunto de marchas y contramarchas es lo que ha signado la presente y sui géneris experiencia política. Nos encontramos frente a una situación de reacomodo político organizacional luego del rotundo triunfo presidencial para la reelección del Cdte. Pdte. Hugo Chávez, el pasado 07 de octubre de 2012; reacomodo que de concretarse, disipará la neblina que opacaba el horizonte a ser alcanzado. El mismo, tendrá indefectiblemente repercusión importante a todos los niveles e instancias de la sociedad venezolana siendo que las próximas elecciones de diciembre de 2012 (para gobernadores y Diputados a las Asambleas Legislativas), como también los comicios del 2013 (para Alcaldes y Concejales), definirán en parte, el ajedrez político nacional tanto para impulsar el proyecto emancipador en los próximos seis años, como respecto de los espacios a ser ocupados por los sectores en terna.
Lo anterior obliga tomar las consideraciones oportunas, a fin de evitar que dichas instancias se conviertan en zonas para garantizar un escenario desde los cuales se elaboren, nuevamente, planes a los fines de nuevos intentos desestabilizadores en contra de la presente experiencia popular.
En ese sentido y entendiendo el carácter estratégico y geopolítico de las distintas candidaturas, el movimiento revolucionario que acompaña al Presidente tiene una responsabilidad por delante. Primero, en el seno del pueblo, en el sentido de cohesionar la actuación tanto de su dirigencia como de los cuadros militantes más preclaros; para lo cual, la pugna intestina por el control del poder político (parcelas), en diferentes instancias conllevaría inexorablemente a la perversión del proceso. Dicho fenómeno, debe ser revisado y corregido de ser cierta dicha observación. Segundo, instruir, educar y formar ideológicamente a un "cuerpo político" (incluido el GPP), para que funcione de manera colegiada o de lo contrario, cada quien y cada cual continuará colocando "la brasa para su propia sardina" con base a la percepción positivista de la democracia burguesa que algunos "dirigentes" aun sostienen en la revolución.
Lo anterior, sería consecuencia y producto de la inexistencia de reglas del juego político claras al interior de las distintas expresiones partidarias que pujan por la revolución; que ésta no se aplican en su justa dimensión, o antes por el contrario, son distorsionadas deliberadamente en función de intereses mezquinos y grupales.
A todo evento y en términos de la promosión de la democracia participativa, protagónica y de cara al proyecto socialismo, el movimiento revolucionario organizado debe convertirse, hacia el exterior, en un difusor que informe al mundo, sobre los avances del proceso político que lidera el comandante presidente. Debemos ser una vía confiable, para que junto a los sectores tecno-políticos que constituyen el aparato burocrático del Estado, en todos sus niveles, asumamos la importe tarea de nutrir con base al estudio, propuestas que viabilicen sean consideradas las experiencias de la gente y del pueblo en general en tanto mecanismo de la democracia participativa y protagónica, razón fundamental de los cambios que se están promoviendo. Es imperioso nos convirtamos en un ente o entelequia transformadora.
La organización
Sólo el compromiso con el cambio y el estudio ideológico le darán un verdadero sentido a la existencia de una organización que como el PSUV (y los aliados que constituyen el GPP), aglutinará a los hijos más avanzados del pueblo; quienes como conductores, deberán propulsar y estimular el estudio de las ideas que sustentan la plataforma socialista, robinsoniana, bolivariana y zamorana; donde, el centralismo democrático, sería la única vía para allanar de la organización de todo el pueblo. Ese algo cohesionado, no debe perder de vista su rol histórico y la actuación de los enemigos y adversarios de la Revolución quienes desde afuera y dentro de ella, estimulan las contradicciones a fin de dividir cuando por otras vías no puedan alcanzar sus objetivos.
Una posible respuesta al problema del conflicto sobre la conducción política reconocible por la mayoría, es la necesidad de respetar (léase promover), los liderazgos naturales. Estimular y captar los agentes del cambio dentro de la sociedad toda, para la defensa y consolidación del proyecto socialista. Lo anterior, no implica desconocer el momento táctico y lo estratégico de la revolución en tanto que nos hemos convertido en epicentro de la nueva geopolítica mundial en proceso; mismo en el cual el neo imperialismo genera escenarios que les permitan hacer un nuevo reparto internacional de regiones del mundo con importantes recursos para la vida de la humanidad como para ellos sostener su propósito de vida. Este "pequeño" detalle es arto suficiente para comprender la necesidad de aceptar figuras candidaturales hacia los próximos comicios cuya selección, en otro monto histórico político, podría ser percibida como una imposición, violatoria de la democracia revolucionaria que hemos signado.
Corrientes y tendencias existentes
Desde inicios del proceso hemos podido visualizar (aun se mantienen), dos "corrientes" en pugna con sus respectivas tendencias "ideológicas". A saber, la "corriente" militarista y la "corriente" civilista y dentro de ellas, las tendencias: 1.) bolivariana y revolucionaria, está primera, está fielmente comprometida con el proceso; es encarnada definitivamente por el Presidente y los cuadros revolucionarios que dentro del proceso mantienen una postura digna a los principios que la rigen. 2.) "Izquierdista", la definimos como aquella que pretende que todo se haga ya, de inmediato, a su manera y en forma "perfecta". Son los que tiran los procesos por un barranco (sufren lo que Lenín denominara, "la enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo"). Estos (al igual que los anarquistas, en la Guerra Civil española, por ejemplo), no entienden que al haberse escogido la vía pacífica para hacer la revolución, ello obliga a realizar ciertas concesiones para evitar situaciones abruptas; obviamente, sin caer en la tesis social-revisionista de los adecos que pregonan un proceso de mil años sin concreción y paralelo, saquean al país. 3.) Del "Pantano", llamada así desde la época de la revolución francesa. Este sector, quiere estar bien con todo el mundo, con Dios y con el diablo, y a todo dicen que sí. Es indefinida -son los famosos ni/ni- y en buena medida son oportunistas por cuanto al apoyar a todos, lo que realmente buscan es su propio beneficio sin comprometerse con las posturas ideológicas más acertadas, colocándose en la espera de ver quien triunfa o se impone, para luego negociar y poder materializar sus expectativas. 4.) Oportunista, por su estructura y condición no dudamos en señalarla de derecha y reaccionaria. Se identifica con elementos actitudinales y conceptuales de la ideología pequeño burguesa e incluso, "punto fijista", que como conducta, queremos erradicar y combatir con esta Revolución. Parte de sus integrantes provienen de la escuela que sustenta las viejas prácticas parlamentarias y de negociación del fenecido Congreso Nacional. Su fundamento es acomodarse económica y políticamente lo mejor posible; "raspar" la hoya antes de que el Gobierno se vaya por el barranco.
En el marco de lo anterior, se observa que el ciudadano Presidente juega sabiamente; siendo que por ahora, existe una situación que induce a pensar de la existencia de un "equilibrio" temporal. La derecha dentro del proceso y el gobierno, incluso los que aun estarían vinculados a planes desestabilizadores en la oposición y que podrían tener alguna conexión con las tendencias antes señaladas, intuyen que más temprano que tarde podrían quedar fuera del juego y cuadre políticos. El sabotaje a la Reforma Constitucional, con todas sus implicaciones, es expresión de ello.
La Convocatoria
El Pueblo, el Soberano enaltecido en La Nueva Carta Magna Bolivariana (quien para algunos pareciera no ser el sujeto del cambio), continúa atendiendo el llamado presidencial para que se organicen y tomen "el cielo por asalto", si quienes deberían facilitarles las vías de la democracia participativa y protagónica continúan "burlándolos" dado su presunto bajo nivel político e ideológico. El aliento a no desfallecer en cada uno de sus discursos, es determinante. Sin embargo, nos preocupa que existe la posibilidad de que ello se agote como estrategia en solitario; por tanto, el Presidente deberá revisar, modificar y cambiar, con la urgencia que el caso amerita, todo los aspectos de instrumentación políticos que le permitan consolidar una plataforma que garantice llevar a feliz termino el sueño anhelado por la gran mayoría de la población.
Tendrá que saber en tiempo real, ¿Con qué y quienes cuenta? Deberá impulsar y promover nuevas alianzas sociales y políticas que le suministren tiempo para engranar un verdadero aparato que cohesione, sino a toda la sociedad, al menos a su gran mayoría. Más de cinco (05) millones de aspirantes es una cifra muy importante y respetable. No obstante, creemos sin embargo, que el "aparato" deberá estar constituido por mujeres y hombres probos, con visión holística de lo que se quiere como proyecto de país y si es posible, como creemos puede ser, los actores que lo integren deberían estar más allá de la actual estructura. Pero en ningún caso, so pretexto de agrupar fuerzas (partido de cuadros o partido de masas), se debe mostrar debilidad ideológica frente a quienes en aras de acceder al poder real, utilizan las coyunturas para catapultarse ("trepadores políticos"), buscando "identificarse" con la ideología del proceso o con la organización que vanguardiza y promueve el cambio.
Generalmente, este tipo de personas, tienen compromisos paralelos con representantes del viejo régimen (político y financiero), siendo que con sus actuaciones duales y oportunistas, lo que realmente desean es anotarse -más no comprometerse- con todo lo que huela a ganador y nunca con el verdadero cambio, que entre otras cosas conllevaría, a una entrega espiritual, sacrificio de las apetencias desmesuradas, para comenzar a luchar por lo de todo el colectivo. Sería una equivocación no entender lo político como algo dinámico, pues estaríamos negando la dialéctica. Al respecto, la ideología es la referencia que le indica al liderazgo hasta donde debe llegar sin perder la esencia de lo concreto. Hay leyes físicas, como la de la resistencia de los materiales, que les son útiles a la política. Lo ideológico, sería una suerte de Ley de Resistencia que nos puede indicar el límite sin perder el norte.
La Historia Política
El estudio de la historia de la humanidad nos lleva a la necesidad de confirmar, una vez más, que ésta la escribe los pueblos; por ello sostenemos que las revoluciones se caracterizan, al menos en la historia moderna, por la participación masiva, decidida del pueblo (teniendo como referencia sus propias particulares expresiones históricas), y no porque sean violentas en abstracto o guiadas a través de acciones de facto para sustituir un régimen por otro. Por ello debemos revisar la propia realidad sin obviar, claro esta, caminos transitados en otras latitudes y por otros pueblos. Simón Bolívar no sólo fue grande por haber tenido la capacidad de producir ideas y tener la inteligencia que le permitió visualizar hacia donde conducir el Proceso. Fue grande pues comprendió que el actor fundamental era su ejército de mujeres y hombres de todos los pueblos que querían la Libertad e Independencia y al igual que él, conocían claramente a su enemigo; pero por sobre todo, que comprendió que se debía a ello y sin ellos no hubiéramos tenido la gloriosa gesta emancipadora. Como vemos, es cierto que las Revoluciones las encarnas personas con nombres y apellido quienes en tanto líderes nacen del seno de grupos o clase social que motoriza el Proceso. Insurgen y formar la primera línea de la vanguardia necesaria a los fines de conducir las luchas del pueblo. Más sin embargo, sólo el pueblo puede obtener su propia libertad y bienestar. Por tanto sus conquistas no pueden ser observadas como dadivas. Para que ello no ocurra, es necesario organizar y adoctrinar a los miembros más avanzado del pueblo (cuadro político), en una "medula" que actué en forma coherente, ordenada y planificada, para llevar a feliz término el Proyecto Emancipador.
Actuación Correcta en Revolución
La actuación de quienes pretenden llevar a feliz término un Proceso Político Revolucionario, debe inscribirse dentro de un modelo de actuación que se corresponda con la visión según la cual, se debe actuar de un modo distinto a quien no es Revolucionario. Lo contrario, ocasiona desviaciones en el resto de los compatriotas y camaradas que ejecutan las acciones tácticas pues al no "comprender" las particularidades del Proceso mismo o de lo estratégico de éste, generan daños irreversibles. En otras palabras, sin obviar lo particular y sin constreñir lo individual creativo, existen reglas que marcan la diferencia entre la actuación de quien se subroga la condición de revolucionario vs. quienes no lo son y actúan en consonancia (pese a que pudiese ser honesto), con una visión diametralmente opuesta a la vía popular. Para ello, debe estar claramente definida la idea de revolución en atención al modelo societal (económico-político-social), que se desea implementar respecto del existente o inconveniente. Es necesario comprender (para poder actuar), el devenir histórico y las categorías del análisis que acompañan a la corriente del pensamiento revolucionario universal; aquella, cuyo propósito es, traspasar el ejercicio del poder político y económico para que pase a manos de la mayoría de los ciudadanos históricamente excluida, mediante los mecanismos democráticos que el soberano a lo largo de su historia moderna, ha desarrollado y perfeccionado. Por tanto, debe existir una meridiana claridad ideológica de parte del liderazgo, para guiar y orientar a quienes sempiternamente fueron conducidos a través de una corriente del pensamiento cuyo fin siempre fue, dejar todos los recursos de la sociedad al servicio de una minoría elitista y privilegiada.
Rol de la Burocracia.
El papel de los distintos Despachos involucrados en el proceso de la creación de una vía alternativa para modificar el estado de cosas existentes y que se desea cambiar no ha variado en su esencia; no obstante sabemos que los Despachos sólo poseen capacidad jurídica, por tanto, la voluntad de cambio no se manifiesta debido a que fundamentalmente los actores continúan siendo en muchos casos, los mismos o algunos "nuevos" actores, se desenvuelven y desempeñan como agentes de la IV república. Lo que cambió, fue la circunstancia que les permite su actuación; para lo cual, se mimetizan.
La razón de ser de ellos es existir plenamente, más allá incluso, de los proyectos (1er y 2do plan socialista de la nación) En ese sentido, algunos de quienes en la actualidad toman decisiones, descaradamente continúan el sainete del viejo régimen, aplicando la máxima política "gato pardiana". "Que todo cambie, para que nada cambie"... Los tecnicismos administrativos, una vez más, son manipulados tal que, la Colectividad histórica, es nuevamente colocada al margen de una toma de decisiones que en su esencia y estilo niega la posibilidad de aplicar la democracia bolivariana participativa y protagónica de cara a la construcción del socialismo del siglo XXI.
El Control de la Gestión Pública.
No basta con tener ministros "confiables" si debajo, en la pirámide jerárquica, los que actúan continúan siendo los mismos funcionarios (muchas veces son "enroscados" y pasan a operar bajo la figura jurídica de la Comisión de Servicio en otros Despachos), quienes se auto califican de indispensables, por tanto, todo poderosos; permitiéndose manipular a sus superiores, muchos de los cuales poseen un conocimiento supino del sentido, finalidad y dinámica de la administración del Estado y la Cosa Pública. Por ello, quienes al lado del Presidente constituyen el Ejecutivo Nacional y en los gobiernos regionales y locales, se les deberá instruir para que revisen sus respectivos despachos, invadidos de presuntos Técnicos, quienes creen poseer derechos adquiridos, ubicándose por encima de toda la sociedad (actuando en el marco de la incompetencia de algunos funcionarios de "confianza"), aprovechan para entorpecer, distorsionar y retardar lo más que se pueda, el logro de los objetivos de la Revolución Bolivariana. Ellos representan un viejo estilo burocrático de actuación que en su esencia es antidemocrático, perturbador y corrompido; dándose el lujo (pues sus privilegios no los han perdido y en algunos casos los profundizaron por la ignorancia y permeabilidad de sus nuevos "jefes"), de inducir algunas tomas de decisiones, violentando el principio fundamental de la nueva sociedad que pretendemos construir así como de la legislación que le sustenta.
Antiimperialismo y Revolución
El discurso del Presidente Chávez, cuya base histórica moderna data de fecha (sin descontar nuestra propia historia patria y las tentativas que antecedieron a la Revolución de octubre en 1917), anterior a la primera y segunda guerras mundiales del siglo XX, donde la contra revolución internacional "inventó" la Guerra Fría, como consecuencia de la Polarización entre el capitalismo en contra del socialismo, en tanto contra medida a las luchas revolucionarias que los pueblos del mundo daban en respuesta a las pretensiones de control y expansión de las potencias mundiales (viejas y nuevas), al querer supeditar por siempre y para siempre, el destino de pueblos y recién creadas Naciones, al desarrollo de su devenir económico y político; utilizando como principio base, la violencia legítima a través de órganos supra nacionales, a objeto de garantizar la dominación. En ese sentido, hoy como ayer, los luchadores sociales fueron y han sido vilipendiados y difamados (por sus enemigos internos y externos), dadas sus posturas irreductibles frente a los abusos y atropellos de parte de quienes se subrogan para si el "derecho" a manipular el destino del resto de quienes vivimos en este planeta. El oponer el socialismo, como filosofía de vida (tesis correcta en estos días de miseria política, globalidad y neo liberalismo), envuelve inexorablemente el estudio y comprensión de lo más sublime y elevado del desarrollo intelectual y espiritual de la humanidad en los últimos dos mil años, en su lucha por detener la irracionalidad, la utilización exacerbada, inconveniente e inoportuna del individualismo, que como precepto es codiciosamente manipulado y utilizado por los mentores del capitalismo, para debilitar el espíritu real del hombre; valga decir, el colectivismo como base para la garantía del hombre en tanto ser individuo. De allí, la importancia de que estudiemos todo el contenido y soporte de la filosofía (ético-moral), de vida que el Líder de la Revolución expresa en su discurso político, base y sustento inequívoco, que como "viento favorable" nos da luces y nos indica el camino correcto para consolidar la Revolución Bolivariana.
(*) Politólogo e Internacionalista
M.Sc. en Seguridad y Defensa
Caracas, noviembre de 2012