La oposición a Chávez, se empeña en ser creativa. No lo es, sino que empeño pone. Pero bien sabe uno, como dijeron los abuelos, la intención no basta. Es demasiada burda y poco discreta al intentar posicionar sus inventivas. ¡Que si el comunismo nos mata, Chávez se está muriendo, Diosdado ya está “empartolao”, para trasladarse a vivir a Miraflores, este pueblo es víctima de una dictadura atroz! Es decir se atropellan y atropellan con tanto embuste, como al final del desagüe se congestionan, pegados una tras otro, los desmentidos.
En su angustiosa carrera por salir de Chávez, inventan que aquí no hay libertad; la expresión del pensamiento se encuentra en exceso limitada y pocos se atreven a opinar por temer represalias. Lo más gracioso; eso se lo dicen a uno en la cara y plena vía pública y siguen campantes, acompañados de “Juancito”. En cola, en cualquier banco, uno o más, se desgañita durante media hora, hablando barbaridades del gobierno, Chávez y hasta de la familia de éste; deja constancia de su presencia e identidad al mostrar libreta, cédula para cobrar y puede volver luego a hacer lo mismo, y decir que no hay libertad sino un régimen sanguinario y horrendo.
Y estando así las cosas, cierta oposición que parece un saco de gatos, para sacarse el clavo y detener su desprestigio, consecuente con su infundado discurso, insiste en hablar de sus perseguidos políticos y hasta exiliados.
Claro, como advierte María Corina hoy, en la prensa regional que, con las comunas, el comunismo viene ya, sin pararle al juicio de Escarrà que es de los de ellos, fue constitucionalista y conoce la letra y el espíritu de la Carta Magna, y con él se profundizará el irrespeto a la ley, principios democráticos. No obstante piden que el presidente aplique una amnistía hasta a asesinos. Habla pues la oposición para atrás y para adelante, como que Chávez se fue a Cuba a morirse y también a asesorar a la Farc, en la discusión con el gobierno colombiano sobre la paz en ese país vecino.
El coronel Soto y los otros militares que desafiaron al presidente Chávez atrás quedaron. Sólo ellos conservan el recuerdo de los minutos de felicidad por los discursos en la plaza Altamira y el haber sido paseados en hombros, cual toreros en tarde exitosa, por gente añorosa del viejo liderazgo, pero que los mueve a escondidas.
Como olvidaron las razones que llevaron a Carlos Ortega, Carmona, Eligio Cedeño a escabullirse del país, lo que es distinto al exilio de quienes son perseguidos por sus ideales. Y a Alcaldes, de ellos alguno de Anzoátegui, fugados por usar indebidamente los dineros del público, hoy residenciados en Miami, que fingen de perseguidos políticos y fungen de dirigentes “democráticos”.
Por eso, por todos los fracasos e inútil golpear a un muro que no cede, vuelve la gente opositora a la idea primaria, que ya es una manía, de hacer creer a cuanto ingenuo se tropiece, que aquí no hay libertad. Y como presos políticos de ella y tampoco perseguidos existen, pues los inventan.
El diputado Zambrano (¿adeco, de UNT o qué?), un tipo siempre de malas pulgas, se ha vuelto gracioso y elabora su lista de perseguidos y víctimas. Hasta ahora en ella, hay quienes llevaron el país a la quiebra con el paro patronal y huelga petrolera, violadores, asesinos, estafadores, peculadores a quienes califican de inocentes patriotas víctimas de esta dictadura.
Ahora me pregunto, ¿si en este país hay una dictadura, la vida nade vale, ser opositor es un riesgo y no se puede vivir porque el “hambre está pegado de los postes”, como decían en Cumaná, para qué quieren venir? ¿Para volverse a ir? ¡Mayor pendejada!
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