Cuando vimos al Comandante en Jefe de la Revolución, hacer aquella confesión ante las cámaras y haciendo aquellas recomendaciones, no pudimos menos que pensar: El soldado, como El Negro Primero en Carabobo, está herido. Pero no de muerte como el inolvidable, el inmortal Pedro Camejo, lancero terror de los invasores europeos.
El Chávez, que vimos en cámaras, no es el Chávez entregado, todo lo contrario vimos allí al centauro de mil batallas, dispuesto a enfrentar una más, que le toca vencer en su incansable cabalgar en pos de la luz definitiva de la libertad, no solo para Venezuela, sino para todo el continente americano y el mundo.
La canalla escuálida ha tomado esta gallarda posición con alborozo, porque al fin creen que les llegó la hora, porque van a “Salir de Chávez”. Lamentablemente para ellos tendrán que seguir sufriendo como el mitológico Sísifo. Porque el Chávez, que vimos en la TV, es el Chávez, sabio, reflexivo, responsable y en ningún momento tiró la toalla ante el cáncer que enfrenta con éxito, sino que simplemente como Comandante que va al frente, antes de salir al campo de batalla, instruye a su Estado Mayor y a sus soldados para que tomen las decisiones más correctas, en caso que por una inesperada situación, él no pueda participar. Pero en modo alguno ha dicho tomen ustedes mi espada que ya perdí la batalla.
La oposición venezolana está como aquel dirigente de la gusanera mayamera, que todos los principios de año, reunía a los disociados de la Asociación Cubano Americana, que lo mantenían con sus contribuciones a la ONG, para anunciarles, que ahora si, que Fidel estaba listo, que de ese año no pasaba. El infeliz, murió y allí está Fidel, más vivo que nunca.
Con su valiente intervención frente al país, el soldado no hizo otra cosa que ratificar su juramento de no descansar hasta ver en todo el mundo “Las anchas alamedas por donde transite el hombre libre”. Se va consciente de su compromiso y por eso regresará en breve más fortalecido que nunca a continuar acompañando a su pueblo en la batalla por la defensa de la humanidad y contra el imperialismo depredador y salvaje. No fue una despedida de su pueblo, como lo están asegurando los necrofílicos opositores. Fue un mensaje de esperanza, solo vino a rendir cuenta a su pueblo, de lo que va a hacer en Cuba, por su salud, para continuar al frente de la lucha que ahora es cuando está viva, porque como lo dijo el “Panita” Ali Primera, “La lucha es larga y hay que aligerar la carga”. El año que viene tendremos de nuevo al Comandante Chávez, en un periodo de seis años más, para continuar enrumbando a Venezuela, hacía la construcción del estados socialista, que es el proyecto de país contemplado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. No como lo afirmara el fin de semana, de manera irresponsable y manipuladora el líder de la cúpula podrida de la Iglesia Católica, que eso no está contemplado en la constitución y que los venezo0lanos deben votar por la democracia y la inclusión y no por un Estado Socialista que no está en la CRBV, buscando engañar a la gente del pueblo para ponerla a votar por los candidatos del pasado, en busca de restaurar, el robo, la tortura, la persecución y el encarcelamiento sin fórmula de juicio, contra el pueblo, como norma, tal como ocurría en la IV República, cuando los príncipes de la Iglesia bendecían las armas conque se asesinaba al pueblo. Afortunadamente ese sueño de Urosa, no es posible porque no volverán.
Seguramente este personaje estará en lo más recóndito de ruin alma, celebrando junto a sus co-partidarios; pero que equivocados están. Hugo Rafael Chávez Frías el Comandante en Jefe de la Revolución está más vivo que la luz del alba que no anuncia el amanecer de cada día.
Además, bueno es que sepan que Chávez, es una expresión que en Venezuela y el mundo dejó de ser la referencia a un ser humano cualquiera. Chávez ahora significa voluntad, decisión, conciencia y corazón de un pueblo. Es decir que se ha multiplicado por millones en los pueblos del mundo que luchan por su libertad. Por eso decimos Chávez, más allá de un nombre.
El autor es: Periodista
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