Así no es Figuera, así no es

En política, cada quien es libre de escoger su camino pero debe asumir con gallardía y honestidad ante el pueblo, las consecuencias políticas de tales decisiones, cuales quiera que estas sean; pero no es correcto hacerlo alejándose de la verdad de los hechos en los que se pretende sostener sus propias decisiones.

En la alocución del comandante Chávez al país el pasado sábado 8 de diciembre, éste fue claro y enfático en el señalamientos de la importancia de la unidad de las fuerzas revolucionarias y populares frente a las intrigas del enemigo, parafraseando el desesperado llamado del Libertador Simón Bolívar a las divididas corrientes patrióticas que enfrentaban con las armas las bárbaras fuerzas del imperio español: “Unidad, unidad y más unidad, debe ser nuestra divisa”
Tener interpretaciones divergente con el comandante Chávez sobre tal llamado es políticamente legítimo y llevar ello al escenario del debate entre los revolucionarios y las revolucionarias y el pueblo bolivariano en general, es válido y, bien llevado, no tiene porque convertirse en un elemento disociante entre las fuerzas populares y revolucionarias pero, apelar a la interpretación desviada de las claras y categóricas palabras del comandante Chávez para sostener una posición política divergente, no parece ser una posición ética y políticamente correcta por parte del camarada Secretario General del octogenario Partido Comunista de Venezuela, PCV, diputado Oscar Figuera quien, en una lectura fuera de página, carente de conexión con las palabras y, mucho más, con la intencionalidad política del comandante Chávez, declaró que ese llamado a la unidad validaba la existencia de diversas corrientes revolucionarias y, como consecuencia de ello, autorizaba el derecho al PCV de mantener sus cuatro candidaturas a gobernaciones de Estados, diferentes a las presentadas por el PSUV y sus otros aliados del Gran Polo Patriótico, lo cual puede confirmar la premisa pero cuya conclusión está radicalmente divorciada y en contradicción con la misma.

Para no dejar ningún género de dudas sobre su limitada visión sobre el llamado a la unidad del Comandante Chávez, a quien el PCV califica como el “Líder fundamental de la revolución”, el camarada Figueras no convoca al pueblo, en este momento político tan importante para el destino de la revolución bolivariana y socialista, a votar por los partidos de la revolución para derrotar a la derecha contra-revolucionaria y al imperialismo, sino a votar por la “tarjeta del Gallo Rojo”, en una demostración inequívoca, no solo de fraccionalismo y carencia de generosidad y grandeza política de una formación basada en las doctrinas de Marx y Lenin y en las luchas del movimiento obrero y comunista internacional, sino de falta de correspondencia con el mensaje generoso en omisiones del comandante Chávez sobre las divergentes posiciones electorales tomadas por la dirección del PCV en la presente coyuntura.

Y es obligante preguntarse, como pueden nuestros respetables camaradas del Buro Político del PCV reclamar en sus declaraciones la construcción de una “dirección colectiva de la revolución”, si no han sido capaces, en medio de estas circunstancias extraordinarias en la vida del “líder fundamental de la revolución” y del avance de las fuerzas de la revolución con la victoria popular bolivariana sobre las fuerzas burguesa-sionistas-imperialistas del pasado 7 de Octubre, de deponer sus intereses electorales de ésta coyuntura y acompañar con generosidad y desprendimiento, la propuesta de unitaria de candidatos y candidatas a las gobernaciones presentada al país por el comandante Chávez, garantizando la victoria perfecta?. Pueden pensar nuestros dirigentes comunistas que con estas posiciones se favorecen la creación de un clima de respeto y confianza política, indispensables para la creación de un organismo político en el cual habrán de debatirse y acordarse las decisiones políticas tácticas y estratégicas fundamentales para determinar el curso de la revolución?.

Hacer política basada en las divergencias tácticas subalternas con la dirigencia de los otros partidos de la revolución y, mantener en estas circunstancias excepcionales, una política electoral dirigida a atraer el voto bolivariano disidente de la dirección del PSUV, no parece ser una conducta propia de una formación que reivindica orgullosamente su glorioso pasado de lucha contra la burguesía y el imperialismo, al lado de la clase obrera y el pueblo en la conquista del Socialismo; por lo que, inevitablemente pudieran estar generando inquietudes y preocupaciones, no sobre la condición revolucionaria de los comunistas venezolanos – suficientemente probadas -, sino de la comprensión que su máximo órgano de dirección tiene sobre el momento político nacional e internacional y de los crecientes peligros que acechan a la revolución bolivariana y socialista que sigue bajo la conducción de su “líder fundamental”, el Comandante Hugo Chávez Frías. Y si no, que recuerden al Chile del presidente Salvador Allende y las críticas de los comunistas al radicalismo de izquierda chileno.

yoelpmarcano@yahoo.com


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Yoel Pérez Marcano


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