La apátrida burguesía

La burguesía es cobarde en la acción cuando no son mayoría, pero muy audaces en la frase, he ahí toda la burguesía en nuestro país como por todas partes. La resolución de Chávez sobre la discusión política del II Plan Socialista de la Nación 2013-2019 dirigida al pueblo para buscar una nueva política más participativa y protagónica en la conducción del Gobierno, obliga a los burgueses a ponerse en hostilidad abierta contra el Comandante y piden al imperialismo más acción en la confrontación y predisposición contra el Gobierno Bolivariano; le sugiere además, la idea de que les envíen “más ayuda económica”.

La solidaridad del pueblo que la burguesía había creído manipular tuvo la ocasión de comprobar que el amor a Chávez no ha sido disminuido por la manipulación y sobrevivirá por encima de todas las guarimbas de la burguesía.

Los socialistas queremos, ante todo, la igualdad política, la igualdad económica y social de las clases y de los individuos de ambos sexos, empezando por la abolición de la propiedad individual, a fin de que en el porvenir sea el beneficio proporcionado a la producción de toda la comunidad, la tierra, los instrumentos de trabajo, como cualquier otro capital, llegando a ser propiedad colectiva de la sociedad entera, no puedan ser utilizados más que por los trabajadores, es decir, por las asociaciones agrícolas e industriales.

Queremos para todos los niños y para todas las niñas de la Patria, desde el nacimiento, la igualdad y beneficios que tienen los niños burgueses en los medios de desarrollo, es decir, de sustento, de instrucción y de educación en todos los grados de la ciencia, de la industria y de las artes, convencidos de que esta igualdad, al principio únicamente económica y social, procurará, cada vez más, una gran igualdad natural a los individuos, haciendo desaparecer todas las desigualdades ficticias, productos históricos de una organización tan falsa como inicua.

Somos enemigos de todo despotismo, no reconociendo otra forma política que la forma socialista, rechazando absolutamente toda alianza reaccionaria con la burguesía y la quinta columna u otros, rechazando también toda acción política que no tenga como fin inmediato y directo el triunfo de la causa del socialismo contra el capital.

No pudiendo la cuestión social encontrar solución definitiva y real sino en la base de la solidaridad de todos el pueblo, los socialistas rechazamos toda política fundada en los gobiernos de la burguesía, sobre la rivalidad de los trabajadores y que de nuestra revolución venga la señal del comienzo de la liberación de todos los oprimidos. No nos dejemos engañar por los eternos explotadores de todas las revoluciones, ni por los “social-demócratas burgueses”. Recordemos sobre todo, que el pueblo jamás obtiene reformas como no sea que las arranque; que jamás, en ningún país, las clases dominantes han hecho concesiones voluntarias.

Lo mismo que en toda nueva fase histórica, los viejos errores reaparecen un instante para desaparecer después, del mismo modo. Nuestro socialismo está viendo renacer en su seno la gestión comunal. Este movimiento tiene su razón de ser en una época donde el pueblo no está aún bastante desenvuelto para reaccionar como clase. Los opinadores de oficio de la burguesía hacen la crítica de los antagonismos sociales, dándoles soluciones utópicas que la masa de los trabajadores no tiene más que aceptar, propagar y poner en práctica. Por su propia naturaleza, las ideas formadas por estos iniciadores son abstencionistas, extrañas a toda acción real, a la política, las coaliciones, en una palabra, a todo movimiento de conjunto. Más eso no es todo. Hace falta la igualdad económica, hace falta que la propiedad sea colectiva y, para ello, hace falta la abolición de toda la propiedad privada. Sepamos por la reciprocidad del respeto afirmar la inviolabilidad y la dignidad humana.

En fin, esto es la infancia del movimiento socialista, como la astrología y la alquimia son la infancia de la ciencia. Para que la consolidación del socialismo sea posible, hace falta que el pueblo sobrepase esta fase. Frente a las organizaciones utópicas, el socialismo es la organización real y militante de la clase trabajadora, unidos los unos con los otros, en la lucha común contra los capitalistas, los latifundistas y su poder de clase organizado en el Estado. Puesto que el éxito del movimiento socialista en el país no puede ser asegurado más que por la fuerza resultante de la unión y de la asociación, que, de otra parte, la acción de la comuna será más eficaz sí, en lugar de corresponder con una masa de pequeñas sociedades locales aisladas unas con otras, puede ponerse en relación con algunos grandes centros nacionales de las sociedades obreras; por esas razones, los miembros de las comunas deberán hacer todo lo posible por reunir las sociedades trabajadoras aún aisladas de sus grupos respectivos en asociaciones nacionales representadas por los organismos centrales.

Sin duda, los que actúan pueden equivocarse y se equivocan: los que no se equivocan jamás son los que nunca han hecho nada… Sólo el objetivo es revolucionario…

¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los cinco cubanos héroes de la Humanidad!

¡Te amo Venezuela Patria de mis hijos y mis nietos!

¡Gracias Venezuela por haber parido a Chávez!

¡Te amo Comandante por haberme dado Patria!

¡Chávez Vive y Vencerá!

¡Pa’lante Comandante! Hasta la victoria siempre: Independencia y Patria socialista.

¡Bolívar Vive!

manueltaibo1936@gmail.com


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Manuel Taibo


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