Uno de los grandes escollos que no se ha podido resolver es el control de la gobernabilidad, algo de suma importancia en medio de las transformaciones que se realizan en las superestructuras del Estado, gobernabilidad aceitosa y resbaladiza que a menudo se escapa al control del gobierno y de manera repentina comenzamos todos a vivir en el borde del caos. Si bien es cierto que el imperio nunca cesará en sus intenciones de derrocar el gobierno, no es menos cierto que por los movimientos gubernamentales que se dan para impedirlo, algunas veces da la impresión que el gobierno bolivariano o alguien con poder dentro de el quisiera su derrocamiento. Esa es una de las imágenes que genera la falta de una potente y estratégica política comunicacional e informativa para combatir al imperio y la oligarquía, dificultad que hasta ahora no ha tenido solución, a pesar de los esfuerzos que algunos realizan, de la inversión que se lleva a cabo en los medios de comunicación del Estado y el incremento de la propaganda gubernamental.
El principal obstáculo de la comunicación e información de la revolución bolivariana lo constituye el conjunto de sujetos que tienen a cargo la misión de resolver el problema, llenos de los contenidos de la academia neoliberal, de la cultura puntofijista, de las prácticas perversas de la academia pública y privada venezolana y de un software cultural profesional incompleto y obsoleto. El funcionariado burocrático profesional actual, en gran medida, está repleto de un contenido cultural dependiente y neoliberal. Hasta ahora en sus funciones ha sido eficiente para realizar propaganda entre las filas propias, en las filas de los convencidos y confesos bolivarianos y revolucionarios; pero no ha sido igual de eficiente con los no convencidos y no confesos bolivarianos, mucho menos con quienes no aceptan la manipulación y el espectáculo y/o show político que a ratos vende el gobierno, tan igual de manipulador como los discursos mediáticos de la reacción. La defensa mediática con tra el ataque del imperio y la oligarquía no puede realizarse con discursos maniqueos ni tampoco con pura propaganda y un aumento de la desinformación.
Para muestra de la afirmación anterior sólo basta un botón. En lo concerniente a la guerra de información, el equipo comunicacional de la revolución bolivariana es una fácil presa de la contra inteligencia del imperio y la oligarquía, porque los contenidos significativos sobre la profesión que le dejaron los currículos de la academia y universidades donde se graduaron, pertenecen al software de la dominación, al software cultural y científico elaborado por los centros de planificación de la metrópolis imperial, para la "enseñanza" (amaestramiento animal) en las academias y universidades de la subordinación eterna del sur marginal a los edictos del norte industrializado.
Un cúmulo de comentarios y significativos reclamos de la población chavista ha generado la decisión de reemplazar el logotipo y la imagen gráfica de Venezolana de Televisión Canal 8, conocida hasta ahora por el símbolo de VTV. Los entretelones de la puja de los televidentes o usuarios con la dirección del canal ya dejan luces acerca de lo que está sucediendo en este caso concreto. Un problema que en apariencia se presenta como algo sólo estético, una discusión sobre formas y gustos, encubre detrás de su nuevo logotipo e imagen gráfica un problema de fondo de suma gravedad para la revolución. El nuevo logotipo en cuestión y la nueva imagen gráfica del canal representan una puñalada trapera a la revolución bolivariana, un tiro por la espalda al pueblo bolivariano.
En otros tiempos, esta acción hubiera sido considerada traición, activando el paredón de la revolución para los responsables; pero en la revolución bolivariana, donde la impunidad hace estragos, éstos se harán merecedores por su osadía, como mínimo a una embajada, si la gerencia del canal del Estado tuviera que ser removida porque la actual dinámica, en pleno desarrollo, se torne amenazante para quienes controlan el poder de la comunicación bolivariana o ponga en peligro el control social que mantiene la burocracia pública sobre la audiencia chavista.
Una huella de culpabilidad
En un programa de la TV nacional realizado no para satisfacer la opinión general del pueblo televidente o usuario del canal, que reclama explicaciones y un debate sobre tal decisión, sino porque ante la negativa aceptación de los cambios operados por el público televidente o usuario, en su mayoría bolivariano, llevaron al canal al equipo de creadores de la nueva imagen de VTV para que lo vendieran al público (bien tarde porque la casa arde), para que se defendieran. Los argumentos de la defensa más importantes expresados por los creadores de la nueva imagen y logotipo del canal, ante una crítica de tres objeciones realizada por un artista dibujante y creador gráfico que le ha puesto su sello a la imágenes de la revolución bolivariana y quien de manera sorprendente el equipo en pleno dijo no conocer ( algo por demás extraño cuando sus imágenes inundan la revolución desde autoadhesivas, afiches, publicaciones de CONATEL, pancartas, diarios murales, cartelones y telones de fondo de grandes eventos políticos hasta los paquetes de arroz, leche, pastas, caraotas, etc., etc., que vende la corporación CASA a través de MERCAL), dejaron al descubierto en qué medida el modelaje social neoliberal realizado a través de las universidades y demás academias públicas y privadas, sobre todo en el manejo y control del discurso estético, atraviesa toda la revolución bolivariana.
Noam Chomsky analiza en uno de sus artículos la situación en que se encuentran los profesionales de la comunicación e industrias conexas. Según esta autoridad en el tema mediático, éstos están incapacitados para descubrir o darse cuenta que han sido manipulados o modelados (nosotros preferimos decir amaestrados) por falsos e interesados argumentos comunicacionales, técnicos, artísticos, sociales, políticos y "científicos", para que den sustento social desde sus roles de símbolos mediáticos al discurso oligárquico e imperial del momento, porque estos profesionales de manera automática, ante cualquier crítica, argumentan que ellos "hacen y dicen lo correcto". Y tienen "razón" legal. Lo que saben hacer lo aprendieron en las universidades y academias; por lo tanto, ellos hacen lo que hay que hacer. De ahí que lo correcto para ellos es comunicar e informar sobre los argumentos y el discurso de moda enseñados por los diferentes currículos académicos (propaganda "académica"). Esto lo hacen ellos de manera natural.
La estética es en esta época el principal vehículo cultural de dominación de los pueblos. Se enseña a los pueblos a través de la estética que gocen su explotación. En la estética viaja encapuchado un discurso social diseñado para el sometimiento y explotación por el capital y las transnacionales de las audiencias mediáticas. Dicho de manera más directa en palabras de Hugo Chávez, la estética en el neoliberalismo es el disfraz del discurso social diseñado para engañar y someter a los pueblos a la agresión del imperio y a la explotación salvaje del demonio del capitalismo.
¡A confesión de las partes relevo de pruebas!
El líder del grupo de creadores que realizó el logotipo de VTV, bastante parecido al logotipo del principal canal del terrorismo mediático Globovisión, argumentó que la V que identificaba al canal del Estado era el símbolo de lo viejo, de la IV República, y eso había que cambiarlo por símbolos nuevos. Igualó la crítica que el público les hacía durante el programa con las viejas ideas y concepciones que la revolución bolivariana tenía que cambiar o eliminar. Éste, sin mencionarlo, indujo que VTV era un símbolo reaccionario. Como la revolución implica el reemplazo de lo viejo por lo nuevo había que acabar con el viejo símbolo VTV.
Lo que impresiona de la defensa de su trabajo gráfico hecho para el canal del Estado, es el desparpajo con que lanza sin pensarlo dos veces un argumento tautológico para justificar el producto. Y lo expresa con una seguridad que deja con la boca abierta a cualquier lego en la materia sobre el problema de fondo puesto en entre dicho por sus axiomáticas afirmaciones. Semejante barbaridad es conmensurable, por sus resultados y consecuencias, con las palabras del líder fascista de la Falange Española José Antonio Primo de Rivera cuando decía que la guerra era necesaria porque la guerra es progreso. Entonces ¿qué podrían importar los muertos de la república española a manos de Franco? ¿qué puede importar la desmoralización de un pueblo al que le borran la memoria colectiva cuando destruyen sus símbolos?
Si nos dejamos llevar por los argumentos que esgrime el equipo que realizó el nuevo logotipo de Venezolana de Televisión, tendríamos que estar de acuerdo con que Bush, Blair, Aznar y Berlussconi tenían razón para cometer las atrocidades culturales que realizan las tropas del imperio al invadir Agfanistán e Irak; porque borrar y hacer desaparecer una propiedad colectiva de la revolución bolivariana y del pueblo revolucionario que se levantó el 13 de abril de 2002, es lo mismo que destruir bibliotecas, museos y los símbolos del mundo islámico. Y nos preguntamos ¿cuál es la diferencia entre esta acción de la revolución bolivariana con las realizadas por el antes mencionado cuarteto de criminales globales en Agfanistán e Irak. Ninguna. ¿Y ahora? se hará lo mismo que hizo Bush luego que se descubrió la falsedad de todos los argumentos para invadir a Irak, es decir, se seguirá adelante como si nada hubiera pasado o no tuviera importancia, como si el símbolo de VTV fuera una barajita. !Por favor no me j...n!
Aquí es donde se hace necesaria una vigilancia inteligente de la revolución, sus logros y perspectivas. Es aquí donde todo el pueblo revolucionario necesita reflexionar y polemizar sobre el tema. VTV, Venezolana de Televisión Canal 8, es el trofeo de guerra del pueblo bolivariano conquistado al imperio y la oligarquía el 13 de abril de 2002. VTV representa en el espectro mediático mundial el primer trofeo de la guerra revolucionaria del Siglo XXI de los pueblos del mundo contra el imperialismo y el capital.
VTV fue la primera conquista de significación trascendental del pueblo bolivariano en la tensa jornada del 13 de Abril de 2002, donde millones de hombres y mujeres, jóvenes y niños, mayores y ancianos se lanzaron a las calles y cuarteles de todo el país para rescatar al presidente y al gobierno de la revolución bolivariana. Y eso no es cualquier barajita que se puede botar a la basura cuando le da la gana a cualquier equipo de esnobistas estéticos o burócratas públicos.
¿Estarán los directivos del canal del Estado presos de la burocracia ministerial, amordazados y atados de pies y manos que no se opusieron a tal barbaridad? ¿tendrán sus software cultural repletos del amaestramiento neoliberal inmerso en el discurso académico e intelectual diseñado por la élite del imperio y la oligarquía que los ha hecho aceptar de manera pasiva ese hecho? ¿Será que la directora del canal, a quién todos conocemos, está sometida por la burocracia bolivariana y nada pudo hacer para impedir el sacrilegio? ¿será una trampa puesta a la directora del canal por el chavismo sin Chávez para sacarla de allí y continuar restando posiciones a los revolucionarios dentro del gobierno? Porque nos resistimos a pensar que, para la directora del canal 8, quien participó en el rescate de VTV el 13 de abril de 2002, ese suceso fuera un día de picnic y llegó a Los Ruices por accidente, porque nos es difícil pensar que considere que haber tenido un rol protagónico en el rescate de VTV tenga derechos privilegiados para hacer y deshacer con el canal; o quizás lo más inverosímil pensar para nosotros, que de representante de las organizaciones populares se elevó al poder y pasó a formar parte de la clase política que hoy coloniza el Estado en nombre de la revolución bolivariana.
Un ejemplo ético para comparar
Que diferencia entre la posición de avestruz de la junta directiva de VTV, guardianes del principal discurso audiovisual de la revolución bolivariana, con la posición de Carlos Ochoa, gerente de un canal privado no bolivariano, quien ante la represión contra los trabajadores por la Junta directiva de Meridiamo Televisión por organizar un sindicato, este paró las transmisiones, presentó el conflicto y los trabajadores al público o usuario de ese canal de TV, y sorprendiendo a moros y cristianos, en vivo y en directo, se pasó al lado de los trabajadores. Su ética lo llevó a cruzar la raya que demarca la injusticia del poder empresarial y se pasó al lado de los explotados sacando el conflicto a la calle. ¡Cosas veredes Sancho!
¿Por qué criticar al dictador Pedro Carmona el breve por hacer desaparecer el símbolo de Bolívar de la imagen gráfica del Palacio de Miraflores durante la dictadura de abril si hoy se hace lo mismo con el símbolo de VTV? ¡Que vigencia tienen en estos momentos las clásicas interrogantes del momento crítico que viven todas las revoluciones sociales! ¿quienes son los amigos y quienes son los enemigos del pueblo? ¿qué hacer? ¿por dónde empezar?
Y otra pregunta de las diez mil lochas ¿Dónde está la misión cultura? ¿no es acaso este un problema cultural de primera importancia para la revolución bolivariana? ¿Tendrán catarro sus máxim@s representantes que su voz no se escucha? ¿Existe la misión cultura? ¿A quién sirve?
El significado de los símbolos populares
La diferencia, señores estetas y burócratas públicos, estriba en que: los símbolos de un pueblo o de una nación son emblemas, son trofeos culturales, son símbolos sagrados únicos e irrepetibles; por tanto, no son modificables ni desechables a capricho personal o grupal sino sólo por la decisión colectiva de los pueblos; mucho menos cuando la revolución bolivariana es el símbolo del tránsito de la democracia representativa que suplanta y omite la voluntad de los pueblos, por la democracia participativa que considera la opinión y voluntad de los pueblos en la toma de decisiones.
¿Qué cantidad de pueblo aprobó el cambio del símbolo de VTV? La minoría profesional de la clase media, o mejor dicho, la minoría de la media clase profesional explotada y enajenada por la estética al servicio de la oligarquía y el imperio, sector social minoritario que no se batió en las calles ni ha puesto los muertos como lo ha hecho el pueblo llano, pueblo que se reconoce junto con la revolución bolivariana en el símbolo de VTV arrojado al pote de la basura burocrática.
La VTV de Venezolana de Televisión no es sólo el símbolo con el cual se reconoce a la revolución bolivariana en Venezuela, VTV es también es el símbolo con que reconocen a la revolución bolivariana las audiencias mediáticas de todo el planeta. Eliminarlo es confundir, entrañar y restar poder de reafirmación revolucionaria al pueblo bolivariano, y a la vez, hacer lo mismo con los demás pueblos de todo el mundo; es restar apoyo y solidaridad del pueblo al gobierno y restar apoyo y solidaridad de los pueblos del mundo a la revolución bolivariana. ¡Es disminuir el respaldo a Chávez y socavar las bases de su gobierno! Es cruzar la raya a la inversa de Carlos Ochoa. Es pasarse del lado de la revolución y los explotados al lado del imperio y los explotadores.
Directoras y directores en pleno del canal del Estado, el pueblo revolucionario bolivariano tiene la última palabra. Este pueblo hace tiempo que despertó. Si sólo pusieran un poco de atención, podrían escuchar lo fuerte que doblan las campanas por ustedes.
Desde el centro del magma incandescente del volcán del pueblo bolivariano.
* Este artículo es parte de un trabajo de mayor alcance que lleva por título: El Momento Crítico de la Primera Revolución del Siglo XXI. Hemos decidido adelantar su publicación porque en el introducimos al debate actual elementos que consideramos ayudarán a esclarecer el fondo del problema de VTV. Fondo del problema que pasa desapercibido entre una gran cantidad de inocentes, erradas y radicales discusiones de la diatriba pública de una dinámica crítica que empieza a ser manipulada desde el poder comunicacional bolivariano, tratando de ocultar el rechazo masivo que generó la decisión de reemplazar la imagen gáfica del canal de TV del Estado y su logotipo y los intereses de fondo, intereses vitales para la revolución bolivariana.