El fin de la "maldición" del rentismo petrolero
El último cuento chino de los intelectuales orgánicos al servicio de los corsarios y bucaneros de la renta petrolera
Por Guayú De Falkón
Sustituir importaciones sin cambiar las instituciones, los administradores públicos,
el empresariado y las clases dirigentes mediado por lo justo,
ético y estético privilegiando el conocimiento,
experiencia y sabiduría, es volver a fracasar
una vez más.
¿Tierra de gracia o territorio de saqueo?
Destacados escritores venezolanos del siglo XX, como Adriano González León en su obra País Portátil[i] y José Ignacio Cabrujas en sus reflexiones sobre lo que definía como El País Campamento[ii], describieron a Venezuela como un territorio de paso, un país inacabado y en destrucción permanente, un lugar de sólo uso, un espacio que a muy pocos o a casi nadie le duele, donde acuden aventureros y busca fortunas de todo tipo persiguiendo un botín. No fueron pocos quienes levantaron su voz enfrentando las apreciaciones de estos dos intelectuales comprometidos con las luchas del pueblo venezolano en la IV República, reclamándoles a sus reflexiones y su verbo una carga de pesimismo, sus criticas emanaban desde una visión opuesta por completo optimista, pero su extremo optimismo dejaba al descubierto no una visión sino una ilusión de país.
Durante la colonia, el territorio que hoy ocupa Venezuela fue poblado por militares españoles enviados a conquistar el nuevo continente recién "descubierto", acudieron en búsqueda de poder, gloria y riquezas. Junto con ellos vinieron aventureros, busca fortunas y sujetos que cambiaron sus penas de cárcel y deudas con la justicia del reino de España por su libertad como colonos y exploradores de América, muchos de ellos eligieron como destino en el nuevo mundo a la Capitanía General de Venezuela en búsqueda de El Dorado, un lugar donde según el imaginario de la población aborigen, se podían recoger las pepitas de oro como racimos de uvas maduras.
En el siglo XX y XXI acudieron a Venezuela otro tipo de pobladores, esta vez se sumaron a los criollos herederos de los colonizadores españoles, unos nuevos colonizadores corporativos y empresariales en búsqueda de capturar la mayor cuota parte de las divisas de la renta petrolera, ya sea en efectivo, cheques, transferencias, acciones, bonos, préstamos, deuda, bienes exportables producidos con subvenciones, o en última instancia, tal como sucede hoy, aprovechar la crisis y el caos local adquiriendo alimentos y bienes de consumo subsidiados para sacarlos del país como contrabando de extracción o especular en el mercado negro.
Un ejemplo de lo anterior de larga data, es el contrabando de gasolina hacia los países fronterizos, hecho que viene ocurriendo desde hace varias décadas, trascendiendo a más de una decena de gobiernos, sin que nadie lo detenga.
Esta definición de Venezuela hecha por González León y Cabrujas difiere de la que hizo Cristóbal Colón, el navegante y explorador genovés que "descubrió" el continente americano y describió al lugar que hoy ocupa Venezuela como una tierra de gracia, descripción que poetas y escritores criollos tradujeron como un país de gente amable y trabajadora, conviviendo en un gran pedazo del continente americano bendito por la naturaleza, con un clima de cálido a templado casi todo el año, colmado de riquezas naturales y un vasto territorio virgen, casi despoblado.
La Venezuela bolivariana no pasó de ser una nueva faceta de ese espacio territorial de aventureros y busca fortunas, descrito por González León y Cabrujas, donde esta vez se dieron cita los mayores depredadores del planeta, los herederos de los galeones españoles e ingleses de la época de la colonización del continente americano, las corporaciones transnacionales.
Estos nuevos bucaneros y corsarios institucionalizados desde la mitad del siglo XX en adelante, apoyados en Venezuela por las firmas de más de un centenar de tratados de no pago de doble tributación, una fatal decisión política tomada por la administración de un país carente de desarrollo tecnológico e industrial capaz de competir en el mercado mundial y regional en el mundo productivo del siglo XXI, contribuyeron a sellar el destino de la Venezuela guiada por la revolución bolivariana, no hacia el mar de la felicidad como lo anunció en más de una oportunidad el extinto Presidente Hugo Chávez, sino hacia el infierno, por un camino empedrado de buenas intenciones, como lo dijera siete siglos atrás el poeta florentino Dante Alighieri.
La aguja en el pajar
La única empresa transnacional venezolana con capacidad de competir en el mercado mundial del presente siglo es PDVSA. Una sola de su filiales en el extranjero, CITGO Petroleum Corporation instalada en EE.UU. posee capacidad competitiva frente a las corporaciones estadounidenses, pero la generación de ingresos de esta corporación venezolana contra los volúmenes de egresos (acarreo de fondos) del conjunto de corporaciones transnacionales estadounidenses, junto a las corporaciones de otros países instaladas en Venezuela, es demasiado desproporcionado como para haber establecido acuerdos tributarios que lesionan los ingresos fiscales de un país que tiene grandes desequilibrios sociales y la urgente necesidad de superar una infraestructura industrial obsoleta, chatarra.
Esta pésima decisión política fiscal neoliberal bolivariana, privó y continúa privando a Venezuela de más de un centenar de miles de millones de dólares en pago de impuestos al fisco por las corporaciones estadounidenses y de otras nacionalidades. La mayoría de las empresas de venezolanos en el exterior son tiendas de comida rápida artesanal, cafeterías y ventas de souvenir, pero el volumen total de ingresos de estos tarantines de negocios venezolanos en países extranjeros, son insignificantes comparados con los ingresos generados por una sola de las corporaciones estadounidenses instaladas en Venezuela, Ford Motors Company.
El saqueo de la Venezuela bolivariana
Hasta un billón de dólares, en nuestra opinión, podría alcanzar la suma de dinero robada, malversada y fugada de las arcas de la patria de Bolívar durante los últimos tres gobiernos bolivarianos.
Investigaciones preliminares basadas en estudios de documentos oficiales de los ministerios de finanzas, planificación y Banco Central de Venezuela realizadas por diferentes organizaciones y economistas críticos, indican que las divisas defraudadas al Estado y fugadas de Venezuela mediante diferentes mecanismos de corrupción financieros y fraude en el cambio de divisas, es del orden de los cuatrocientos cincuenta mil millones de dólares (US $ 450.000.000,00O,00).
Un gigantesco saqueo "civil" llevado a cabo contra un país en tiempo de paz, asalto realizado por una confluencia mafiosa de banqueros, políticos, importadores, industriales, comerciantes, burócratas públicos, cámaras empresariales y corporaciones transnacionales. Pero el saqueo de la renta petrolera venezolana va mucho más allá de este monto preliminar señalado por las pesquisas contables iniciales.
La hidra del presupuesto público
En Venezuela el presupuesto de gasto nacional tiene dos componentes, un primer presupuesto fiscal anual que se discute en la Asamblea Nacional ante los diputados electos como representantes del pueblo venezolano, y otro segundo presupuesto de gastos cuyo monto hasta 2015 era cercano al primero, el cual no es discutido en la Asamblea Nacional ni controlado por ella, presupuesto alimentado de manera directa por las divisas del petróleo, las cuales son entregadas por PDVSA a los diversos Fondos de Inversiones, Convenios Internacionales y Misiones Sociales creadas por los gobiernos bolivarianos.
En los últimos 17 años las divisas de los ingresos petroleros alcanzan a un billón setecientos cincuenta y seis mil millones de dólares (US$ 1.756.000.000.000,00), pero las investigaciones realizadas sobre las cuentas de los ingresos y egresos de divisas manejadas por PDVSA, muestran un monto faltante superior a los doscientos veinte mil millones de dólares (US $ 220.000.000.000,00), suma que no reposa en la tesorería de PDVSA ni de la cual se consiguen registros ni recibos de su otorgamiento a los Fondos, Convenios Internacionales ni a las Misiones Sociales, ni de ninguna otra entidad del Estado venezolano a las cuales pudieran haber sido asignados por los administradores de la Hacienda Pública, los Presidentes de la República bolivarianos.
Los ingresos totales de divisas a Venezuela por ventas de petróleo y endeudamiento externo e interno suman cerca de los dos billones de dólares (US $ 2.000.000.000.000.00), en 1998 el país se sostenía con unos ingresos de alrededor de doce mil millones de dólares (US $ 12.000.000.000.00) y buena parte de ese monto era fugado mediante fraude importador por sobre facturación de los precios de costos, un delito que se multiplicó varias veces durante los últimos 17 años.
El botón de muestra
Como ejemplo de la afirmación anterior tenemos la importación de medicinas, en 1998 el costo del kilo de medicinas e insumos importados para su fabricación era de un dólar con noventa centavos (US $ 1,90) por cada kilogramo, y sin haberse producido en las dos últimas décadas ninguna hiper inflación en los precios internacionales de los medicamentos e insumos para su fabricación, en 2012 ese mismo kilo de medicinas e insumos importados las transnacionales farmacéuticas lo facturaron en sesenta y un dólar con veinticuatro centavos (US $ 61,24)[iii].
La sobre facturación que se realiza inflando los precios de costos en la importación de medicinas e insumos para su fabricación en el país, se repite de igual forma con la importación de carne, la importación del CDK para la industria automotriz, la importación de las plantas de energía termoeléctricas para "superar la emergencia eléctrica", la importación de electrodomésticos, etc., etc., etc.
Si los movimientos que impulsan una auditoría pública ciudadana sobre el destino de la renta petrolera venezolana, logran su objetivo de auditar los presupuestos de gastos fiscales, PDVSA, el endeudamiento interno y externo, los Fondos de Inversiones, los Convenios Internacionales y las Misiones Sociales, el fraude contra la nación venezolana pudiera no sólo llegar al billón de dólares sino superarlo.
Los ingresos brutos de divisas a Venezuela durante los últimos tres gobiernos bolivarianos equivalen al monto de 20 veces el Plan Marshall, monto de divisas empleado en la reconstrucción de Europa luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, actualizado su monto original cercano a los catorce mil millones de dólares (US $ 14.000.000.000,00) en 1945, a cien mil millones de dólares (US $ 100.000.000.000,00) en el año 2000; pero la tragedia, luego del despilfarro, saqueo y robo de esta gigantesca montaña de dólares de la renta petrolera venezolana de los últimos 17 años, es que hoy la población, entre otros rubros básicos, no consigue medicinas, alimentos ni papel higiénico, además grandes sectores sociales comienzan a experimentar todo tipo de penurias, cada día que pasa aumenta de manera exponencial el número de venezolanos que comienzan a pasar hambre.
El resultado de la acumulación de malas y erradas políticas
Un economista crítico de las políticas económicas bolivarianas, ante el absurdo económico que vive la revolución bolivariana, expresa con sarcasmo, palabras más palabras menos, "con los ingresos de divisas que tuvo Venezuela deberían haber instalado aire acondicionado en todas las aceras del país"; pero a pesar del enorme tsunami de dólares que ingresaron a la nación venezolana, durante el último de los gobiernos de la Venezuela bolivariana, la situación de país día a día empeora más y más.
La mala administración, la corrupción civil y uniformada, el deterioro social general, la inseguridad por el incremento de fechorías y violencia generadas por una delincuencia común organizada cual bandas paramilitares, se suman al continuo saqueo de la menguada renta petrolera y la incapacidad del gobierno bolivariano de gobernar, detener y/o contener la crisis que no cesa en su avance.
La situación anterior está coronada a la vez por una débil, paupérrima y casi nula acción de incidencia política destinada a cambiar el curso de los hechos, realizada desde la izquierda política y el movimiento popular organizado, los partidos menores integrantes del Gran Polo Patriótico, los no incorporados, más el conjunto de movimientos sociales y organizaciones de trabajadores y culturales, hasta ahora, impedidos de convertirse en una opción política popular insurgente que sepulte la reaccionaria polarización de la dupla PSUV-MUD; esto último, debido a la cooptación de algunas organizaciones populares y/o sus líderes por el empresariado estatal burgués burocrático emergente, u otras organizaciones populares en similar situación por transitar con un bozal de arepas, cabizbajos, recibiendo migajas y aceptando una que otra prebenda a cambio de seguir líneas nacionales, regionales o locales ajenas a los intereses del movimiento popular, sin agenda política propia, como meros objetos del poder de turno, yendo y viniendo erráticos, de evento en evento y de marcha en marcha, no como sujetos sociales integrantes de un poder popular organizado, con proyecto político propio, auto dirigido y auto sostenido, sino como organizaciones paraestatales subordinadas y sumisas, sin ideas, dependientes.
Los nuevos oponentes en el Capitolio Nacional
A este cuadro político popular anterior nada halagador, superable con bastante más que un gran esfuerzo a realizar, se le suman las acciones de una oposición política antichavista, más interesada en acceder al poder y raspar la olla de la renta petrolera, la cual aún estando mermada puede enriquecer a unos cuantos pillos más, agita y genera caos en lugar de pararse con responsabilidad frente al gobierno y sacudirlo para que accione los resortes del poder contribuyendo a conjurar la crisis. Desde el Capitolio Nacional esta "nueva" oposición se ocupa de lanzar gasolina y bombas incendiarias sobre los múltiples problemas que arden por todos lados y enfrentan a diario, con muchas dificultades, la mayoría de los venezolanos, entre los que destacan en primer lugar, el hambre por la escasez general de alimentos básicos y la falta de ingresos con poder adquisitivo capaz de sostener la supervivencia diaria de las mayorías, debido a los miserables sueldos y salarios depauperados por la brutal devaluación de facto del bolívar y una hiper inflación galopante en pleno desarrollo.
El adorno que requería la crisis
Y como nunca falta la guinda para adornar la torta, el amo del norte y sus políticas imperiales empeoran la situación nacional al lanzar contra el país amenazas de intervención "humanitaria", chantajes, boicot y terrorismo mediático, acechando cual ave de rapiña el momento en que el país termine por arruinarse y declarar la bancarrota, para acudir entre los primeros en búsqueda de carroña para alimentarse con nuestra sangre y los despojos de todo el pueblo.
Indagar qué hay detrás del tinglado haría más fácil pensar luego ¿qué hacer?
El ambiente político está saturado de diagnósticos, líneas maestras, proyecciones, decretos y planes de acción los cuales buscan de manera directa o velada, ganarse las mayorías para la liquidación del rival político; pero por encima de los intereses de los dos contendientes que lideran la pugna política de la Venezuela actual, es necesario indagar ¿quién o quiénes pierden o se benefician manteniendo la situación, tal como está, el mayor tiempo posible? ¿la oposición? ¿el gobierno? ¿ambos? ¿el imperio? ¿los tres en conjunto? ¿el pueblo? ¿cuántos más subirán a la telaraña para balancearse y cuánto resistirá?
La falta de soluciones prácticas y justas, de no romperse la inercia impuesta por esta polarización extrema la cual mantiene paralizado casi todo, conducirá al país hacia su extinción por el agotamiento de los recursos vitales de sus fuerzas productivas.
No hay que ser un genio de la geopolítica y la estrategia para darse cuenta que ninguno de los bandos que lideran la confrontación política venezolana, tienen soluciones viables a los urgentes problemas del país, distintas a las clásicas recetas a implementar en situaciones similares, lo cual se traduce en descargar todo el peso de la crisis y el costo de los experimentos de "recuperación" económica sobre los sectores más pobres y desfavorecidos de la población, a sangre y fuego; además, la renta petrolera a 30 0 20 dólares por barril de petróleo, todavía representa un codiciado manjar para los captores de divisas de la renta petrolera, quienes hoy tienen atrapado entre sus garras el futuro y destino de los venezolanos.
El último cuento chino
El llamado fin del rentismo petrolero puesto de moda por el discurso político del último de los gobiernos bolivarianos, no es sino un vulgar y fétido eufemismo, una abstracción del malabarismo lingüístico politiquero que en el fondo, no dice ni explica nada, por el contrario, lo encubre todo.
Esto es tan solo un recurso de última hora usado para manipular, ocultar y encubrir la macabra realidad que vivimos, concepto recomendado por los intelectuales orgánicos al servicio del conjunto de corsarios y bucaneros del siglo XXI saqueadores de nuestra renta petrolera, una banda de depredadores la cual integran una parte importante de "nuestras" élites "espirituales", políticas, económicas, culturales, jurídicas y celadoras o guardianas del Estado con mayor poder y capacidad de maniobra para forjar su impunidad.
Éstos, con el cuento chino del fin de la "maldición" del rentismo petrolero, evaden y desvían su responsabilidad ética, moral, política, administrativa y legal en la profunda crisis económica que está sumido el país producto del despilfarro, malversación, saqueo, fraude y estafa de una gigantesca cordillera montañosa de dólares, los cuales utilizados e invertidos con responsabilidad y ética, habrían convertido a Venezuela en la nueva Suiza por todo el siglo XXI.
No y no ¡No nos dejemos engañar..! la renta petrolera no es ninguna maldición. Malditos son todos aquellos y aquellas que desde hace casi 100 años se la han robado a mansalva y la han exportado, acumulado y "sembrado" en paraísos fiscales, bancos e inversiones en EE.UU. y Europa.
El Estado venezolano, quien ha explotado y exportado petróleo por 95 años recibiendo a cambio por su venta, impuestos y concesiones una enorme fortuna en divisas, hoy está arruinado y endeudado, mientras la mayoría de la población venezolana lo sigue por ese mismo camino, empezando a pasar hambre.
No sucede así con el conjunto de las élites venezolanas y las corporaciones nacionales y transnacionales instaladas en Venezuela, los grandes beneficiados de los más de 17 años de políticas bolivarianas, quienes se han apropiado mediante formas, maneras y mil trucos de casi toda la riqueza generada por el Estado, exportándola fuera de Venezuela. Éstos, apenas mantienen unos pocos bienes muebles e inmuebles en el país, cuyo valor no supera al de un vulgar par de baratijas, comparado con el monto de la fortuna saqueada al Estado venezolano y acumulada en bancos extranjeros. El "parque industrial" privado en su mayoría son tarantines levantados con tabiquería y chatarra industrial, no representa ni el 0,01 % de todo el saqueo en divisas realizado durante 95 años, una cuantiosa suma de dinero lavada, depositada e invertida en EE.UU. y Europa.
La salida de emergencia popular posible
La velocidad de la crisis juega contra la población y los genuinos intereses nacionales, presentando oportunidades para un mayor enriquecimiento de los corsarios y bucaneros que saquean el país. Amparados en políticas y decretos de "emergencia", múltiples depredadores públicos y privados violan a discreción las normas, leyes, reglamentos, la moral y la ética, aumentando la ruina y la crisis. Para una muestra de ello, basta con dar una ojeada a las denuncias de corrupción en el manejo de los recursos asignados para las víctimas de los deslaves y la reconstrucción del estado Vargas, o mirar no tan lejos hacia el destino de los recursos asignados para resolver de manera definitiva la emergencia eléctrica en 2008-2009.
El camino de la organización política para insurgir y resolver la crisis mediante una doctrina nueva o vieja, organizada, es demasiado largo para el tiempo disponible en activar una salida de emergencia. El camino de la industrialización es una utopía, mucho más si es conducido por el conjunto de depredadores responsables de la gran crisis que padecemos.
Nuestra crisis hoy es primero financiera y monetaria, se necesitan divisas para comprar comida antes que cualquier otra cosa, y sólo luego de resuelto lo primero, lo demás, pagar deudas, refinanciar, etc., vendrá después o se atenderá en paralelo. El dinero para resolver la emergencia existe, es propiedad legítima del Estado venezolano, aunque por ahora se encuentre depositado en las cuentas y bolsillos de unos depredadores que están impunes, libres y sin acusación e investigación sobre dolo alguno, a causa de la complicidad y lenidad en la actuación de las autoridades con competencia en la materia respectiva.
Meterles mano a estos saqueadores privados, burocráticos y corporativos denunciándolos y persiguiéndolos como a los nazis por todo el mundo, señalados por la justicia y el dedo acusador de los pueblos, publicando sus nombres y fotografías en carteles de búsqueda y captura pegados en las paredes públicas, foros, blogs, web y listas de correo de todo el mundo por el pueblo organizado allí donde estos delincuentes se refugien, escondan o les asilen sus cómplices, hasta encarcelarlos e incautar sus cuentas y bienes, nos resolverá el problema financiero de emergencia que nos acosa. Esta manera es más rápida que todas las opciones propuestas por las élites "enfrentadas", para resolver el problema de la alimentación y medicinas; además, presenta a la organización del pueblo la oportunidad de ajustar cuentas de una vez por todas con las mafias de corrupción organizadas desde el Estado y liquidarlas.
Las demás opciones de solución a la crisis, propuestas por la propaganda de la polarización política, no harán otra cosa que endeudarnos más y someternos a las políticas de Shock económico del FMI y Banco Mundial; porque la opción de industrialización, en estas condiciones, es una utopía o locura que sólo nos sacrificará hasta matarnos de hambre. Los pueblos organizados de todo el mundo serán solidarios con esta causa y seguro que estarán dispuestos a participar, tanto en EE.UU. como en Europa, en esta empresa política popular venezolana dispuesta a rescatar la renta petrolera venezolana fugada y saqueada.
Nuestra ventaja de actuar rápido está en que no es tan fácil hacer desaparecer un billón de dólares en pocos años sin dejar rastro alguno, mucho menos si es sustraído y fugado por un centenar de corporaciones y unos pocos miles de pillos menores, sin que lo puedan justificar de manera legal, sin fraude contable. Y mucho más difícil es hacerlo desaparecer sin una guerra de exterminio de por medio.
El nudo gordiano a desatar
Esta es la tarea política más fácil de realizar para abandonar el camino que hoy nos conduce a toda velocidad rumbo al infierno, empedrado de no tan buenas intenciones, pero reforzada su peligrosa inclinación hacia el abismo por la ignorancia y credibilidad de un pueblo engañado y a merced de los discursos y acciones de una banda de pillos. Esta acción política popular ofrece mayores frutos cercanos, en lugar de realizar esfuerzos para construir sin recursos financieros, conocimientos de punta y escasez de élites y dirigentes honestos y éticos, un desarrollo industrial complejo para operar durante este siglo, el cual durante el arranque del proyecto, realizado en estas condiciones, mataría de hambre y sacrificios a la mitad de la población.
Y ante todo esto, hay que estar preparados para evitar que los corsarios, bucaneros y sus encubridores nacionales e internacionales, no jueguen a desatar un conflicto bélico para encubrir y diluir el saqueo, haciéndonos vivir el drama del conflicto y obligarnos a optar por olvidarnos del rescate de la renta petrolera bajo la presión de la destrucción y el horror de la guerra, tal como hasta ahora, casi sin percatarnos, se viene haciendo con el manejo mediático de la crisis a través de los chantajes y amenazas de la propaganda dirigida por la polarización política existente.
Cada día que pasa sin realizar acciones encaminadas a recuperar y repatriar los capitales fugados y saqueados a la nación, se colabora por ignorancia u omisión con la impunidad de la delincuencia burocrática, empresarial y corporativa nacional y transnacional, los cuales han llevado a la ruina al pueblo y la nación venezolana, saqueando en los tres años del último gobierno bolivariano gran parte de los ahorros reunidos por el pueblo durante más de 40 años.
Bienvenidos a la gesta de esta nueva batalla popular venezolana cuya dimensión está llamada a trascender las fronteras de nuestro país y el continente.
Desde la cima del poder político donde se fragua la gran corrupción de las élites nacionales, no saldrá ninguna propuesta de acción que apunte a rescatar la renta petrolera saqueada y fugada, ni tampoco dirigida al enjuiciamiento y castigo de los delincuentes que lo hicieron y permitieron.
A organizar de manera urgente los comités populares por el rescate de la renta petrolera fugada y saqueada al Estado venezolano. No hay tiempo que perder.
Por la unidad del pueblo venezolano
¡Sólo el pueblo salva al pueblo..!
No podemos optar entre vencer o morir ¡Necesario es vencer··!
Confiscación, expropiación y repatriacióndel patrimonio nacional saqueado y fugado
¡Paredón ético, moral, mediático y legal para todos los responsables..!
Caracas 17 de mayo de 2016
guayudefalkon@riseup.net
Links para motivar la acción y organización popular de esta empresa política:
http://www.despilfarropublico.com
http://www.quiendebeaquien.org
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[i] País Portátil: Venezuela y violencia http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-00872001000200008
[ii] El Estado del disimulo: La entrevista a Cabrujas http://prodavinci.com/2012/04/04/actualidad/el-estado-del-disimulo-cabrujas-entrevistado-por-luis-garcia-mora-y-ramon-hernandez/
[iii] Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO_ALEM), 2015. La enorme escasez de medicinas y la gran estafa en su importación: Farmafraude, publicado en: http://www.aporrea.org/contraloria/n266676.html