El uno por ciento de menos del veinticinco por ciento de los países del globo son los dueños más enconosos de todo el planeta. El tema no es de los proveedores y que estos le interesen a Europa, Estados Unidos o Canadá. Algunos países de Asia sienten el grave problema de sus intereses los cuales sin misericordia han arrasado al Sur. En austro desvencijado está famélico intelectualmente para plantear una integración en defensa de su geopolítica en seguridad, defensa y relaciones internacionales energéticas.
Pero las demandas sureñas son ancestrales, históricas, siempre han intentado ser transformadoras, pero su visión ha logrado ser desconocida, primeramente, porque su exposición interna es nula al punto que ahora hay más diferencias entre ellos. Esbozar los afectos históricos resulta más difícil que reconocernos en nuestros comunes puntos de vista.
Sobre este sentido son varios y hasta muchos los diferentes tipos de discursos que bien pueden ingresar al nuevo canon energético y cómo debiera estar acompañado en diferentes visiones dentro de lo que bien pudiéramos plantear como el descubrimiento de la intermedialidad en el Sur global.
Para esto, tres fases importantes pudieran surgir de diversos planteamientos. El primero de ellos es comprender frente a la dominación del Norte global un diferente canon de las energías y esté van acompañado de ópticas las cuales han de permitir otra dirección y entrada bajo la intermedialidad con todas las teorías que rigen su futuro.
La segunda, y no menos importante es entender el arrastre durante siglos del concepto central como la matriz más resaltante en el pensamiento colonialista. Una vez más claro, pasa al tercer paso.
En la tercera el deber es profundizar el entendimiento de una intermedialidad constructiva sin temor a la diferencia de críticas, si no superamos las teorías del pasado jamás podremos aceptarnos desde nuestra verdadera experiencia histórica.
Ahora, será posible que una intermedialidad en medio del encuentro con un canon beban de las identificadas ciencias sociales, políticas y culturales en una nueva geopolítica energética. Pienso que sí.
Localizar nuevos cánones en la política histórica nos llevan al caso venezolano cuando el petróleo se suponía propiedad del dueño de la superficie. Cuando Carlos III modificó en 1783 las famosas Ordenanzas de minería aplicadas a la Nueva España.
