Icaro se inclinó sobre el laberinto. Contempló el cielo y el sol. Vio el mundo helénico orgulloso de él. Al salir del laberinto voló sobre los primeros sueños de la civilización. Así se forjó la tradición con la sazón del recodo de los muros culturales calados en los pueblos.
El tiempo lejos de borrar su importancia actúa a la inversa; resalta su figura alada, colocándola en el lugar más importante de la evolución de la naturaleza: la ciencia y la tecnología.
Desde el principio un fruto prohibido -concebido para intervenir la memoria- fue depositado sobre la imparcialidad de la vida. Esta determinación -recurrieron a una manzana como símbolo- de vender el “pecado original” como yerro no cognitivo, es relativo al ejercicio de la subjetividad impuesta por las levitas negras de los judíos y las sotanas de los curas. La monarquía Judea-Cristiana ya había hecho posible la conquista de los pueblos no sólo para apoderarse de su historia y su geografía, su tierra y su riqueza sino para ejercer el dominio y el poder sobre los ámbitos de la cultura.
Los razonamientos de éxodo, tierra prometida, pueblo elegido se relacionan con la necesidad de construir subjetividades garantes del talk show representado por Yahvé y Jesús. La grandeza del alma de Dios, si existe como tal, es la única fuente de autoridad de las tablas. La dictadura iniciada por las tablas es una dictadura de reyes ungidos y glorificados en ceremonias similares a la toma de Jericó por Josué y a la sublimización de Jesús en la cruz del calvario: voluntad de Dios, poder político y económico ejercido en virtud de la gracia y la elección divina por monarcas favorecidos directamente por Dios.
En las manos y los pensamiento, grabados fueron los monstruos que los contienen: hidra y fieras salvajes promoviendo y operando las reglas de la ética en torno a una religión de conversión, que expansionista, no reconoce más límites a sus intereses y a la economía-mundo que el universo mismo.
Cicatrices abiertas en las tradiciones inmanentes a la trascendencia de la cultura, a la vez precisas en las erosiones de la vida, en el verde y el azul de la razón. Tan precisas como que Prometeo es la luz y el fuego que ilumina a Copérnico, Kepler, Leibnitz y Newton, dotados de conciencia.
¿Qué urdes levita? ¿Por cuál alzada del sendero asaltas sotana?
Frente a la naturaleza humana se levanta un recinto objetual preconstruido alrededor de Josué, Aod, Gedeón, Sansón, Samuel y el niño-Dios. El sistema de poder de aquel entonces, levantó la mirada para poseer la tierra cuando los griegos alertaban el uso de la razón, libre y disciplinada. Este afán, constitutivo de las llamas que soplan la vida ciudadana con pecados, conspiró en contra de la vida cívica y social de la antigüedad para instaurar el más largo de los poderíos.
Una voz sitúa un lamento sobre las llamas que soplan las manzanas de las tablas y los pecados. Pero pecado es concebir premeditadamente la penumbra de la ignorancia en perjuicio de la filosofía moral resumida en La Ilíada y La Odisea.
En la memoria de las civilizaciones pretéritas la negación del mundo antiguo cierra las miradas devolver; y se abren las indicaciones del mal olor inducido por las levitas y las sotanas... toda falsedad y especierías. Así puede... alto y de larga cabellera llevar un hábito contentivo de los relatos y las imaginerías que preceden “el libro de los jueces del antiguo testamento”; trazado conforme a ciertos definidos principios.
Desprendiendo el pensamiento de la razón se inicia el martirio de los árboles y las ideas que posicionan en las almas al monarca ideal; “injusto e irreflexivo”, ordenado desde una fuente externa establecida en torno a Dios: personal, eterno, omnipresente... compositor del mundo.
Sócrates y la herencia helénica sufren las grandes nubes que vuelan y pernoctan las festividades cívicas y las celebraciones públicas, el mismo día, a la misma hora, a la media noche de un 24 de diciembre piadoso.
Desde lejos tres videntes uniformando el poniente labran las llamas doctrinales de los inocentes, enunciados y erigidos para permutar las circunstancias de lo divino.
Conforme lo que podemos pensar, desde cerca, acechan las ficciones empuñadas como escudo, a pesar de lo irrevocable de los acontecimientos ilustrativos de la antigüedad.
Para no poder diferenciar de cerca muy cerca, se constriñen las miradas al pasado y se glorifican las actividades sociales y cívicas sobre la salvación y las creencias; en el sentido de cómo y porqué se parte en dos la vida de la constitución social y de la realidad. Cabe reconocer que la antigüedad desaparece como acto de hechicería hasta borrarse en las memorias y los recuerdos. Para ello aparece como acto de contracción proselitista el comercial más sintético y polarizador de la historia de las levitas y las sotanas: el niño Dios.
A partir de la reproducción de ésta imagen mística se adiestra la acción. Así aparece el pávido cortejo de Jesús junto a Herodes y su compañía teatral, aventada, un 28 de diciembre dramatizado para ejemplo de los incrédulos.
Cotejada la circunstancia con la que aparece el niño Dios, se despunta el iluminismo como característica inobjetable de cada una de las secuencias que rigen la puesta en escena de David llevando el arca a Jerusalén, Salomón consagrando el templo... Jesús crucificado, muerto y resucitado para incriminar de pecados a los hombres: ocurrencias dramáticas de la imposición de la cultura judeo-cristiana.
Angustia expansionista, datada e instrumentada como un sentimiento de trascendencia entre nuestra materia y nuestro espíritu. Esta dicotomía existencial y la representación del mundo antiguo como episodio de la imaginación sumergen en el olvido la antigüedad.
Las religiones de las tablas considerando su filosofía política como “la verdad de las verdades” imponen al mundo el autoritarismo, el salvacionismo y el expansionismo. Estas son las condiciones que ordenan los valores y la territorialidad, los requisitos y las obligaciones de las revelaciones del Dios regidor.
Los pueblos no poseían la virtud de leer lo que no está escrito con las letras negras del pecado original y personal, y las doctrinas conexas de la expiación y el perdón.
A partir de esta experiencia la conducta del hombre sufre una crisis estructural de ciclos La realidad interpuesta a través del sufrimiento de Jesús niega toda práctica creadora, conjuntamente, induce a los pueblos a actuar como las tablas piensan que el mundo debe hacerlo. Es en ésta época, donde se organizan los maléficos designios que incapacitan las necesidades reales del ser humano; las actitudes afectivas, las valoraciones y las mediaciones organizadas. Esta doctrina constitucional absoluta e intolerante es conformada para ejercer la autoridad de los sistemas económicos totalitarios. Sistema de poder tiránico en todos los sentidos y en cada una de las correspondencias que niegan la cultura geográfica e histórica. Así fue demolida la tradición antigua. De esta manera fueron intervenidos los ámbitos de la localidad y la provincia, el feudo y la ciudad, la nación y la nacionalidad.
Inventando y sepultando fronteras, fragmentaron y pulverizaron la realidad del mundo antiguo y a sus protagonistas. Este maligno horizonte es el que teje la saudade y la utopía. La intervención de la vida cotidiana del hombre es lo que conforma la red de articulaciones que intervienen la cultura, la historia y la geografía de la antigüedad.
El mundo antiguo a partir de esta intervención no es un lugar en la geografía ni un momento en la historia, es una alegoría de la imaginación acaecida.
La antigüedad fue cambiada y expresada por las reglas levantadas para manipular la nostalgia del ser humano. Al escenario del mundo descrito por Homero le transformaron el pensamiento hasta habitarlo de todas las características de la fantasía y la fábula. Empleando la ley de las tablas despojaron el tiempo y el espacio helénico.
Negando el mundo antiguo como punto de partida y referencia de la civilización; disolvieron la cultura. Transformando las bases sociales de la antigüedad vertieron en el imaginario colectivo las alegorías de la ilusión que no permite articulación.
En el antes de cristo emergieron el mapa geográfico e histórico del mundo antiguo. En el después formularon el tablado de la formación y la expansión de los mercados de Dios; integrados a la concepción del constructivismo de la dominación político- religiosa.
Franqueado la primera digresión del drama y mejorando los procedimientos técnicos se refunde la antigüedad, manipulando la transferencia de una cultura que negaba en su filosofía las ideas de inmutabilidad y eterna salvación.
Eficacia trasmitida en vivo y en directo desde el Coliseo Romano. Marco Aurelio destructor de cristianos vive para trazar paralelos entre el imperio de hoy y las tantas épocas imperiales que asesinan en nombre de Dios y la democracia. Diocleciano unifica la esperma virulenta de la religión de las tablas, espermatizando las conciencias.
Los muertos del Imperio Romano fueron victimizados por las levitas y las sotanas, disponiendo las tablas de posesión, en el sentido del sacrificio, catequizado a través de Jesús. Excelente franquicia la de la cruz y el calvario. Encantador ardid el de la victimización. Artimaña legitimada para establecer una rigurosa distinción entre el mundo antiguo plural y la conciencia mediática del niño-Dios singular
Los derechos de autor de la victimización son la razón principal, por la cual, los comerciales de las tablas no refieren como mártires a los inmolados de Nagasaki e Hiroshima… el objetivo fue y es victimizar a unos en detrimento de otros. De las franquicias victimizadoras nacen las tensiones de compromiso (strains of commitment) y la utilización de la victimasificación de las levitas y las sotanas; como una encarnación crediticia del avasallamiento al Dios Imperial.
Los días de la opresión sin límites no se aprecian sobre los ojos abiertos que sueñan como Edipo. La catarsis apenas era comienzo en el Imperio Romano. Dios y la tensión convenida en la vida publica y la filosofía moral hizo de los cristianos y los judíos víctimas propicias del proceso civilizatorio. El itinerario de este operativo no se hizo en un solo día... “fue erigido alrededor de un pueblo escogido y de su fruto”. Fundamentado como el primer genérico de consumo masivo... crucificado, muerto, resucitado y cedido para la ascensión del Dios-monarca.
El sistema de poder supone que las fuerzas demoledoras del mundo antiguo deben activarse conquistando la conciencia y el sentido que trasladado a Cristo crea a Dios y a las formas superiores de dominación.
Esta experiencia dependiente sepulta el mundo griego y latino en el más oneroso de los olvidos. La cristiandad forja el dispendio de la acción y la reacción de la expresión “hecha a mano” sobre todo lo viviente. Por eso y nada más que por eso dividen la historia en antes y después de cristo. Las etapas de acatamiento impuestas por las tablas modifican los testimonios razonables. De aquí en adelante el porvenir acariciado por los pueblos no es más que el enunciado de la explotación del ciudadano y su conciencia. El ascenso absolutista de las religiones de las tablas debe entenderse como la convención que representa los intereses geográficos e históricos de “Dios”, contextualizados como la “dictadora de Dios sobre todos los asuntos relativos a la naturaleza humana”.
En lo sucesivo, siempre afligido, como pura y simple descripción del hombre manipulado por el presente que encubre un laborioso fraude se escribe el prólogo, y se conforma la ascensión del más intolerante de los gobiernos: el Estado de Dios.
Querámoslo o no, las tablas subyacen las reglas naturales y el sentido común. La presencia de la opresión cimienta los indicios del orden de las tablas con los centenares de miles de años que precedieron la franquicia del Jardín del Edén. Franquicia extraída de la vida y la naturaleza, dramatizada e intervenida por Adán, Eva y Jesús.
Las tablas inician el imperio de un estado sicótico y una forma de dominación adquirida de lo que se inventa como pecado original:
A. Idea de un Mesías en el imaginario colectivo de los pueblos.
B. Doctrinas de Jesús y Yahvé propuesta como juez interventor de los deseos. Los vínculos y las habilidades de los hombres.
C. Manzana, cristo, la palabra de Dios, la redención y la esperanza.
D. Incorporación de un pueblo elegido al imaginario colectivo.
E. Ataduras a una religión autoritaria y a su clase sacerdotal.
F. Absolutismo hecho cuerpo en la iglesia de monarcas coronados como lideres religiosos.
G. Religión destructora de la personalidad de la ciudadanía.
H. Sociedad anónima de levitas y compañía de Jesús con sotanas; adoradoras de el institucionalismo como credo, el centralismo como norma y el absolutismo como metodología de sumisión a los intereses económicos y políticos permutados desde los episodios de Moisés, David con Goliat, y Jesús con la cruz.
De súbito las levitas y las sotanas se percataron que los dioses griegos no eran de confianza para iniciar la dictadura acariciada. La prioridad del nuevo orden fue trasmitir la intolerancia cultural para socavar los dioses y héroes homéricos. Una vez socavado el sentido filosófico de la antigüedad les fue posible ordenar y controlar el mundo antiguo en lo tocante al objetivo de sentido de la doctrina cristiana.
En este sentido los abolicionistas de la antigüedad y los líderes de levita y sotana promulgaron un menú de valores políticos expresados en las tablas:
1. Extender el pecado original para que abarquen los deberes ciudadanos de las generaciones futuras.
2. Extender las imágenes del éxodo del pueblo elegido y el sufrimiento de cristo crucificado para que sus “pesadumbres” determinen los conceptos y principios de dominación que se aplican a los pueblos.
3. Fijación de los principios de atención para convencer al oprimido de la conveniencia de asumir el rol del opresor contra su pueblo.
Recordemos que la abstracción de la realidad, instruida con la resurrección de Cristo no es gratuita. La doctrina cristiana no inventa un monarca abstracto por la abstracción misma; diseña una concepción política e ideológica como expresión abstracta de un dogma contractual, que solo cede su poder a la oligarquía y a la clase media ascendente; aún a la víspera de todos los sufrimientos que los privilegios causan a los pueblos.
En resumen las levitas y las sotanas con su administración central y su sistema de poder totalitario lograron confundirse con la neutralidad de efecto e influencia:
A. David llevando el arca a Jerusalén.
B. Moisés en el monte Ararat con las tablas de la ley que gobiernan toda la vida cívica de los pueblos.
C. Éxodo dramatizado como símbolo de la cultura de la opresión.
D. Cristo sin análisis para asegurar la salvación eterna de la gracia.
E. Cristo en la cruz para controlar los medios de expresión y representación.
F. Cristo resucitado para satisfacer los requisitos de neutralidad ante la opresión.
G. Cristo precursor de la historia de las instituciones básicas y la política publica.
H. Cristo “hecho a mano” en sociedades injustas e inestables, profundamente divididas por la doctrina de índole cultural que estableció el génesis después de la aparición del niño-Dios.
Déjame pensar la historia husmeando entre las inmundicias de las tablas. Déjame ver quiéralo tú dogma o no. Déjame caminar con los ojos, con la nariz, con la boca. Déjame pegarme a la tierra para correr jadeante tras el mundo Amerindio. Déjame verificar la manzana en los confines de la cruz que secretamente permutaste. Mientras tanto y para que te acuerdes de mi: soy Amérika.
Era el siglo XV, ver las huestes encendiendo el cirio sobre el candelabro y su gigantesco portador; en el desvelo de la mayor matanza que las tablas ocultan... veo la cruz liderando la muerte en nombre de la iglesia.
¿Sabes? sigues siendo un objeto, un estado de cosas. Eres una cultura dogmática e intolerante.
¡No me ves¡ Matar es un mandamiento interminable. Matar en vano es pecado. Tú... siempre has dirigido las hordas que asesinan. Tú... manipulando la libertad de conciencia y la libertad de pensamiento te erigiste como un monarca absoluto. Tú... te apropiaste de los principios básicos hasta resguardarte con los derechos y las libertades originales; asimismo, envolviste al ser humano con la coexistencia –imaginaria- de un Dios objeto.
Eres el máximo representante de la cultura genocida que zarpó en las calaveras. ¡Mira tus labios¡ son los labios donde se ensaliva el credo dogmático del expansionismo. A tientas, lentamente, construiste el calvario que hizo posible la conquista de los pueblos. Los saqueaste, luego de quemarlos como acostumbras, no solo para apoderarte de sus riquezas y sus tierras, sino también para “salvar” sus almas después de ejercer el dominio y el poder de su cultura. Acto de contrición dirigido desde el vitral sin luz de las tablas.
No cabe duda... ese evento salvacionista fue divisorio en lo cultural. No has confesado que venias en las calaveras... solo moderaste las circunstancias para apropiarte de ellas. Conquista demoníaca que incluyó en su seno a las doctrinas religiosas y a las no religiosas como la guerra. Procedimientos razonables para el sistema de poder y la condenación eterna de las civilizaciones Amerindias.
Esta reflexión no es solo el dispendio de la cultura occidental dominante. Es la razón de ser de las recompensas y castigos impuestos por el Estado de Dios. La religión y Dios no son doctrinas comprensivas son el trasfondo cultural de un sistema de poder que no ha aprendido aún a estar al lado de otra cultura.
Todas las preguntas que no interrogan desde Aztlan a Cabo de Hornos contienen dentro de si una respuesta complemente separada del acontecimiento real. Pregunta… ¿Fue en Amérika diseñada el hambre y la pobreza con la muerte que provoca el morir la muerte matando la vida?
No temas lo desconocido. No cierres tus oídos. Tienes el deber de oír y trajinar una cosa cierta: la cultura accidental trajo tu estandarte junto a centenares de miles de demonios en su alma dominante. Dios bajó de la Pinta, la Niña y la Santa María sembrando caminos huérfanos. Pegando fuego borró la armonía, las caminerías y las fratrías. De camino en camino, ensangrentando y persiguiendo, incendiando y devastando, amputaron el desarrollo de la cultura Amerindia.