Ahora resulta que los vergatiesas analistas de la MUD se han empeñado en vociferar que a Cabezón los están vendiendo como un Dios. Vociferando por sus poderosos medios de comunicación privados que las oraciones de millones de feligreses del mundo por la sanación del líder venezolano y mundial no es otra cosa que la utilización de la fe cristiana como un medio político. Estos “sesudos” analistas si es que tienen bolas de verdad.
Se olvida ex profeso La Canalla Mediática criolla apoyada por el Imperio que desde hace un bojote de años se ha empeñado en satanizar de manera infructuosa a Chávez. Sólo basta recordar de cómo a través de una feroz campaña publicitaria y propagandística se desgañitó diciendo que Chávez era un diablo, un come muchachitos crudos, que les quitaría las panaderías a los pequeños comerciantes, que era enemigo de las escuelas, que como todo comunista te quitaría una casa, que era ateo. En fin. El propio Satanás. Alguien en el que no se podía confiar ni un segundo. Pero el pueblo no le hizo caso a tan diabólicas y aviesas falacias y viene votando siempre a favor de él y su Revolución bonita. Sus más recientes laureles populares son las del 7 O y l 16 D.
Aparte de las derrotas sin carnaval ni comparsas propinadas por Chávez a la MUD; la elección de Diosdado Cabello como presidente de la Asamblea Nacional; la extensión del permiso médico al Presidente Chávez aprobado por la AN; la sentencia del TSJ sobre la continuidad administrativa y el no “parkingboll” de la OEA a la MUD. Sin dudas el elemento que realmente encendió las alarmas de los vergatiesas analistas de lo que queda de la MUD fue la multitudinaria manifestación de cariño del pueblo a Chávez el pasado 10 de enero de 2013. ¡Claro! Se fueron en tripa cuando vieron aquel gentío diciendo cantando, aplaudiendo y gritando ¡¡¡¡CHAVEZ SOMOS TODOS!!!!
Cierto. Muy cierto. Chávez es un Dios para el pueblo. Porque después de Jesucristo ha sido el único hombre poderoso que realmente se ha ocupado de los pobres. Por eso vendrá en febrero a juramentarse para continuar su obra. ¡Aleluya!
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