Como se viene la muerte tan callando, a hacer trizas las ganas y el canto, Noel Nicola porque resulta amigo que la muerte tiene raseros insondables y a ti te acaba de aplicar uno entrañable, por la complicidad.
Imaginamos que te dieron como ganas de ir tras el viejo Ibrahim Ferrer, como pensando que si no cogías esa cola a lo mejor nadie se iba a dar cuenta de tu marcha. Carajo…
No sabemos qué hacer con la tristeza desde la madrugada de este lunes que tenía que haber sido luminoso.
“Absurdo y sin razón sería no saber qué hacer con nuestras alegrías” declamabas cantando porque no te asociaste nunca al rictus de los labios, ni aún en los momentos de eso que en Venezuela llamamos “ninguneo”, que es como decir tratar de oscurecer los méritos.
“Yo sólo te diré sobre las cosas de esta hora/ cómo es que piensa aquí la inmensa mayoría”.
Tal vez si te hubieras embarcado para Caracas, eternamente joven tu canto y tu talento, tal vez la pelona no hubiera tomado tu mano guitarrera. Tal vez…
“Si somos igual que tú/ y tú no puedes ser feliz…”
Apenas 58 años Noel, amigo, fundador inalterable de futuros, historia comprimida en unos versos, por la vida…
“De qué nos valen todas nuestras alegrías?
Dura la jornada sabiendo que no pisarás nuevamente las calles venezolanas que tanto te gustaba andar y desandar con Goyito Yépez, por ejemplo…
Duele esta jornada evocando las tardes habaneras de tu canto y de tus cuentos, mientras hacías remembranzas de esos días duros en que cantar era un sublime acto de rebeldía, un orgullo colectivo, la mirada de Haydée y un pueblo ardiendo… Por la vida
Los trovadores de mi país andan bien entristecidos hoy, y apuran los dedos pulsando el homenaje que te rendiremos siempre, sin razón de tu partida y con razón de tu legado de alma y trayectoria.
“Lo torpe y criminal sería dar la espalda a los que luchan cada día…”
Valga tu canción, Noel, para nuestro compromiso.
lilrodriguez@cantv.net
