¿Por qué La Revolución Francesa, y la Revolución Bolivariana del siglo XXI, son trascendentes?

La Revolución Francesa ha significado mucho para el mundo. Se considera la Revolución madre de todos los procesos históricos. Fue la respuesta iracunda y explosiva, de rechazo a la Monarquía, al hambre, a la desigualdad social, a la injusticia acumulada por siglos.

Al fin cayó la Monarquía y con ella el Sistema Feudal, pero el pueblo desposeído sólo obtuvo pírricos beneficios. En sus Constituciones, la aristocracia y la burguesía, están presentes para articular sus privilegios, y negados a los explotados. La Constitución Francesa ha servido de inspiración a todo el mundo occidental. De ella parten, las sucesivas Constituciones, que permiten legalizar desigualdades económicas, democráticas y sociales.

Hoy, por encima de los Estados Nacionales, se mantiene en el mundo un sistema económico imperial, que blindado por sus falsas democracias, desconoce la justicia que se inspira en la humanidad, y en cambio, valida las guerras en pro del dinero.

De modo que, en la Revolución Francesa, los principios de libertad, igualdad, fraternidad, terminan leyéndose como prosa poética. Pero en síntesis, la Revolución Francesa trascendió. Marcó el fin de un antiguo régimen y el comienzo de muchos otros.

En Venezuela, la Revolución Bolivariana del siglo XXI, trasciende de otra manera; significa mucho para Sur América, ver como Venezuela lograr su independencia, sale al mundo a internacionalizarse. Y cómo, a la vez, impulsa asociaciones con los países del Sur y el Caribe en un marco de paz, solidaridad y complementariedad.

Para el resto del mundo, el socialismo participativo y antagónico de Hugo Chávez, se observa como alternativa impostergable, o salida válida, para superar el caótico modelo actual, dominado por financistas estafadores.

La Revolución Bolivariana, es la respuesta democrática pacífica, y contundente al saqueo Norte Americano, al que ha estado sometida Venezuela desde su independencia del Reino de España. Las dictaduras y democracia en Venezuela, dependientes de USA, sometieron por dos siglos al pueblo, a penurias y miseria, para robarle sus recursos, y hasta su identidad.

Pero en Venezuela, el poder de los votos, gano al poder económico de Wall Street, ejercido a través de la burguesía y oligarquía nacional, e hizo posible llamar a Asamblea Nacional Constituyente, para producir la Constitución que rompe con la repudiable tradición occidentalizada de despreciar la participación activa de los pueblos.

Con la determinación del revolucionario, ideólogo y visionario Hugo Chávez Frías se logra la incomparable Constitución de 1999; en la que se refunda la República, “para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia...” Su ordenamiento y actuación compromete al cumplimiento de la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia.

La Revolución Bolivariana del siglo XXI, basada en la defensa y desarrollo de la persona, el respeto a su dignidad y la independencia, se proyecta como rayo de luz, en la inspiración universal de los pueblos que se encuentran saqueados por el globalizado poder financiero.

Ya se advierte en toda la América del Sur la necesidad de, a través del ejercicio pleno del voto, en procesos eleccionarios confiables, llamar a Constituyente, como lo hiciera Chávez, para rehacer las Constituciones, que solo han servido para aprobar leyes e instituciones inmorales; orientadas a legalizar la injusticia social.

Los cambios producidos en el modelo económico, de tan solo parte de América del Sur, dan buena cuenta de lo que se puede lograr con políticas solidarias, en beneficio de los desposeídos y excluidos. Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo: Informe de Desarrollo Humano 2013, “el índice de desarrollo humano en América Latina y el Caribe es el segundo en el mundo, y es Venezuela quien ocupa mejor posición, por su esperanza de vida al nacer y por los años esperados de escolaridad”

Mientras tanto, todos los gobiernos del mundo occidentalizado neoliberal, llevan a sus pueblos a la miseria, por el callejón sin salidas del capitalismo salvaje, en el que se anula el desarrollo humano y se incrementa la marginalidad y la muerte.

Pero este capitalismo no va a caer por sí solo. Los pueblos oprimidos tendrán que, pacíficamente, sacudirse el sistema con el arma multimillonaria de los votos. ¡Todos en contra de la persecución capitalista! ¡Todos por la vida y el socialismo del siglo XXI !. Todos, desconectados de los medios que sumen a los seres humanos en resignada pobreza idílica. Ya llegará el momento en que muchos tengan también que desconectarse hasta de los “cajeros automáticos”.

Venezuela pasa por un momento solemne. Padece el profundo dolor por la desaparición física de su amado Presidente, pero a la vez, se acerca al dulce triunfo que el inmortal líder programo antes de partir.

La Revolución Bolivariana es trascendente. Vivirá por siempre en memoria y corazones. Y pasará a la historia como un legado indestructible, defendido por los forjadores de la Patria; el Pueblo y sus Fuerzas Armadas.

antoniodelarosar@hotmail.com

Desde España.


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Antonio de la Rosa


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