Unidad del Poder Popular
Ya lo hemos dicho, sin querer pecar de triunfalistas, no pareciera haber duda del triunfo de Nicolás… Desde la Unidad del Poder Popular (UPP) estamos haciendo dos propuestas: 1) La renuncia de todos los ministros, una vez electo Nicolás Maduro, para demostrarle CONFIANZA y DESPRENDIMIENTO, y para que él pueda, con absoluta libertad, hacer los cambios que considere conveniente. 2) La disminución progresiva del número de militares en altos cargos públicos, cuya aceptación demostraría CONFIANZA y SUBORDINACIÓN a quién será el Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional.
La renuncia en pleno del tren ministerial es bastante frecuente cuando se inicia un nuevo período de gobierno. En cuanto al tema militar sólo queremos señalar que un número desproporcionadamente alto de militares ocupa altos cargos, una participación mucho más grande que cualquier otro sector social. Son once gobernadores, siete ministros y muchísimos altos funcionarios públicos. Advertimos, no estamos haciendo juicio de valor alguno sobre el desempeño de ningún ministro, ni de ninguno de los militares en función pública. No se trata de eso.
¿Cuál es, entonces, el sentido de estas dos propuestas? Darle señales CONCRETAS de CONFIANZA y RESPETO al liderazgo de Nicolás Maduro. ¡No bastan las afirmaciones retóricas, se requieren hechos que no dejen lugar a dudas!
Hoy escuchamos hablar de la “unidad monolítica” dentro del chavismo, de la “simbiosis pueblo – Fuerza Armada”, de la “conquista histórica” de la unidad cívica - militar y otras afirmaciones similares. Es posible que el inmenso liderazgo de Chávez hiciera posible esa unidad y esa fusión. ¡Nadie puede garantizar que esto se mantenga en el tiempo! Entonces, si afirmamos CONFIANZA en Maduro: ¿por qué no dar señales inequívocas de CONFIANZA?
No podemos engañarnos, ni hacernos los pendejos. Es decir, no podemos desconocer las realidades de la política. ¡No podemos obviar la existencia de los ESPACIOS DE PODER y las RELACIONES DE PODER! Eso es lo propio de la política. En cualquier tiempo y espacio. Ningún grupo de poder suele ceder espacios. Hacen fuerza para mantenerse en ellos o hacen acuerdos circunstanciales, si sienten su dominio en peligro. Se inicia entonces la danza macabra de la POLÍTICA DEL PODER. El resultado es que se conforman cotos o parcelas de poder y la gobernabilidad se ve afectada. Se pierden los objetivos y el más perverso pragmatismo triunfa sobre los principios. Termina prevaleciendo la burocracia y la corrupción. Y, particularmente, el pueblo, al no tener la fuerza suficiente para tomar el control de la revolución, es progresivamente relegado a un segundo plano.
Nuestro proceso no es capitalista. Es SOCIALISTA. Esto significa una concepción del Estado. La construcción de un Estado Comunal. Y también una concepción del poder, acorde con la democracia participativa y protagónica que nos hemos propuesto. Si realmente apoyamos a Maduro, tenemos que reconocer su liderazgo que será refrendado por el pueblo el 14A, siguiendo la voluntad y orientación del Presidente Chávez. ¡Esto no significa hipotecar la crítica, ni renunciar al debate de ideas, pero sí actuar con CONCIENCIA en aras de la UNIDAD revolucionaria!
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