Sicopatología del voto chavista

Un camarada no duda del triunfo absoluto del autobusero Nicolás Maduro este 14 de abril. Lo que le preocupa es el margen de ventaja. “Tenemos que ganar con un coñazo de votos, me dijo, por encima para que Radonski y su gente no tengan ningún chance de guarimbear”. ¡Claro! Esa ventaja grande la obtendremos porque el amor del pueblo por Chávez se trasladará a Nicolás, un hombre que durante 20 años le fue fiel hasta el último soplo de su vida y a quien él le llevó de la mano, preparándolo para grandes eventualidades. Hasta en eso fue grande el Arañero de Sabaneta. Cómo qué sabía que se iba temprano.

Nicolás siempre ha mostrado talento y total identidad con el pensamiento y la acción humana, política y gubernamental de Chávez. Es sencillo en su comportamiento y humilde en el ejercicio del poder. No se la da de gran vaina ni se cree un gran cacao. Se sienta en cualquier grada, conduce el autobús de la victoria, y se enternece ante cualquier gesto de un niño, de una señora, de un obrero, de un gandolero. Sin dudas. Maduro es pueblo, es barrio adentro. Sabe de dolor y de sufrimientos, de carencia, de sueños juveniles, de luchas por las reivindicaciones de los trabajadores.

Maduro le dará una soberana paliza al Majunche porque todo el amor que el pueblo venezolano siente por Chávez se convertirá este 14 de abril en 10 millones de votos. Aún Chávez es carne viva en pueblo. El pueblo es Chávez en cada instante de su vida; a cada rato le llora y no olvida que el rancio y oligárquico sector que representa Radonski le deseó la muerte y hasta brindó por ella. Chávez son millones de vidas. Chávez vive y goza en las voces de los lindos chiquillos Lucila Valentina, la niña invidente, y Carlos Romero, El Potrillo. Dos hermosos canarios

Los dirigentes mediáticos del escualidismo son tan comemierdas que después que hablaron tanta paja del Comandante Eterno ahora intentan copiar su estilo para tratar de confundir al pueblo disfrazándose de chavistas. Cómo se dieron cuenta del valor de identidad y de pertenencia del pueblo por sus símbolos patrios y por amor al Padre de La Patria, Simón Bolívar, despertados de su letargo por el tesón y el empeño pertinaz del Arañero de Sabaneta.

Están tan convencidos que Chávez es un vergatario que ahora para descalificar a Maduro dicen guevonamente que Maduro no es Chávez y que Maduro en 100 días acabó con los 14 años de Chávez. Se enredan en sus propias tripas. Se guisan en su propia salsa. Y lo peor es que los asesores del Majunche pretenden con su bodrio mercadológico decir que Radonski es heredero de Chávez. ¡Fin de mundo!

El majuncherío está tan pelando bola que por descalificar a Maduro engrandece a Chávez. Y le colocan a su comando de campaña el nombre de Simón Bolívar olvidando que fueron ellos y Carmona los que decretaron quitarle el nombre de Bolivariana a nuestro país. Y los que escondieron el cuadro de Simón Bolívar en uno de los baños del Palacio de Miraflores.

Claro que Maduro es Chávez, es su hijo, porque es la continuación de la Revolución Bolivariana. Con Maduro sigue mandando Chávez. Maduro significa los beneficios que Chávez otorgaría en su tercer gobierno al pueblo excluido y la garantía de la continuidad de los beneficios ya otorgados. Maduro significa más viviendas bien equipadas. Significa la consolidación del proceso revolucionario incoado por Chávez. Maduro es el candidato de Chávez para continuar la Revolución. Fue su última voluntad antes de levantar vuelo a la inmortalidad.

Maduro es Chávez y Radonski es el antichavismo. El chavismo" es una conducta, una realidad, una pasión, un sentimiento religioso, una conducta, una manera de ser. El Radonskismo no existe. El majunchismo no tiene piso político propio. Radonski es una "Chuleta", por no decir frigorífico, del sentimiento opositor de un importante grupo de venezolanos que por determinadas y extrañas razones no termina de reconocer el legado y la obra de Chávez.

Radonski es el Capitalismo. Maduro es el Socialismo. Son dos corrientes políticas arrechamente antagónicas. Radonski es el billete, la individualidad, el negocio, la plusvalía, la explotación, el mercado. Maduro es igualdad social, el colectivo, dignidad, respeto a la naturaleza, becas de estudios para los pobres, créditos para los pequeños empresarios, empresas de producción social, el poder comunal, inclusión, etc. Radonski es la antipatria. Maduro es La Patria. Radonski es un burgués. Maduro es un obrero.

Cerrando les traigo a colación algunos conceptos del sicólogo Alberto Barradas. Las comillas son mías. Veamos:

* El divorcio entre el mensaje de Radonski y la intolerancia de la masa opositora es una “comiquita”.

* La desventaja más grande de la masa opositora es descalificar al chavismo. “Por eso no ganan una”.

* A la manipulación descarada de Bocaranda y *Marquina “se le ven las costuras”.

*El problema más importante de la oposición es que en el fondo desea un golpe. Todos lo quieren, todos lo callan. “Pero por más que se tongoneen se les ve el bojote”.

*En su lenguaje, el Majunche se mete con Chávez pero nunca con el chavismo. El opositor común se mete con el chavismo.”Pero en el fondo es lo mismo porque Chávez somos todos”.

TINTERO

Mal “pitío”de Radonski al negarse a firmar el documento del CNE reconociendo el resultado de las elecciones del 14 de abril. Para los medios de comunicación de la oligarquía nacional y sus acólitos internacionales no existen los gigantescos actos electorales de Maduro. El ventajismo mediático de El Majunche en los medios privados con relación a Maduro tienen una relación 80-20. Por esos medios se disponen a gritar fraude acompañado de acciones violentas de calle con aras a crear el caos tan pronto el CNE anuncie la victoria de Maduro. Ante eso hay que recordarles que el Gobierno nadie se chupa el dedo. Lo más arrecho es que los chivatos burgueses ya tienen listos sus aviones para marcharse a Miami, con todo y mascota, tan pronto reviente el peo tal como lo hicieron cuando prendieron el peo anterior. \

TINTERO

Confieso que gozo un mundo con los chiflidos de Maduro. Y recuerdo con nostalgia cuando cazaba iguanas con lazo en las matas de guamas y las “mareaba “con un silbido básico, elemental, bajito, de medio tono. Los silbidos de Maduro son un concierto. Sí Maduro los colocase en la red batiría record de visitas. Con el silbido también Joropo, un pana de infancia del barrio Palotal, de Barcelona, me anunciaba el arribo a la cuadra de mi hermano mayor José Jesús. Ere el aviso para abandonar la partida de pelotica de goma en la calle que daba al río. Yo y mis hermanos Pedrito y Sergio brincábamos la alambrada y entrábamos a nuestra casa por el patio.


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Américo Hernández


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