Hay que decir que la revolución está perdiendo la guerra contra los medios. Resulta insólito, pero la matriz de opinión que impone el Departamento de Estado para aislar y destruir a Venezuela la sigue hasta el diario VEA, no se diga ULTIMAS NOTICIAS. Realmente VEA resultó ser un pobre diario y con esta verdad ni ofendemos ni tememos, como dijo Artigas
y como repite constantemente nuestro Presidente.
Es cierto que ya el pueblo venezolano no se traga las mentiras que cocinan los siervitos de Cisneros, el Marcel Granier y Federico Alberto Ravell, pero ahora la guerra es para desconceptuar la actuación política internacional de Chávez que es lo único que puede salvarnos de una invasión, de un sabotaje brutal desde afuera por parte de los halcones del
Pentágono. Llama sobre manera la atención la enorme cantidad de veces que los canales de noticias como CNN, Televisión Española, la RAI, transmitieron los hechos (como muy relevantes) escualidísimos, de la minisculísima marcha contra el CNE el sábado 27 de agosto de 2005. Hubo unos cinco lesionados leves que muy seguramente se auto-agredieron y se mancharon ellos mismos de sangre siguiendo la técnica hollywoodense que se aplicó para los noticieros del mundo cuando se dieron los hechos para sacar a Manuel Antonio Noriega en Panamá. Los llamados heridos ni siquiera tuvieron un rasguño cuando El Universal hace el siguiente reporte, por parte de María Daniela Espinoza (domingo 28-8-05): “Ricardo Vásquez presentó herida por objeto contundente en el parietal frontal derecho;
Rafael Pereira una herida en la pierna derecha a nivel del tobillo; Líder Rondón en el frontal derecho, Rafael Pérez ingresó por inhalación de gases y Gladis Gómez, con traumatismo facial en el pómulo izquierdo”. Pero esta noticia resultaba para CNN y la Televisión Española más resaltante que los estallidos de bombas en Irak.
Quien comanda en Venezuela esta guerra informática es Patricia Poleo, y llama sobre manera la atención que ÚLTIMAS NOTICIAS siga esta línea de la CIA y titule el periódico del domingo 28 de agosto con las expresiones de Patricia Poleo: “Emboscada marcha opositora”. Yo le pido al pueblo venezolano que tenga mucho cuidado con Eleazar Díaz Rangel, quien por cierto le prestó muy buenos servicios a la política informática del
gobierno de Caldera.
Causa pánico ver como el gobierno no cae en la cuenta de la guerra que le hacen desde fuera y carece de reacción frente a los planes creados, por ejemplo, con motivo de los pacientes muertes en el Hospital de Los Magallanes de Catia, simultáneamente con la avasallante proyección de la bazofia “Secuestro Express”, que una cosa tienen mucho que ver con la otra. Todo esto estaba planificado como un voraz cortinaje para ocultar la
reacción frente a las criminales declaraciones de Pat Robertson. Todo el mundo sabe en Venezuela cómo se maltrata y se asesina en los hospitales nuestros, y que la mala praxis en estos centros es el pan de cada día.
Sólo hay que ir a cualquier hospital y cuantificar los muertos de cada día por diversas razones. Existen dos grandes llagas sociales terribles que van resultar complejas de rectificar con la actual revolución: el problema de los hospitales y el de las cárceles. Para acabar de raíz estas dos llagas es necesario, en parte, eliminar la Guardia Nacional y a los
médicos que se están graduando en nuestras universidades autónomas.
Particularmente dirigí en Mérida una ONG contra las malas prácticas médicas, y aquello era espantoso y además la pobre gente víctima de estas prácticas que acudía para pedir justicia se encontraba y se encuentra completamente bloqueada por la inoperancia de los fiscales del ministerio público y por el viejo y asqueante poder de los colegios médicos.
En cuanto Globovisión inició la campaña por los pacientes muertos en Los Magallanes, como en el caso de Gouveia en Altamira ordenada por el Estado Mayor de la CIA, ya no había otra noticia en el mundo sobre la cual discutir y la cual comentar que ésta. E inmediatamente al día siguiente todos los diarios escuálidos abrieron con ella, y después VEA hizo lo mismo. Posteriormente, el resto de los entes responsables de estos centros
fueron arrastrados por el vendaval recreado por Globovisión, de modo tal que las declaraciones de Robertson resultaban casi totalmente opacados por estos hechos.
Lo que deprime es ver que nadie del gobierno sale a explicar estas cosas, y se dejan que cojan cuerpo, que se impongan como ciertas y que acorralen y aplasten a la revolución también en el exterior.